miércoles, 16 de noviembre de 2016

El cuerpo deseable.

"A la Afrodita agachada (250 a.C.) se le marcan las lorzas. Si la Venus de Milo (130-100 a.C.) viviera hoy, probablemente le acomplejaría tener las caderas más anchas que la espalda, probablemente fantasease con unos implantes de silicona para poder lucir canalillo. En la escultura griega clásica, los héroes y los dioses están cachas: tienen espalda ancha, bíceps marcados, pectorales definidos, piernas largas, tableta de chocolate y esos sugerentes surcos en las ingles que anhelan tener los chicos que se apuntan al gimnasio. Podrían ser tronistas de Mujeres y hombres y viceversa. El David, de Miguel Ángel (s. XVI) está cañón. Nos sorprende que las pálidas y celulíticas Tres Gracias, de Rubens, reflejen el canon de belleza de la época (s. XVII); Paris y Hermes, sin embargo, seguirían siendo considerados unos hombretones agraciados.

María Félix, comunicadora social y activista gorda nicaragüense, explica que los cánones de belleza son dictados por el poder, determinados por sistemas de opresión como el género y la raza. De ahí que el estereotipo de cuerpo femenino deseable haya variado tanto en la cultura occidental en función del momento histórico; mucho más de lo que ha variado el cuerpo masculino deseable. Las caderas anchas han sido más valoradas en periodos en los que la economía requería de altas tasas de natalidad.

Los cánones de belleza se van imprimiendo en el imaginario colectivo a través del arte o de los medios de comunicación, según la época. Se convierten en modelos de referencia para las mujeres, que desearán parecerse a ellos.

(...) Esa lógica de un cuerpo único te niega. Yo tengo un cuerpo muy parecido al de mi mamá. Si yo renegara de mi cuerpo, estaría negando el cuerpo de mi mamá, de mi abuela, de mis ancestras, y me estaría negando a mí misma, exclama María Félix".

June Fernández: 10 ingobernables. Historias de transgresión y rebeldía.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Las mujeres del Tercer Estado.

"Las mujeres del Tercer Estado nacen casi todas sin fortuna; su educación es muy descuidada o muy perversa: consiste en enviarles a la escuela, a un Maestro que, ni tan siquiera él, sabe la primera palabra de la lengua que enseña (...) les enseñan a trabajar, al llegar a los quince o dieciséis años pueden ganar cinco o seis sueldos por día. Si la naturaleza les ha rechazado la belleza, se casan sin dote con desgraciados artesanos, vegetan penosamente en lo profundo de las provincias y dan vida a niños que no están en condiciones de poder criar. Si por el contrario nacen hermosas, sin cultura, sin principios, sin ninguna idea de moral, se convierten en presa del primer seductor, comenten una primera falta, vienen a París para enterrar su vergüenza, acaban por perderla por completo y mueren víctimas del libertinaje".

Petición de las mujeres del Tercer Estado al Rey, 1789.

lunes, 24 de octubre de 2016

En lugar de respeto igual, el evento de Miss América.

"Las feministas como Charlotte Perkins Gilman de pronto descubrieron que no conseguían publicar sus escritos; Jane Addams fue tildada de comunista y una "seria amenaza" para la seguridad nacional, y Emma Goldman fue exiliada. Los medios calumniaban a las sufragistas; los escritores de las revistas advertían que el feminismo era "destructivo para la felicidad de la mujer"; las novelas populares atacaban a "las mujeres de carrera"; los clérigos se lanzaban contra "los males de la revolución femenina"; los estudiosos acusaban al feminismo de propulsar el divorcio y la esterilidad; y los médicos afirmaban que el control de la natalidad estaba causando "un incremento de la insania, la tuberculosis, la enfermedad de Bright, la diabetes y el cáncer". Las mujeres jóvenes, informaban los escritores de las revistas, ya no deseaban que las fastidiaran con "todo ese alboroto feminista".

(...) En lugar de respeto igual, la nación ofreció a las mujeres el evento de belleza Miss America, creado en 1920, el mismo año en que las mujeres obtuvieron el voto. En lugar de derechos iguales, los legisladores, los líderes del trabajo y de la empresa y finalmente algunos grupos de mujeres avalaron políticas laborales "protectivas", medidas que servían en gran medida para proteger los puestos de los hombres y denegarles a las mujeres una paga igual. La del '20 erosionó una década de crecimiento para las profesionales mujeres; para 1930 había menos médicas que en 1910. Cuando llegó la Depresión, una nueva ronda de leyes federales y estatales sacó a miles de mujeres de la fuerza laboral y nuevos códigos salariales federales institucionalizaron tasas de paga menores para las mujeres. (...) Pero como hoy, la mayoría de los comentaristas sociales sostenían que las tiendas de campaña de las feministas se estaban plegando sólo porque había concluido su batalla: los derechos de la mujer habían sido asegurados".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

viernes, 21 de octubre de 2016

Los machos de izquierda.

"En público, Irina se muestra entregada; en confianza, es más crítica. Acumula ya demasiadas desilusiones hacia los procesos revolucionarios. Primero fue el sandinismo: Estuve dispuesta a dar la vida por la Revolución nicaragüense, pero el Frente se dividió, y aún hoy mantiene rezagos de la dictadura de Somoza. Después, el zapatismo. Que la expulsasen de la organización por su transición de género fue todo un golpe emocional y político. Sentí quedarme huérfana, pero después entendí que la Revolución es más grande que las personas. El EZLN tuvo un momento de mucha luz, pero cuando una está dentro, el trabajo clandestino la hace callar, y a mí me molestaba mucho el culto al subcomandante Marcos.

(...) El proceso bolivariano le ha entusiasmado y emocionado durante años, pero le parece que es "una revolución inconclusa". (...) Irina sigue siendo una ferviente militante comunista, pero los machos de izquierda no la reconocen como cuando lucía barba y bigote. Asegura que el 90% de su entorno político le dio la espalda. Recibió insultos y burlas. Algunas hicieron alianzas macabras con mi madre para hacerme pasar momentos muy jodidos. Quienes se han quedado cerca de ella son, en su mayoría, mujeres y feministas".

June Fernández: 10 ingobernables. Historias de transgresión y rebeldía.

miércoles, 19 de octubre de 2016

De la relaboración identitaria de los varones (II).

"Cuando a más y más mujeres se les pagaba para que usaran el cerebro, más y más hombres las representaban en novelas, obras de teatro y poemas como nada más que cuerpos".

Sandra M. Gilbert y Susan Gubar.

"Estoy segura de que el hombre emancipado es un mito surgido de nuestra esperanza y de nuestra aspiración eterna".

Doris Stevens, 1900.

"Ha habido mucho logro y han pasado más que unos pocos años. Pero el resentimiento de los hombres no ha desaparecido. Ha crecido y se ha profundizado silenciosamente".

Margaret Culkin Banning, 1935.

"Cuando las cuestiones cambian de la justicia social a las aplicaciones personales, se desmorona el consenso".

Índice de Opinión Masculina Norteamericana, 1988.

lunes, 17 de octubre de 2016

Que nuestra especialidad es la auto-anulación.

"Al distribuir los beneficios, la liberación de las mujeres le ha dado a mi generación ingresos altos, nuestro propio cigarrillo, la opción de ser madres solteras, centros para las crisis por violación, líneas de crédito personales, el amor libre y ginecólogas mujeres, escribe Mona Charen, joven estudiosa del derecho en la National Review, en un artículo titulado "El error feminista". A cambio, nos ha quitado efectivamente aquello en lo que se apoya la felicidad de la mayoría de las mujeres: los hombres. La National Review es una publicación conservadora, pero esos cargos contra el movimiento de las mujeres no se limitan a sus páginas. Nuestra generación fue el sacrificio humano al movimiento femenino, afirma la autora Elizabeth Mehren en una nota al fondo de Los Angeles Times. Las mujeres del "auge de los bebés" (los niños nacidos en la década de 1940) como ella, observa, han sido engañadas por el feminismo: Creímos en la retórica. En Newsweek, la autora Kay Ebeling tilda al feminismo de "Gran Experimento que fracasó" y asevera: las mujeres de mi generación, las perpetradoras, son las víctimas. Lo dicen incluso las revistas de belleza: Harper's Bazaar acusa al movimiento femenino de haber perdido terreno (para las mujeres) en lugar de ganarlo".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

"De todos los enemigos de la mujer, os digo que los peores son los que insisten en que la mujer es un ángel. Decir que la mujer es un ángel es imponerle, de una manera sentimental y admiradora, todos los deberes, y reservar para sí mismo todos los derechos; es presuponer que su especialidad es la auto-anulación, resignación y sacrificio; es sugerirle que la gloria mayor de una mujer, su mayor felicidad es inmolarse por las personas que quiere; (...) es decir que ella responderá al absolutismo con sumisión, a la brutalidad con docilidad, a la indiferencia con la ternura, a la inconstancia con la fidelidad, al egoísmo con la devoción".

