domingo, 11 de septiembre de 2016

Rosie la Remachadora y la Mujer Maravilla.

"La espiral volvió a girar en la década de 1940 cuando una economía de guerra abrió millones de puestos industriales de alta remuneración para las mujeres, y el gobierno incluso empezó a ofrecer mínimo cuidado diurno y ayuda para el hogar. Los prospectos federales saludaban a la mujer trabajadora como a una verdadera patriota. Las mujeres fuertes se convirtieron en iconos culturales; Rosie la Remachadora era reverenciada y en 1941 se introdujo la Mujer Maravilla. Las mujeres recibieron de buen grado su nuevo status económico; de 5 a 6 millones entraron en la fuerza laboral durante los años de guerra, 2 millones en puestos de la industria pesada; para el fin de la guerra, representarían un récord del 57% de toda la gente empelada. El 75% informó en encuestas del gobierno que mantendrían sus puestos después de la guerra y, en la generación más joven, el 88% de las 33.000 muchachas encuestadas en un estudio del Senior Scholastic dijeron que también deseaban una carrera. Revivieron las energías políticas de las mujeres; las mujeres de clase trabajadora inundaron los sindicatos, protestaron por la paga igual, por iguales derechos de antigüedad y por el cuidado diurno, y las feministas lanzaron una nueva campaña para ERA [Enmienda de Derechos Iguales]. Esta vez, la enmienda obtuvo el aval de ambos partidos políticos y, en el curso de la guerra, por primera vez desde que se propusiera ERA en 1923, la Comisión Judicial del Senado la envió al Senado tres veces. En una muestra récord de buena voluntad legislativa, el Congreso de la época del '40 aprobó treinta y tres proyectos de ley para favorecer los derechos de las mujeres.

Pero con el fin de la Segunda Guerra Mundial, convergieron los esfuerzos de la industria, el gobierno y los medios para obligar a la retirada femenina. Dos meses después de declararse la victoria norteamericana en el exterior, las mujeres perdían su avanzada económica cuando 800.000 trabajadoras fueron despedidas de la industria aeronáutica; para el fin de ese año, 2 millones de trabajadoras habían sido purgadas de la industria pesada".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

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