"La historia debe ser un instrumento de la lucha de clases, se afirmaba. (...) Todavía hoy, esta teoría no es enteramente abandonada en los círculos de los cuadros stalinistas.
En realidad, los marxistas afirman que la verdad histórica es un arma de la lucha de clases -al menos en manos de clases o de formaciones sociales progresistas. Son formaciones históricas conservadoras o reaccionarias las que, teniendo privilegios que defender o vicios que esconder, tienen que velar la verdad o deformarla. (...) Deformar la historia en beneficio para su propia clase o de su propio partido, es echar a perder un instrumento teórico indispensable para el combate y para las victorias, presentes y futuras. Mentir a su propia clase es bajarla de nivel de conciencia.
(...) Así que, cuando se falsifica la historia, cuando se miente para con su propia clase, cuando a la clase se le pone en el trance de descubrir tarde o temprano las mentiras, no se puede menos que sembrar la desmoralización, el escepticismo y el cinismo concerniente al Partido y al marxismo en general. (...) Algunos dirán que todo esto es ya "viejo cuento" y "ya pasado", pero aquél que ignora la historia de su propio movimiento y de su propia clase no está armado para rectificar los viejos o los nuevos errores. Será incapaz de solucionar los problemas que le impondrán las batallas venideras".
Ernest Mandel: La historia del Partido Bolchevique.
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