María Deraismes.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Nada que celebrar, todo por reconocer.

"Las feministas latinoamericanas decimos que la razón genocida del Occidente debe abrirle lugar a un pensamiento alternativo, una razón más allá del Occidente, una razón posoccidental, que está más allá de la democracia y quizá más allá del feminismo, si es que el feminismo occidental ha de servir para dejar sin realidad a las mujeres del Tercer Mundo en el nombre de la liberación femenina, como hemos podido ser testigos recientemente".

Breny Mendoza: "Los fundamentos no democráticos de la democracia: un enunciado desde Latinoamérica postoccidental".

lunes, 10 de octubre de 2016

El feminismo como puerta para la radicalización política.

"Cuando los derechos básicos y las oportunidades para las mujeres se vieron cada vez más amenazados, en especial para las mujeres que eran jefas de familia, crecieron las filas de las mujeres que favorecían una agenda no sólo feminista sino también de justicia social. Se tratara la cuestión de la acción afirmativa, el desarrollo militar o la ayuda federal para la atención médica, las mujeres se estaban volviendo más radicales, los hombres más conservadores. Esto se hizo especialmente evidente entre las mujeres y los hombres más jóvenes; fueron los hombres más jóvenes quienes dieron más apoyo a Reagan. (Contrariamente a la sabiduría convencional, el surgimiento de "la juventud conservadora" a comienzos de la década del '80 fue en gran medida un fenómeno de un sólo género). Incluso en las poblaciones más liberales del auge del bebé, las actitudes de hombres y mujeres se polarizaban espectacularmente. Un estudio nacional de los "progresistas" del auge del bebé (definidos como los 12 millones que apoyan grupos de cambio social) descubrió que el 60% de las mujeres se consideraban de "radicales" a "muy liberales", mientras el 60% de los hombres se consideraban de "moderados" a "conservadores". Los encuestadores identificaron una causa principal para esa división: la mayoría de las mujeres encuestadas dijeron que pensaban que la del '80 había sido una "mala década" para ellas (mientras que la mayoría de los hombres no estuvieron de acuerdo) y temían que la década siguiente fuera aun peor".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

sábado, 8 de octubre de 2016

Marilyn Monroe o la imagen de la feminidad vencida.

"Los esfuerzos por silenciar la voz femenina en los films norteamericanos han sido una característica perenne del cine en los periodos de reacción. Las palabras de una mujer independiente y franca, Mae West, provocaron el reaccionario Código de Ética de Producción de 1934. Era su lengua cáustica, no su conducta sexual, lo que desencadenó esas regulaciones de censura que prohibían el sexo premarital y ponían en vigencia el matrimonio (aunque permitían las escenas de violación) en la pantalla hasta fines de la década del '50. West enfureció a los guardianes de la moralidad nacional (...) porque les contestaba a los hombres en sus films y, lo que era aun peor, según sus propias palabras, porque escribía sus propios diálogos. Defiéndete, o terminarás hecho un felpudo, le dice West al león al que domestica en I'm No Angel [No soy un ángel], resumiendo su propia filosofía. En la década del '30 ella misma terminaría como un felpudo, junto con otras estrellas sumamente independientes de la época: Marlene Dietrich, Katharine Hepburn, Greta Garbo, Joan Crawford y West fueron todas declaradas oficialmente "veneno para la boletería" en una lista publicada por el presidente de Propietarios de Teatros Independientes de Norteamérica. Las palabras de West eran consideradas tan ofensivas que incluso fue prohibida en la radio.

(...) Para la década del '50 se había impuesto la imagen de la feminidad vencida, siendo su emblema una Marilyn Monroe de rodillas juntas y voz susurrante, una especie de "dama de la oscuridad" después de la lobotomía, que ya no discutía las órdenes del médico. Las mujeres fuertes eran desplazadas por muchachas buenas como Debbie Reynolds y Sandra Dee. Las mujeres fueron finalmente silenciadas en el cine de la década del '50 mediante su ausencia de las mayores películas de la época, de A la hora señalada a Shane, The Killing [La matanza] y Twelve Angry Men [Doce hombres airados]. En la década del '50, como escribió la crítica de cine Molly Haskell, No sólo había menos films sobre mujeres emancipadas que en las décadas del '30 y del '40, sino que había menos films sobre mujeres. Mientras las mujeres eran relegadas a películas irrelevantes acerca del modo de pescar un marido, los hombres escapaban a un paisaje sin mujeres. Con el telón de fondo de las trincheras bélicas y el Oeste norteamericano, triunfaban al fin, si no sobre sus esposas, al menos sobre indios y nazis".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

jueves, 6 de octubre de 2016

La crisis de la masculinidad.

"La crisis de la masculinidad volvería con cada reacción. Los noveles Boy Scout de Norteamérica reclutaban a un quinto de todos los muchachos norteamericanos para 1920; la meta explícita de su fundador era contener la feminización del varón norteamericano retirando a los jóvenes de la muy poderosa órbita femenina. El jefe de los scouts Ernest Thompson Ston temía que los muchachos se estuvieran degenerando en "un grupo de fumadores de cigarrillos de pecho chato, de nervios inestables y dudosa vitalidad". Nuevamente, en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, los comentaristas y las figuras literarias masculinas se inquietaban mucho por las reducidas potencias varoniles. En el hogar, el "mamismo" estaba chupándose los juegos viriles. El libro de gran venta Generation of Vipers [Generación de víboras] de Philip Wylie advertía: Debemos enfrentar de inmediato a la dinastía de las damas, privarlas de nuestras billeteras, antes de que el hombre norteamericano degenerara en el varón abdicante. En lo que se suponía el número especial sobre "La mujer norteamericana", la revista Life hacía hincapié en la rodilla débil del hombre norteamericano. Como las mujeres no habían estado a la altura de sus deberes femeninos, el artículo de 1956 acusaba: "El norteamericano emergente tiende a ser pasivo e irresponsable". En el mundo de los negocios, el Wall Street Journal advirtió en 1949 que las "mujeres están tomando el poder". Look lamentaba el surgimiento del "dominio femenino": primero las mujeres habían tomado el control de la Bolsa, y ahora estaban avanzando hacia "los empleos ejecutivos con autoridad".

(...) Bajo esa reacción, como en las predecesoras, había predominado una respuesta excesiva, a menudo ridícula, al modesto progreso de las mujeres. "Las mujeres están dominando", es nuevamente una expresión que muchas trabajadoras oyen a sus colegas masculinos cuando una o dos mujeres han sido promovidas en la compañía, mientras la dirección superior sigue siendo sólidamente masculina. (...) En la universidad de Boston, el presidente John Silbert decía enfurecido que su departamento de Inglés se había convertido en un "maldito matriarcado", cuando sólo seis de sus veinte miembros eran mujeres. Las feministas tienen "control absoluto" del Pentágono, se quejó un brigadier general, cuando las mujeres, mucho menos las feministas, representaban escasamente el 10% de los servicios armados y en general estaban relegadas a los niveles inferiores de las fuerzas".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

martes, 4 de octubre de 2016

Que las mujeres son infelices precisamente porque son libres.

"Este boletín de la desesperación se exhibe en todas partes: en el quiosco de periódicos, en la televisión, en el cine, en los avisos publicitarios, en los consultorios médicos y en las publicaciones académicas. Las mujeres profesionales están padeciendo "agotamiento" y sucumbiendo a una "epidemia de infertilidad". Las mujeres solteras sufren la "escasez de hombres". Informa el New York Times: las mujeres sin hijos están "deprimidas y confundidas" y aumentan sus filas. Newsweek dice: las mujeres solteras están "histéricas" y se derrumban bajo una "profunda crisis de confianza". Los manuales de consejos sanitarios informan: las mujeres de carreras importantes se ven atacadas por desusados brotes de "perturbaciones inducidas por el stress", pérdida del pelo, neurosis, alcoholismo e incluso problemas cardíacos. Observan los libros de psicología: la soledad de las mujeres independientes representa "un importante problema de salud mental en el presente". Incluso la feminista fundadora Betty Friedan ha estado advirtiendo: las mujeres padecen ahora una nueva crisis de identidad y "nuevos problemas que no tienen nombre".

