"Es la cancelación del pasado político e histórico de las mujeres lo que hace que cada nueva generación de feministas aparezca como una excrecencia anormal en la faz del tiempo".
Adrienne Rich.
"El "movimiento de las mujeres" de mediados del siglo XIX, lanzado en la convención por los derechos femeninos de Seneca Falls en 1848 y articulado admirablemente por Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony, exigía el sufragio y una variedad de libertades: educación, empleos, derechos maritales y propiedad, "maternidad voluntaria", reforma sanitaria y de la vestimenta. Pero para fines de siglo, una contrarreacción aplastó los pedidos de justicia de las mujeres. Las mujeres retrocedieron ante una andanada de advertencias prácticamente idénticas a las de hoy, cuyos voceros fueron los estudiosos de la Ivy League, los líderes religiosos, los expertos médicos y los eruditos de la prensa de entonces. (...) Los medios y las iglesias se descargaban contra las feministas por propulsar las tasas de divorcio y las legislaturas estatales promulgaron más de cien leyes de divorcio restrictivas entre 1889 y 1906. Carolina del Sur prohibió directamente el divorcio. Y una banda de cruzados de la "pureza", como la contemporánea brigada de la Nueva Derecha, condenó la contracepción y el aborto como "obscenos" y trató de hacerlos prohibir. Para fines de 1900, lo había conseguido: el Congreso prohibió la distribución de anticonceptivos y una mayoría de Estados condenó el aborto, ambas cosas por primera vez en la historia de la nación".
Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.
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