"Así pues, si decimos que la apertura de la era Deng Xiaoping, hizo que la China del gaigekaifang dependiese e interaccionase más que nunca con el resto del mundo, y que se inició así un proceso radicalmente nuevo de "progreso histórico", también hemos de decir que, en términos generales, en estos últimos 20 años las mujeres chinas están experimentando, más lenta o más rápidamente, un verdadero retroceso histórico: no sólo la discriminación por sexo y edad en el mercado laboral se ha hecho cada vez un asunto más grave y de dominio público, sino que además se han agravado todas aquellas prácticas y situaciones que allá por los años 1950-70 desaparecieron en silencio: el matrimonio impuesto y la compra-venta de esposas, el rapto y la venta de mujeres, mujeres con salarios extremadamente bajos y sin seguro laboral, mercado de niñas trabajadoras, las condiciones extremadamente complejas y desiguales de la industria pornográfica y sexual...
(...) En realidad, y relacionado de principio a fin con el proceso de marginalización de la mujer, los problemas fundamentales que encara la sociedad china y en su precipitada modernización se transforman al mismo tiemo en problemas de las mujeres. Si el problema social más acuciante de la China de hoy es la grave y extrema brecha que se ha abierto entre ricos y pobres, entonces el problema de las mujeres pobres es una de sus caras más amargas. Si la trastienda de la posición adelantada del progreso capitalizador de China es la alarmante cantidad de sangre y sudor de los trabajadores, entonces las mujeres y niñas trabajadoras son, entre ellos, la mayoría que sufre la experiencia de la explotación. Si el problema más crítico que hoy afronta China es la topografía deteriorada del campo, la nulificación de los campesinos, entonces lo que este proceso hace visible al mismo tiempo es la feminización y el envejecimiento del campo".
Dai Jinhua: "Coordenadas de la mujer en China".