¿Cómo puede ser que las mujeres norteamericanas tengan tantos problemas en un momento en que se supone que son tan felices? Si la condición de la mujer nunca ha sido más alta, ¿por qué está tan bajo su estado emocional? Si las mujeres tienen lo que querían, ¿cuál puede ser el problema ahora?

La sabiduría predominante de la década pasada ha dado pie a una y sólo una respuesta a este enigma: debe ser toda esa igualdad lo que está causando todo ese dolor. Las mujeres son infelices precisamente porque son libres. Las mujeres se han esclavizado con su propia liberación. Aferraron la sortija dorada de la independencia sólo para perder la única sortija que realmente importa. Obtuvieron el control de su fertilidad sólo para destruirla. Persiguieron sus propios sueños profesionales para ser derrotadas en la mayor aventura femenina. El movimiento femenino, nos dicen reiteradas veces, ha demostrado ser el peor enemigo de las mujeres".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

domingo, 2 de octubre de 2016

Que el aborto reduce el pene a un juguete hueco.

"Los medios definían la lucha sobre el aborto como un debate moral y lógico: ¿cuándo comienza la vida? Sin duda, para muchos incómodos respecto del aborto, esa era la cuestión central. Pero la animosidad peculiarmente feroz que pusieron Terry y sus seguidores en la batalla sobre la libertad reproductiva de las mujeres estaba impulsada por otras pasiones que la filosofía o la ciencia. Aunque muy bien podían estar "llorando por los niños no nacidos", esos hombres también estaban sufriendo por graves dislocaciones económicas y sociales en su vida, cambios que muy a menudo imputaban al surgimiento de las mujeres independientes y profesionales. Mientras perdían fuerza económica en el trabajo y autoridad privada en el hogar, veían a mujeres jóvenes ganando terreno en la oficina, cuestionando el control por parte de ellos en el hogar e incluso tomando la iniciativa en el dormitorio. Cuando el resentimiento por los crecientes niveles de progreso profesional femenino se mezcló con la angustia por las libertades sexuales que habían empezado a ejercer las mujeres, desarrollaron una retórica de enojo puritano para castigar a sus oponentes.

(...) Lo más desagradable en cuanto a esas activistas de los derechos de aborto (...) era su insistencia en que las mujeres tuvieran libertad para hacer elecciones reproductivas sin consultar a sus maridos. Si esas mujeres infectadas por las feministas se salían con la suya, advirtió [el presidente de la Comisión Nacional por el Derecho a la Vida] a su audiencia, a los hombres no se les permitirá decidir en cuanto al aborto. En su libro Men and Marriage [Los hombres y el matrimonio] de 1986, George Gilder muy directamente expresó el temor subyacente en buena parte de la ansiedad masculina por la libertad reproductiva femenina. La exitosa campaña de las feministas por el control de la natalidad y el aborto, escribió, desplaza más el equilibrio del poder sexual en favor de las mujeres, agota la potencia patriarcal masculina y reduce el pene a un juguete hueco".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Vamos listas si nos creemos ese cuento.

"Yo no pertenezco a ese feminismo. Al feminismo de las chicas buenas, blancas, europeas, arrogantes, solventes y decentes. Yo estoy con las putas, no con las que quieren salvarlas y son cómplices silenciosas de su acorralamiento policial y social. (...) La segregación entre chicas buenas y chicas malas es imprescindible para que todas las mujeres sirvamos al patriarcado. Vamos listas si nos creemos ese cuento. La colonización del cuerpo de la puta por parte de la señora (y de la feminista) es uno de los mecanismos más perversos a través del cual el orden heteropatriarcal domina el cuerpo de todas las mujeres. La putofobia es otra cara de la misoginia. He escuchado a mujeres extremadamente cultas e inteligentes argumentar las mayores estupideces sobre la prostitución".

Itziar Ziga: Devenir perra.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Porque pensaba que la Historia podía cambiar las cosas (III).

"La política es en la Historia lo que distingue al historiador del mero narrador".

G. T. Raynal.

"En la Historia, como en la guerra".

Walter Benjamin.

"En una sociedad basada en la guerra de clases no puede existir una ciencia social imparcial".

V. I. Lenin: "Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo".

"La creencia de que las causas que triunfan tendrían que ser las únicas de interés para los historiadores conduce, como James Joll observó recientemente, al menosprecio de muchos aspectos del pasado que son estimables y tienen interés, y reduce nuestra visión del mundo".

Paul Avrich: Los anarquistas rusos.

"Yo creo que te gusta la Historia, como me gustaba a mí cuando tenía tu edad, porque se refiere a los hombres, a cuantos más hombres sea posible, a todos los hombres del mundo en cuanto se unen entre ellos en sociedad y trabajan y luchan y se mejoran a sí mismos, no puede no gustarte más que cualquier otra cosa".

Antonio Gramsci: Cartas desde la cárcel.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

La reacción contra los derechos de las mujeres.

"La reacción es al mismo tiempo sofisticada y banal, engañosamente "progresista" y orgullosamente retrógrada. Despliega tanto los "nuevos" hallazgos de la "investigación científica" como la moralidad barata de ayer; convierte en sonido de los medios tanto los volubles pronunciamientos de los observadores de tendencia de la psicología popular como la retórica frenética de los predicadores de la Nueva Derecha. La reacción ha logrado encuadrar prácticamente toda la cuestión de los derechos de las mujeres en su propio lenguaje. Así como el reaganismo desplazó el discurso político hacia la extrema derecha y demonizó al liberalismo, del mismo modo la reacción convenció al público de que la "liberación" de las mujeres era el verdadero azote norteamericano contemporáneo: la fuente de una interminable lista de lavadero de problemas personales, sociales y económicos.

(...) Sin duda, la hostilidad a la independencia femenina siempre ha estado entre nosotros. Pero si el temor y el aborrecimiento del feminismo es una especie de condición viral perpetua en nuestra cultura, no siempre está en una etapa aguda; sus síntomas decaen y resurgen periódicamente. Y son esos episodios de resurgimiento, como el que enfrentamos ahora, los que pueden denominarse precisamente "reacciones" al avance de las mujeres. (...) Esos estallidos son reacciones porque siempre han surgido a propósito de "progresos" de las mujeres, causados no simplemente por un sustrato de misoginia sino por los específicos esfuerzos de las mujeres contemporáneas para mejorar su condición, esfuerzos que han sido interpretados una y otra vez por los hombres -en especial por hombres que enfrentan amenazas reales a su bienestar económico y social en otros frentes- como anunciadores de su propia condena masculina.

(...) Backlash [reacción] es el título de un film de Hollywood de 1947 en el que un hombre acusa a la esposa de un asesinato que él ha cometido. La reacción contra los derechos de las mujeres actúa de un modo muy parecido: su retórica acusa a las feministas de todos los delitos que perpetra".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

lunes, 19 de septiembre de 2016

La anulación del pasado de las mujeres.

"Es la cancelación del pasado político e histórico de las mujeres lo que hace que cada nueva generación de feministas aparezca como una excrecencia anormal en la faz del tiempo".

Adrienne Rich.

"El "movimiento de las mujeres" de mediados del siglo XIX, lanzado en la convención por los derechos femeninos de Seneca Falls en 1848 y articulado admirablemente por Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony, exigía el sufragio y una variedad de libertades: educación, empleos, derechos maritales y propiedad, "maternidad voluntaria", reforma sanitaria y de la vestimenta. Pero para fines de siglo, una contrarreacción aplastó los pedidos de justicia de las mujeres. Las mujeres retrocedieron ante una andanada de advertencias prácticamente idénticas a las de hoy, cuyos voceros fueron los estudiosos de la Ivy League, los líderes religiosos, los expertos médicos y los eruditos de la prensa de entonces. (...) Los medios y las iglesias se descargaban contra las feministas por propulsar las tasas de divorcio y las legislaturas estatales promulgaron más de cien leyes de divorcio restrictivas entre 1889 y 1906. Carolina del Sur prohibió directamente el divorcio. Y una banda de cruzados de la "pureza", como la contemporánea brigada de la Nueva Derecha, condenó la contracepción y el aborto como "obscenos" y trató de hacerlos prohibir. Para fines de 1900, lo había conseguido: el Congreso prohibió la distribución de anticonceptivos y una mayoría de Estados condenó el aborto, ambas cosas por primera vez en la historia de la nación".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

jueves, 15 de septiembre de 2016

La cultura occidental da asco (VIII).

"Nuestra sociedad ha estado influenciada hasta el tuétano por pensamientos tan importantes en la historia de Occidente como los de Aristóteles, por ejemplo, que han marcado su pensamiento científico y el pensamiento filosófico, anclados en afirmaciones tan disparatadas como aquellas de que el mejor adorno de la mujer es el silencio o que siendo la palabra el fundamento mismo de la polis hay que privar a la mujer del uso de la palabra. (...) Ahí está San Agustín, otro elemento del pensamiento occidental y universitario, asegurando que la mujer es un varón incompleto porque así lo ha querido Dios".

Beatriz Carrillo: "Gitanas a la conquista de la historia".

"Las mujeres se han hecho tan poderosas que nuestra independencia se ha perdido en nuestros propios hogares y ahora está siendo pisoteada en público. Así se lamentaba Catón en el 195 a.C., después de que unas pocas mujeres romanas trataran de repeler una ley que prohibía a su sexo viajar en carrozas y lucir trajes multicolores. En el siglo XVI, la sola posibilidad de que dos damas reales pudieran ocupar tronos en Europa al mismo tiempo hizo que John Knox emitiera su famosa diatriba: El primer toque de la trompeta contra el monstruoso regimiento de mujeres.

Para el siglo XIX, los voceros de los temores masculinos en general habían aprendido a ocultar su ansiedad por la independencia femenina detrás de máscaras de paternalismo y piedad. Como explicó a sus lectoras Edward Bok, legendario editor victoriano del Ladie's Home Journal y guardián de la moral femenina, el sexo más débil no debe aventurarse más allá de la esfera familiar porque sus nervios rebeldes instantánea y correctamente advierten: Hasta acá irás, pero no más lejos".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

martes, 13 de septiembre de 2016

La era de la masculinidad compulsiva.

"Una "crisis de masculinidad" ha hecho erupción en cada período de reacción en el último siglo, una compañera fiel y silenciosa del pedido fuertemente expresado de un "retorno a la feminidad". A fines de la década de 1900, un chubasco de literatura que desacreditaba al "varón blando" cayó desde las prensas. "Toda la generación está afeminada", se lamentaba Basil Ransom, protagonista de The Bostonians [Las bostonianas] de Henry James. El tono masculino está desapareciendo del mundo; es una época femenina, nerviosa, histérica, conversadora, gazmoña. El carácter masculino... eso es lo que deseo preservar, o más bien puedo decir, recuperar, ¡y debo decir que no me importa en lo más mínimo qué sucede con ustedes, señoras, mientras hago el intento! Los manuales relativos a la crianza de niños instaban a los padres a endurecer a los hijos varones con colchones duros y regímenes atléticos vigorosos. Billy Sunday conducía el ataque clerical contra la religión "feminizada", promoviendo un "cristianismo muscular" y un Jesús que no fuera "ninguna propuesta débil con cara de pasta" sino "el mayor camorrista que existió nunca". Theodore Roosevelt advirtió en cuanto al peligro nacional de perder "la fibra de vigorosa valentía y masculinidad" y endureció su propia fibra con los Rough Riders. La jactancia marcial predominaba en la plataforma política; en verdad, según escribe el sociólogo Theodore Roszak de la era de la "masculinidad compulsiva" que culminó en la Primera Guerra Mundial, El periodo que condujo a 1914 se lee en los libros de historia como una larga tertulia de hombres solos borrachos".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Rosie la Remachadora y la Mujer Maravilla.

"La espiral volvió a girar en la década de 1940 cuando una economía de guerra abrió millones de puestos industriales de alta remuneración para las mujeres, y el gobierno incluso empezó a ofrecer mínimo cuidado diurno y ayuda para el hogar. Los prospectos federales saludaban a la mujer trabajadora como a una verdadera patriota. Las mujeres fuertes se convirtieron en iconos culturales; Rosie la Remachadora era reverenciada y en 1941 se introdujo la Mujer Maravilla. Las mujeres recibieron de buen grado su nuevo status económico; de 5 a 6 millones entraron en la fuerza laboral durante los años de guerra, 2 millones en puestos de la industria pesada; para el fin de la guerra, representarían un récord del 57% de toda la gente empelada. El 75% informó en encuestas del gobierno que mantendrían sus puestos después de la guerra y, en la generación más joven, el 88% de las 33.000 muchachas encuestadas en un estudio del Senior Scholastic dijeron que también deseaban una carrera. Revivieron las energías políticas de las mujeres; las mujeres de clase trabajadora inundaron los sindicatos, protestaron por la paga igual, por iguales derechos de antigüedad y por el cuidado diurno, y las feministas lanzaron una nueva campaña para ERA [Enmienda de Derechos Iguales]. Esta vez, la enmienda obtuvo el aval de ambos partidos políticos y, en el curso de la guerra, por primera vez desde que se propusiera ERA en 1923, la Comisión Judicial del Senado la envió al Senado tres veces. En una muestra récord de buena voluntad legislativa, el Congreso de la época del '40 aprobó treinta y tres proyectos de ley para favorecer los derechos de las mujeres.

Pero con el fin de la Segunda Guerra Mundial, convergieron los esfuerzos de la industria, el gobierno y los medios para obligar a la retirada femenina. Dos meses después de declararse la victoria norteamericana en el exterior, las mujeres perdían su avanzada económica cuando 800.000 trabajadoras fueron despedidas de la industria aeronáutica; para el fin de ese año, 2 millones de trabajadoras habían sido purgadas de la industria pesada".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Esas mujeres se convierten en hombres.

"Mujeres que no se oponían al patriarcado, al capitalismo, al clasismo o al racismo se llamaban a sí mismas feministas. Sus expectativas variaban. Las mujeres privilegiadas querían igualdad social con los hombres de su clase, algunas mujeres querían un salario igual por el mismo trabajo, otras querían un estilo de vida alternativo. Muchas de estas preocupaciones legítimas eran fácilmente cooptadas por el patriarcado capitalista".

bell hooks: "Mujeres negras. Dar forma a la teoría feminista".

"Las acciones propuestas por los grupos feministas son espectaculares, provocadoras. Pero la provocación sólo saca a la luz un determinado número de contradicciones sociales. No revela las contradicciones radicales de la sociedad. Las feministas mantienen que no pretenden la igualdad con los hombres, pero sus prácticas revelan lo contrario. Las feministas son una vanguardia burguesa que mantiene, de forma invertida, los valores dominantes. La inversión no facilita el paso a otra clase de estructura. ¡El reformismo le viene bien a todo el mundo! El orden burgués, el capitalismo, el falocentrismo son capaces de integrar a tantas feministas como sea necesario. En la medida en que esas mujeres se convierten en hombres, a fin de cuenta sólo significan unos cuantos hombres más. La diferencia entre sexos no reside en si se tiene o no pene, sino en si se forma parte o no de la economía fálica masculina".

Atoinette Fouque.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

La producción cultural de la solterona o El mito del reloj biológico.

"Otros vehículos de la cultura popular han estado señalando la misma conexión: en los films de Hollywood, de los cuales Atracción fatal es uno de los más famosos, las mujeres emancipadas con vivienda propia andan furtivamente con ojos despavoridos entre paredes desnudas, pagando su libertad con una cama vacía, un vientre yermo. "Mi reloj biológico emite un tictac tan alto que me mantiene despierta por las noches", grita Sally Field en el film Surrender que, en una transformación muy común en el cine de la década del '80, de las combativas heroínas trabajadoras pasó a representar a mujeres que se desesperan por un hombre. En los principales programas televisivos las mujeres solteras, profesionales y feministas son humilladas, convertidas en arpías o sufren colapsos nerviosos; las inteligentes lamentan su estilo independiente para la secuencia final. En las novelas populares, de A sing of the eighties [Un signo del '80] de Gail Parent a Misery de Stephen King, las mujeres solteras se reducen a solteronas llorosas o se inflan convirtiéndose en diablas que respiran fuego; renunciando a todas las aspiraciones salvo al casamiento, imploran anillos de boda ante extraños o arrojan hachas a solteros renuentes. "Lo estropeamos esperando", solloza con remordimiento una típica mujer profesional en Singular women [Mujeres singulares] de Freda Bright: ella y sus hermanas, profesionales, están "condenadas a no tener nunca hijos". Incluso la heroína independiente y de alto vuelo Erica Jong literalmente se estrella hacia el final de la década, cuando la escritora reemplaza a la vivaz Isadora Wing de Temor de volar, símbolo de la emancipación sexual femenina de la década del '70, por una profesional amargada que recupera su dependencia en Any woman's blues [Las tristezas de cualquier mujer], un libro que intenta, como lo declara francamente la narradora, 'demostrar en qué callejón sin salida se ha convertido la denominada revolución sexual, y qué desesperadas han estado las llamadas mujeres libres en los últimos años de nuestra época decadente'".

Susan Falude: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Que la gente me llama feminista cada vez que expreso sentimientos que me diferencian de un felpudo.

"El feminismo es la teoría y la práctica políticas que lucha para liberar a todas las mujeres: a las mujeres de color, a las mujeres de la clase obrera, a las mujeres pobres, a las mujeres discapacitadas, a las lesbianas, a las mujeres ancianas, así como a las mujeres blancas heterosexuales económicamente privilegiadas".

B. Smith: "Racismo y Women Studies".

"El feminismo sigue siendo un concepto bastante sencillo, a pesar de los reiterados esfuerzos -sumamente efectivos- por embadurnarlo con colores y convertir a sus proponentes en gárgolas. Como escribió sardónicamente Rebecca West en 1913, Yo misma no he podido descubrir nunca qué es precisamente el feminismo: sólo sé que la gente me llama feminista toda vez que expreso sentimientos que me diferencian de un felpudo.

El significado de la palabra "feminista" en realidad no ha cambiado desde que apareció por primera vez en la crítica de un libro en Athenaeum del 27 de abril de 1895, al describir a una mujer que "tiene en sí la capacidad de luchar para reconquistar su independencia". Es la proposición básica, como lo expresó hace un siglo Nora en Casa de muñecas de Ibsen: Antes de nada soy un ser humano. Es el cartel de redacción simple que levantó una niñita en la Huelga de Mujeres por la Igualdad en 1970: "No soy una muñeca barbie". El feminismo le pide al mundo que reconozca, por fin, que las mujeres no son ornamentos decorativos, valiosos recipientes, miembros de "un grupo de interés social". Son la mitad (en realidad, ahora más de la mitad) de la población nacional y tan merecedoras de derechos y oportunidades, tan capaces de participar en los acontecimientos del mundo, como la otra mitad. La agenda del feminismo es básica: pide que no se obligue a las mujeres a "elegir" entre la justicia pública y la felicidad privada. Pide que las mujeres tengan libertad para definirse, en lugar de que definan su personalidad por ella, una y otra vez, su cultura y sus hombres".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

sábado, 3 de septiembre de 2016

¡Qué buena suerte!

"Ser mujer en Norteamérica a fines del siglo XX: ¡qué buena suerte! Al menos, eso es lo que oímos todo el tiempo. Han caído las barreras, nos aseguran los políticos. Las mujeres "lo han logrado", se viva en Madison Avenue. La lucha de las mujeres por la igualdad "en gran medida se ha ganado", anuncia la revista Times. Se matriculan en cualquier universidad, ingresan en cualquier firma de abogados, solicitan un crédito en cualquier banco. Las mujeres tenemos ahora tantas oportunidades, dicen los empresarios líderes, que realmente no necesitamos políticas de igualdad de oportunidades. Las mujeres somos tan iguales ahora, dicen los legisladores, que ya no necesitamos una Enmienda de Derechos Iguales. Las mujeres tienen "tanto", dice el ex presidente Ronald Reagan, que la Casa Blanca ya no necesita nombrarlas en puestos más altos. Incluso los avisos de American Express saludan la libertad de la mujer para usar sus servicios. Las mujeres han recibido al fin los documentos que acreditan su ciudadanía completa.

Y sin embargo...

Detrás de esta celebración de la victoria de la mujer norteamericana, detrás de las noticias reiteradas interminable y alegremente de que se ha ganado la batalla por los derechos de la mujer, figura otro mensaje. Pueden ser libres e iguales ahora, les dice a las mujeres, pero nunca han sido más infelices".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

martes, 16 de agosto de 2016

Los problemas fundamentales se transforman en problemas de las mujeres.

"Así pues, si decimos que la apertura de la era Deng Xiaoping, hizo que la China del gaigekaifang dependiese e interaccionase más que nunca con el resto del mundo, y que se inició así un proceso radicalmente nuevo de "progreso histórico", también hemos de decir que, en términos generales, en estos últimos 20 años las mujeres chinas están experimentando, más lenta o más rápidamente, un verdadero retroceso histórico: no sólo la discriminación por sexo y edad en el mercado laboral se ha hecho cada vez un asunto más grave y de dominio público, sino que además se han agravado todas aquellas prácticas y situaciones que allá por los años 1950-70 desaparecieron en silencio: el matrimonio impuesto y la compra-venta de esposas, el rapto y la venta de mujeres, mujeres con salarios extremadamente bajos y sin seguro laboral, mercado de niñas trabajadoras, las condiciones extremadamente complejas y desiguales de la industria pornográfica y sexual...

(...) En realidad, y relacionado de principio a fin con el proceso de marginalización de la mujer, los problemas fundamentales que encara la sociedad china y en su precipitada modernización se transforman al mismo tiemo en problemas de las mujeres. Si el problema social más acuciante de la China de hoy es la grave y extrema brecha que se ha abierto entre ricos y pobres, entonces el problema de las mujeres pobres es una de sus caras más amargas. Si la trastienda de la posición adelantada del progreso capitalizador de China es la alarmante cantidad de sangre y sudor de los trabajadores, entonces las mujeres y niñas trabajadoras son, entre ellos, la mayoría que sufre la experiencia de la explotación. Si el problema más crítico que hoy afronta China es la topografía deteriorada del campo, la nulificación de los campesinos, entonces lo que este proceso hace visible al mismo tiempo es la feminización y el envejecimiento del campo".

Dai Jinhua: "Coordenadas de la mujer en China".

jueves, 11 de agosto de 2016

La disciplina de los cuerpos.

"Los cuerpos de las mujeres son disciplinados de maneras distintas: en los discursos de la maximización del beneficio, como obreras globales y trabajadoras del sexo; en los fundamentalismos religiosos, como receptáculos del pecado y la transgresión; en algunos discursos nacionalistas específicos, como guardianas de la cultura y la respetabilidad, y por tanto criminalizadas como prostitutas y lesbianas; en los discursos estatales de la familia nuclear originaria, como esposas y madres. Tanto los Estados postcoloniales como los capitalistas o coloniales avanzados organizan y refuerzan una estructura catética basada en la diferencia sexual (por ejemplo la heterosexualidad), que refuerzan con una variedad de medios, incluida la legislación. En casi todos los casos, sin embargo, estos Estados vinculan la heterosexualidad con la ciudadanía y organizan una "maquinaría de la ciudadanía" para producir una clase de leales ciudadanos heterosexuales y una clase subordinada de no-ciudadanos sexualizados, no procreativos, desleales a la nación y, por tanto, sospechosos".

M. Jacqui Alexander y Chandra Talpade Mohanty: "Genealogías, legados, movimientos".

martes, 9 de agosto de 2016

Contra la experiencia individual como justificación global.

"El simple hecho de haber nacido persona de color [en los Estados Unidos] o de haber sufrido los efectos del heterosexismo o de la privación económica no otorga, por sí mismo, a alguien una comprensión o conocimiento mejor de [nuestra] sociedad. La clave para reclamar autoridad epistémica para las personas que han sido oprimidas de una forma particular proviene de un reconocimiento de que tienen experiencias -experiencias de las que la gente que no está oprimida del mismo modo habitualmente carece- que pueden proporcionarles información que todos necesitamos para comprender de qué modo las jerarquías de raza, clase, género y sexualidad operan para sostener los regímenes de poder existentes en nuestra sociedad".

Paula Moya.

"Así, la experiencia de la represión puede ser, pero no lo es por necesidad, un catalizador para la organización. De hecho, es la interpretación de esa experiencia en un contexto colectivo la que marca el momento de paso de la percepción de las contradicciones y de la privación material a la participación".

M. Jacqui Alexander y Chandra Talpade Mohanty: "Genealogías, legados, movimientos".

lunes, 8 de agosto de 2016

Que las mujeres negras y las mujeres blancas tienen historias distintas.

"Una debe reconocer que las mujeres negras y las blancas tienen historias distintas y distintas relaciones con las luchas actuales (...). Las mujeres blancas que aceptan este debate deben reconocer la base material de su posición de poder respecto a las personas negras, tanto si son mujeres como si son varones. También resulta necesario reconocer las complejidades de esta relación de poder: por ejemplo, en el caso de las mujeres blancas respecto de los varones negros; una relación en la que pueden tener una posición de privilegio, estar oprimidas o ambas cosas a la vez.

En sus contribuciones a esta discusión, las mujeres blancas no pueden esquivar el legado de racismo en el seno del feminismo. Este legado tiene una larga historia que incluye el dominio de la eugenesia en los movimientos de control de la natalidad, tanto en los antiguos como en los más recientes; la aceptación entusiasta por parte de la mayoría de las sufragistas del nacionalismo imperialista y, en el mejor de los casos, el fracaso de las campañas anti-violación a la hora de evitar que reproduzcan estereotipos racistas sobre la sexualidad de los varones negros. (...) Aunque el discurso "¿Acaso no soy yo una mujer?" de Sojourner Truth ha sido citado a menudo en el movimiento de las mujeres... ¿de qué ha servido? Dejando aparte el racismo intencionado, se ha utilizado la falta de información como excusa para dejar a las mujeres negras fuera de los análisis, o bien se las ha definido como un problema o se las ha convertido en algo exótico. Tenemos la impresión de que las mujeres negras han sido simplemente añadidas al movimiento sin que se haya realizado una transformación global necesaria para el análisis".

Kum-Kum Bhavnani y Margaret Coulson: "Transformar el feminismo socialista. El reto del racismo".

viernes, 5 de agosto de 2016

Que la igualdad significa compartir la miseria.

"Mientras muchas mujeres del occidente estaban regresando a sus casas en la década de los cincuentas, muchas mujeres chinas estaban a la cabeza en la esfera pública al participar en la producción. Este hecho creó un mito entre las mujeres occidentales, que vieron a las mujeres chinas como mujeres liberadas.

Yo lo llamo el mito de "la liberación de la mujer", explica Xiaojiang. Las mujeres de Occidente no se dieron cuenta que nosotras entramos a la sociedad en condiciones de estándares de producción muy bajos, y debido al gran peso del trabajo, incluyendo el social y el doméstico, las mujeres chinas no han obtenido una liberación real. Ustedes nos dicen "ustedes han sido liberadas", y nosotras decimos que hemos sigo sobrecarcadas.

(...) Las mujeres de China fueron "liberadas" pero también fueron "hechas prisioneras" bajo la bandera de la igualdad sexual y la igualdad de oportunidades en el empleo: igual trabajo, igual salario".

"Feminismo chino: sosteniendo la mitad del cielo".

" La igualdad entre hombres y mujeres significa compartir la miseria".

Wang Anyi.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Elegimos leer lo legible.

"El lenguaje en el que se expresan las ideas nunca es neutro. El lenguaje que usan las personas revela importante información acerca de con quiénes se identifican, cuáles son sus intenciones, para quién están escribiendo o hablando. El envoltorio es la mercantilización del producto y cumple la función exacta para la que se ha diseñado. El lenguaje innecesariamente especializado se utiliza para humillar a quienes se supone que no deben sentirse autorizados para entenderlo. Vende la ilusión de que sólo quienes pueden manejarlo son capaces de pensar.

Una respuesta frecuente para quienes muestran resistencias a este lenguaje exclusivo es que sufren de pereza intelectual. Como cualquier otra forma de controlar las entradas, el caso es que nosotras, y no los porteros, somos las responsables de haberlas atravesado. Debemos abandonar lo que estemos haciendo, olvidar por lo que vinimos y dedicar nuestras energías a aprender las técnicas del allanamiento de morada. Se nos exige que lo hagamos tan sólo para obtener la posibilidad de unirnos a la discusión. Si no mostramos interés, se da por supuesto que somos incompetentes. Pero mi elección de leer lo legible tiene que ver con un orden de prioridades diferente. El lenguaje está ligado al contenido, y el contenido que yo busco es una teoría y una práctica intelectual que me resulte de utilidad en una investigación activista cuyas prioridades son, sobre todo, democratizadoras".

Aurora Levins Morales: "Intelectual orgánica certificada".

martes, 19 de julio de 2016

Las mujeres individuales frente a las mujeres como colectivo.

"Como había hecho Friedan antes, las mujeres blancas que dominan el discurso feminista hoy en día rara vez se cuestionan si su perspectiva de la realidad de las mujeres se adecua o no a las experiencias vitales de las mujeres como colectivo. Tampoco son conscientes de hasta qué grado sus puntos de vista reflejan prejuicios de raza y de clase, aunque ha existido una mayor consciencia de estos prejuicios en los últimos años. El racismo abunda en la literatura de las feministas blancas, reforzando la supremacía blanca y negando la posibilidad de que las mujeres se vinculen políticamente atravesando las fronteras étnicas y raciales. El rechazo histórico de las feministas a prestar atención y a atacar las jerarquías raciales ha roto el vínculo entre raza y clase. Sin embargo, la estructura de clase en la sociedad estadounidense se ha formado a partir de la política racial de la supremacía blanca; sólo a través del análisis del racismo y de su función en la sociedad capitalista se puede obtener una comprensión completa de las relaciones de clase. La lucha de clases está unida de forma inseparable a la lucha para terminar con el racismo".

bell hooks: "Mujeres negras. Dar forma a la teoría feminista".

lunes, 18 de julio de 2016

De los límites de la sororidad (VI).

"Las teorías feministas que examinan nuestras prácticas medievales como "residuos feudales" o nos etiqueta de "tradicionales", también nos evoca como mujeres políticamente inmaduras que necesitamos una orientación y enseñanza en el eje del feminismo occidental. Deben de ser contestadas de forma constante".

Valerie Amos y Pratibna Parmar.

"La presuposición de una hermandad automática entre mujeres blancas y negras es algo sin fundamento. La hermandad sólo puede crearse y desarrollarse cuando las mujeres blancas reconocen las complejas relaciones de poder entre las mujeres y varones blancos, de un lado, y las mujeres y varones negros, de otro".

Kum-Kum Bhavnani y Margaret Coulson: "Transformar el feminismo socialista. El reto del racismo".

"Las feministas occidentales deberían ampliar sus áreas de interés e ir más allá del modelo de opresión masculina de la mujer".

Yenna Wu.

sábado, 16 de julio de 2016

El cuerpo del deseo / El cuerpo de la fábrica.

"Uno de los hechos curiosos de los noventa es que la mayoría de las creaciones de mujeres artistas que gradualmente fueron vistas como un capital de la nueva industria cultural en desarrollo, y especialmente esas que constituyeron el punto álgido de los medios de masas, se articulaban en torno al cuerpo y el deseo femenino. En este panorama, a medida que el leit-motiv del feminismo se simplificaba en torno a la tríada "yo - mi yo misma - mi cuerpo", la llamada "escritura del cuerpo" iba encubriendo gradualmente la escritura de las mujeres. Si decimos que un fenómeno tal como la cultura de género (sexual) ciertamente viene a simbolizar y narrar la liberación sexual de las ciudadanas chinas, entonces este mismo fenómeno se revela como un arma de doble filo: si la flexibilización del sistema matrimonial abrió un espacio social para el cuerpo femenino y la liberación sexual, un espacio social que hizo emerger del sustrato histórico todo tipo de sexualidades minoritarias, también ésta abrió de par en par las puertas de un machismo cómplice y fortalecido por el capital.

(...) Además, mientras la "escritura del cuerpo" (o como alguien diría del cuerpo del deseo) de las mujeres jóvenes de las metrópolis constituía provocaciones y resistencias varias al sistema patriarcal, al mismo tiempo, no obstante, vino a ocultar otro tipo de cuerpo femenino: los cuerpos sufridos de las mujeres del campo que trabajaban en la ciudad, de las trabajadoras del sexo de las clases más bajas, los cuerpos de las mujeres viejas. Mientras las jóvenes urbanitas usan su cuerpo lleno de vitalidad para escribir sobre deseo y retos, la sangre y el sudor de la fábrica, el cuerpo de coque de las trabajadoras quemadas en los incendios o el de todas aquellas a las que les fue cerrada con candado y desde fuera la puerta principal, se pierden sorprendidos en un crepúsculo remoto".

Dai Jinhua: "Coordenadas de la mujer en China".

viernes, 15 de julio de 2016

La culpabilización de las madres.

"Mucha gente piensa hoy que el abandono de la lactancia materna es un fenómeno muy reciente, típico de una sociedad hipertecnificada, y que nuestras abuelas daban de mamar con la misma naturalidad que las mujeres de las cavernas. Desde esta perspectiva, sorprende toparse con la avalancha de admoniciones y reconvenciones de los médicos de finales del XIX y principios del XX dirigían a las mujeres. (...).

Durante todo el proceso de industrialización se dio una doble pauta. Por un lado, entre las mujeres de clase alta y, en menor grado, de la burguesía se solía considerar de mal tono alimentar personalmente a los propios hijos. A menudo las familias pudientes recurrían a nodrizas pobres que, a su vez dejaban a sus propios hijos a cargo de otras mujeres. Por otro lado, también las madres pobres de las ciudades que tenían un trabajo remunerado se veían obligadas a dejar a sus recién nacido al cuidado de otras mujeres, que los alimentaban con caldos y otros brebajes o, en el mejor de los casos, con leche de vaca rebajada. El resultado de esta situación fue una altísima tasa de mortalidad infantil.

(...) Los nuevos expertos tendían a subrayar las negligencias personales -reales o imaginadas- y a infravalorar la dimensión estructural de las dificultades a las que se enfrentaban. Para los higienistas la causa principal de la mortalidad infantil siempre parecía ser la ignorancia de los adultos a cargo de los niños, y especialmente de las madres. El enfoque científico de la crianza se mostraba ciego al hecho incontrovertible de que para las madres trabajadoras era materialmente imposible criar bien a sus hijos en las condiciones sociales en las que se encontraban. Así surgió lo que se ha convertido en la pauta común de la literatura de consejos sobre crianza: la culpabilización de las madres".

Carolina del Olmo: ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista.

jueves, 14 de julio de 2016

De la necesidad de repensarnos.

"Las marchas conocidas con el nombre de Reclama la Noche, que se desarrollaron en la segunda mitad de la década de 1970, con frecuencia recorrían zonas negras pidiendo mayor seguridad para las mujeres, a menudo con eslóganes que exigían mayor presencia policial (...). A pesar de las protestas de las mujeres negras, las manifestaciones de Reclama la Noche siguieron, y todavía siguen con frecuencia, llevando esos eslóganes que exigen mayor presencia policial. No sólo es un acto racista manifestarse en zonas negras exigiendo calles más seguras para las mujeres -¿para qué mujeres?-, sino que además, por decirlo suavemente, no conozco muchas mujeres negras que crean que la protección policial sea una forma de conseguir ese objetivo. El racismo actúa de forma que sitúa a las distintas mujeres en diferentes relaciones con las estructuras de poder y autoridad en la sociedad.

El problema con el concepto de género es que está enraizado en la base material y aparentemente simple y "real" de la diferencia biológica entre mujeres y varones. Pero lo que se construye sobre esa base no es una feminidad en relación con una masculinidad, sino varias. No es sólo que haya diferencias entre los distintos grupos de mujeres, sino que esas diferencias son a menudo escenario de un conflicto de intereses".

Kum-Kum Bhavnani y Margaret Coulson: "Transformar el feminismo socialista. El reto del racismo".

martes, 5 de julio de 2016

Cuando nuestras vidas no se adecuaban al saber oficial, confiábamos en nuestras vidas.

"En los grupos de autoconciencia a los que pertenecí los primeros años de la década de 1970, compartíamos historias personales muy emotivas acerca de cómo había sido realmente vivir como una mujer, examinando nuestras experiencias con los hombres y con otras mujeres en nuestras familias, en las relaciones sexuales, en los lugares de trabajo y en las escuelas, en el sistema de asistencia sanitaria y en la supervivencia frente al desprecio y la violencia social generalizada manifestada hacia nosotras. Mientras contábamos nuestras historias, reconocíamos que nuestras experiencias y nuestras reacciones eran comunes a muchas de nosotras, que nuestras percepciones, pensamientos y sentimientos tenían sentido para otras mujeres. Después utilizábamos esa experiencia compartida como una fuente de autoridad. Cuando nuestras vidas no se adecuaban al saber oficial confiábamos en nuestras vidas y utilizábamos el cuerpo colectivo mutuamente validado de nuestras historias para criticar esas versiones oficiales de la realidad".

Aurora Levins Morales: "Intelectual orgánica certificada".

lunes, 4 de julio de 2016

Que las mujeres no están siendo oprimidas.

"Si bien resulta evidente que muchas mujeres sufren la tiranía sexista, hay pocos indicios de que este hecho forje un vínculo común entre todas las mujeres. Hay muchas pruebas que demuestran que las identidades de raza y clase crean diferencias en la calidad, en el estilo de vida y en el estatus social que están por encima de las experiencias comunes que las mujeres comparten; y se trata de diferencias que rara vez se trascienden. Deben ponerse en cuestión los motivos por los que mujeres blancas, cultas y materialmente privilegiadas, con una variedad de opciones a la hora de elegir carrera y estilo de vida, insisten en que el sufrimiento no puede ser medido.

(...) Un principio central del pensamiento feminista moderno es el de que "todas las mujeres están oprimidas". Esta afirmación implica que las mujeres comparten una suerte común, que factores como los de raza, clase, religión, preferencia sexual, etc., no crean una diversidad de experiencias que determina el alcance en el que el sexismo será una fuerza opresiva en la vida de las mujeres individuales. El sexismo como sistema de dominación está institucionalizado, pero nunca ha determinado de forma absoluta el destino de todas las mujeres de esta sociedad. Estar oprimida quiere decir ausencia de elecciones. (...) Muchas mujeres no se unen a organizaciones que luchan contra el sexismo precisamente porque el sexismo no ha significado una falta absoluta de elecciones. Pueden saber que sufren discriminación por su sexo, pero no califican su experiencia de opresión. Bajo el capitalismo, el patriarcado está estructurado de modo que el sexismo restringe el comportamiento de las mujeres en algunos campos, mientras que en otras esferas se permite una liberación de estas limitaciones. La ausencia de restricciones extremas lleva a muchas mujeres a ignorar las esferas en las que son explotadas o sufren discriminación; puede incluso llevar a imaginar que las mujeres no están siendo oprimidas".

bell hooks: "Mujeres negras. Dar forma a la teoría feminista".

jueves, 30 de junio de 2016

La lógica del mercado frente a la lógica de los cuidados.

"Constantemente se nos habla de conciliación de la vida familiar y laboral, pero lo cierto es que la entera organización social parece obstinada en dar la espalda a esta realidad. Las tareas de cuidados que se desempeñan en el hogar y que siguen asumiendo predominantemente las mujeres son uno de los pilares de la economía. El modelo de trabajador en torno al cual orbita todo nuestro sistema laboral es, básicamente, un varón adulto, bien alimentado, limpio y con un mínimo de equilibro psíquico que le permita asumir su tarea. El trabajo y las habilidades que entrañó su crianza, los cuidados que recibe cuando tiene gripe, el apoyo emocional que le reconforta cuando está triste o preocupado y quién le hace la comida o le plancha la camisa son puntos ciegos, zonas de invisibilidad que nuestro sistema económico soslaya. Sin estos apoyos no sólo el trabajador no podría llegar a su empleo cada mañana en las condiciones apropiadas, sino que no habría trabajador ni sistema económico".

Carolina del Olmo: ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista.

"El modelo mediante el cual se resolvían las necesidades de cuidados se tambalea. Las mujeres, que habían dedicado todo su tiempo y energías a este trabajo no remunerado, se empiezan a incorporar masivamente a un mercado laboral masculino, cuya estructura está diseñada para personas que no tienen que cuidad a nadie. De este modo, la tensión entre la lógica del mercado y la lógica del cuidad emerge con gran intensidad y las mujeres empiezan a experimentar esta tensión en su propio cuerpo, que se convierte en lugar de batalla entre las exigencias de uno y otro escenario. Este hecho, que no pasa desapercibido para casi nadie, pretende solventarse con políticas y leyes denominadas de conciliación. Pero difícilmente puede conciliarse lo irreconciliable. En este caso, la centralidad de los mercados en la organización social se traduce en la priorización absoluta de los imperativos del mercado laboral frente a cualquier otro argumento. Sus necesidades prohibitivas organizan el tiempo social y son inapelables frente a las necesidades de cuidados".

Sira del Río: "La crisis de los cuidados. Precariedad a flor de piel".

lunes, 27 de junio de 2016

¿Recordáis los disturbios de Stonewall?

"¿Recordáis los disturbios de Stonewall? La primera piedra fue lanzada por una hermana travesti aquel 28 de junio de 1969, y así nació el movimiento de liberación gay. Recordad que las travestis y la gente gay de la calle siempre están en la línea de frente y listas para sacrificar sus vidas al movimiento. Recordad a la hermana travesti que estuvo en las calles recogiendo firmas para la petición para la ordenanza de derechos civiles homosexuales y fue arrestada en la calle 42. ¿Recordáis la sentada en la Universidad de Nueva York? Las travestis y los gays callejeros mantuvieron la fortaleza y no quisieron rendirse en esa noche de viernes sin antes ser sacados del subsótano.

Del mismo modo las hermanas y hermanos recuerdan que las travestis no son la escoria de la comunidad: simplemente pensad en los acontecimientos de los últimos dos años. Deberíais sentiros orgullosas de que formamos parte de la comunidad y deberíais intentar saber algo más sobre vuestros hermanos y hermanas travestis y sobre nuestra lícita forma de vida. ¡Recordad que iniciamos en su totalidad el movimiento del día 28 de junio del año 1969!".

Sylvia Rivera: "Come out!", 1971.

jueves, 23 de junio de 2016

La privatización de los saberes de las mujeres.

"Con el tiempo la gente fue aceptando la intervención de los expertos y sus conocimientos especializados en la crianza, un terreno que hasta ese momento estaba dominado por saberes tradicionales. Pero, al menos al comienzo, no fue un proceso particularmente amigable. La pediatría y otras profesiones asistenciales desarrollaron un creciente control del cuidado del bebé (...). En el campo del cuidado obstétrico se forzó la medicalización de la atención al parto y se prohibió el ejercicio a matronas de formación no reglada. Los médicos decidieron que las matronas estaban ejerciendo intrusismo profesional en un cambio en el que ellos debían ser los expertos. El resultado, contra lo que cabría imaginar, fue un repunte de la mortalidad en los partos: el hecho de que los médicos, todos ellos varones, carecieran de la menor formación práctica y basaran sus intervenciones en delirantes suposiciones especulativas fue considerado un inconveniente menor.

(...) La irrupción de los expertos (...) se retroalimentó con algunos de los efectos del proceso de modernización. El cauce de transmisión de los saberes en las comunidades tradicionales son los propios vínculos densos que caracterizan estas sociedades. Las mujeres aprendían a cuidar a los niños desde muy jóvenes en su familia y en sus círculos de afinidad, y a menudo gestionaban estos conocimientos con bastante autonomía. La individuación moderna eliminó las condiciones sociales que hacían posible este proceso de enseñanza y aprendizaje. Y el auge de los expertos terminó por borrar hasta su recuerdo. En el transcurso de unas pocas generaciones, la intervención del especialista pasó de verse como una injerencia -en algunos casos bienvenida, en otros impuesta- a percibirse como una necesidad. Una vez que las artes tradicionales de la buena crianza quedaron olvidadas, las mujeres empezaron a buscar ansiosamente el consejo de expertos que las ayudaran a criar a sus hijos".

Carolina del Olmo: ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista.

martes, 21 de junio de 2016

¿Y quién no lo es?

"Siempre he sido muy femenina, menos en una época en que tomé contacto con el feminismo, como activista y como lectora, y empecé a ver esa feminidad como una opresión, como algo impuesto, y me planteé que yo tenía que ser otra cosa. Después comprobé que a mí me gustaba ser femenina y punto. (...) Yo lo hacía porque sentía que políticamente era lo que tocaba pero a mí no me sentaba bien, vivía en una contradicción. Era una autoimposición, yo me lo marcaba como un objetivo.

(...) Durante años pensaba antes de salir de casa: me he puesto este escote, no puedo ir a este bar o a este otro porque me encontraré con mis compañeras de lucha y qué van a pensar. O: tengo reunión, ni de coña me pongo este vestido ajustado. Yo consideraba que mi aspecto tenía que estar en la misma línea del sitio al que iba, porque si no me sentiría rechazada. Cuando esto se prolonga durante mucho tiempo te va generando una sensación de no saber dónde estás ni quién eres. Me ha costado mucho, hasta hace relativamente poco tiempo, decir: salgo como me sale del coño y me da igual quien me vea. Ahora lo tengo muy claro pero durante años viví en lucha interna entre lo que yo quería de mí misma y el miedo a ser un producto patriarcal. ¿Y quién no lo es?".

Begoña, testimonio recogido en Itziar Ziga: Devenir perra.

domingo, 19 de junio de 2016

La mujer devorada por la madre (IV), o de las contradicciones de Aldous Huxley.

"La externalización del cuidado que defendió el racionalismo de Charlotte Perkins Gilman se está produciendo de hecho. Pero no a través de las iniciativas de activistas, sino por medio de la grisácea intervención de las instituciones burocráticas y el mercado. Así, en lugar de espacios de encuentro para niños gestionados de manera colectiva, tenemos un mercado de guarderías privadas, un servicio público deficiente de escuelas infantiles y un ejército de trabajadoras domésticas en régimen de semiesclavitud. En lugar de mujeres liberadas dedicadas al cultivo de su autonomía en el campo de su elección, tenemos hombres y mujeres subyugados por el empleo remunerado. Las pioneras feministas no ocultaban su radicalidad utópica. Hoy, en cambio, vivimos un utopismo light, que se niega a llamar a las cosas por su nombre y disfraza de conciliación lo que no deja de ser un experimento social brutal. Y quienes quieren y pueden permitirse ser madres, pasan su escaso tiempo libre sintiéndose culpables y oprimidas por los imperativos románticos en torno a la madre amantísima que ha de aprovechar esos ratos para dispensar a sus hijos todo el amor, toda la atención y todos los mimos que no ha podido ofrecerles durante el día. En ese sentido, la crisis de los cuidados contemporánea no es un fracaso sino el éxito definitivo de un programa de transformación social de una radicalidad asombrosa".

Carolina del Olmo: ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista.

jueves, 16 de junio de 2016

Sólo nos quieren sumisas o muertas.

"El 13 de junio de 2008, una mujer asesinó a su expareja cuando él venía a dialogar con ella hacha en mano. Ocurrió en la localidad cacereña de Madriñera y el suceso apenas tuvo cobertura mediática. Lo escuché en uno de tantos programas televisivos vespertinos, y nunca más se supo. Yo lo recuerdo porque era el cumpleaños de Virginie y la felicitamos con la buena nueva. Sin embargo, no abrieron la segunda edición de los telediarios con la noticia: mujer amenazada por su expareja logra librarse de la muerta y asesina en legítima defensa a su agresor, que tenía una orden de alejamiento. Nada, silencio. No vaya a ser que cunda el ejemplo.

He logrado encontrar en la hemeroteca el titular de El Mundo: "Una mujer mata a su exnovio tras un forcejeo con armas blancas". ¡Qué información tan inocente! No dice que ella ya lo había denunciado por maltrato, no dice que él incumplió la orden de alejamiento y que se dirigió al domicilio de ella con un hacha, no dice que ella tan sólo se defendió. Si esta mujer anónima -no he logrado conocer su nombre- no está muerta es porque se cansó de vivir con miedo y sacó un cuchillo. Claro que nuestra heroína sin nombre habría tenido el honor de aparecer en nuestras pantallas de haber acabado en un ataúd. Sólo nos quieren sumisas o muertas".

Itziar Ziga: Devenir perra.