martes, 16 de agosto de 2016

Los problemas fundamentales se transforman en problemas de las mujeres.

"Así pues, si decimos que la apertura de la era Deng Xiaoping, hizo que la China del gaigekaifang dependiese e interaccionase más que nunca con el resto del mundo, y que se inició así un proceso radicalmente nuevo de "progreso histórico", también hemos de decir que, en términos generales, en estos últimos 20 años las mujeres chinas están experimentando, más lenta o más rápidamente, un verdadero retroceso histórico: no sólo la discriminación por sexo y edad en el mercado laboral se ha hecho cada vez un asunto más grave y de dominio público, sino que además se han agravado todas aquellas prácticas y situaciones que allá por los años 1950-70 desaparecieron en silencio: el matrimonio impuesto y la compra-venta de esposas, el rapto y la venta de mujeres, mujeres con salarios extremadamente bajos y sin seguro laboral, mercado de niñas trabajadoras, las condiciones extremadamente complejas y desiguales de la industria pornográfica y sexual...

(...) En realidad, y relacionado de principio a fin con el proceso de marginalización de la mujer, los problemas fundamentales que encara la sociedad china y en su precipitada modernización se transforman al mismo tiemo en problemas de las mujeres. Si el problema social más acuciante de la China de hoy es la grave y extrema brecha que se ha abierto entre ricos y pobres, entonces el problema de las mujeres pobres es una de sus caras más amargas. Si la trastienda de la posición adelantada del progreso capitalizador de China es la alarmante cantidad de sangre y sudor de los trabajadores, entonces las mujeres y niñas trabajadoras son, entre ellos, la mayoría que sufre la experiencia de la explotación. Si el problema más crítico que hoy afronta China es la topografía deteriorada del campo, la nulificación de los campesinos, entonces lo que este proceso hace visible al mismo tiempo es la feminización y el envejecimiento del campo".

Dai Jinhua: "Coordenadas de la mujer en China".

jueves, 11 de agosto de 2016

La disciplina de los cuerpos.

"Los cuerpos de las mujeres son disciplinados de maneras distintas: en los discursos de la maximización del beneficio, como obreras globales y trabajadoras del sexo; en los fundamentalismos religiosos, como receptáculos del pecado y la transgresión; en algunos discursos nacionalistas específicos, como guardianas de la cultura y la respetabilidad, y por tanto criminalizadas como prostitutas y lesbianas; en los discursos estatales de la familia nuclear originaria, como esposas y madres. Tanto los Estados postcoloniales como los capitalistas o coloniales avanzados organizan y refuerzan una estructura catética basada en la diferencia sexual (por ejemplo la heterosexualidad), que refuerzan con una variedad de medios, incluida la legislación. En casi todos los casos, sin embargo, estos Estados vinculan la heterosexualidad con la ciudadanía y organizan una "maquinaría de la ciudadanía" para producir una clase de leales ciudadanos heterosexuales y una clase subordinada de no-ciudadanos sexualizados, no procreativos, desleales a la nación y, por tanto, sospechosos".

M. Jacqui Alexander y Chandra Talpade Mohanty: "Genealogías, legados, movimientos".

martes, 9 de agosto de 2016

Contra la experiencia individual como justificación global.

"El simple hecho de haber nacido persona de color [en los Estados Unidos] o de haber sufrido los efectos del heterosexismo o de la privación económica no otorga, por sí mismo, a alguien una comprensión o conocimiento mejor de [nuestra] sociedad. La clave para reclamar autoridad epistémica para las personas que han sido oprimidas de una forma particular proviene de un reconocimiento de que tienen experiencias -experiencias de las que la gente que no está oprimida del mismo modo habitualmente carece- que pueden proporcionarles información que todos necesitamos para comprender de qué modo las jerarquías de raza, clase, género y sexualidad operan para sostener los regímenes de poder existentes en nuestra sociedad".

Paula Moya.

"Así, la experiencia de la represión puede ser, pero no lo es por necesidad, un catalizador para la organización. De hecho, es la interpretación de esa experiencia en un contexto colectivo la que marca el momento de paso de la percepción de las contradicciones y de la privación material a la participación".

M. Jacqui Alexander y Chandra Talpade Mohanty: "Genealogías, legados, movimientos".

lunes, 8 de agosto de 2016

Que las mujeres negras y las mujeres blancas tienen historias distintas.

"Una debe reconocer que las mujeres negras y las blancas tienen historias distintas y distintas relaciones con las luchas actuales (...). Las mujeres blancas que aceptan este debate deben reconocer la base material de su posición de poder respecto a las personas negras, tanto si son mujeres como si son varones. También resulta necesario reconocer las complejidades de esta relación de poder: por ejemplo, en el caso de las mujeres blancas respecto de los varones negros; una relación en la que pueden tener una posición de privilegio, estar oprimidas o ambas cosas a la vez.

En sus contribuciones a esta discusión, las mujeres blancas no pueden esquivar el legado de racismo en el seno del feminismo. Este legado tiene una larga historia que incluye el dominio de la eugenesia en los movimientos de control de la natalidad, tanto en los antiguos como en los más recientes; la aceptación entusiasta por parte de la mayoría de las sufragistas del nacionalismo imperialista y, en el mejor de los casos, el fracaso de las campañas anti-violación a la hora de evitar que reproduzcan estereotipos racistas sobre la sexualidad de los varones negros. (...) Aunque el discurso "¿Acaso no soy yo una mujer?" de Sojourner Truth ha sido citado a menudo en el movimiento de las mujeres... ¿de qué ha servido? Dejando aparte el racismo intencionado, se ha utilizado la falta de información como excusa para dejar a las mujeres negras fuera de los análisis, o bien se las ha definido como un problema o se las ha convertido en algo exótico. Tenemos la impresión de que las mujeres negras han sido simplemente añadidas al movimiento sin que se haya realizado una transformación global necesaria para el análisis".

Kum-Kum Bhavnani y Margaret Coulson: "Transformar el feminismo socialista. El reto del racismo".

viernes, 5 de agosto de 2016

Que la igualdad significa compartir la miseria.

"Mientras muchas mujeres del occidente estaban regresando a sus casas en la década de los cincuentas, muchas mujeres chinas estaban a la cabeza en la esfera pública al participar en la producción. Este hecho creó un mito entre las mujeres occidentales, que vieron a las mujeres chinas como mujeres liberadas.

Yo lo llamo el mito de "la liberación de la mujer", explica Xiaojiang. Las mujeres de Occidente no se dieron cuenta que nosotras entramos a la sociedad en condiciones de estándares de producción muy bajos, y debido al gran peso del trabajo, incluyendo el social y el doméstico, las mujeres chinas no han obtenido una liberación real. Ustedes nos dicen "ustedes han sido liberadas", y nosotras decimos que hemos sigo sobrecarcadas.

(...) Las mujeres de China fueron "liberadas" pero también fueron "hechas prisioneras" bajo la bandera de la igualdad sexual y la igualdad de oportunidades en el empleo: igual trabajo, igual salario".

"Feminismo chino: sosteniendo la mitad del cielo".

" La igualdad entre hombres y mujeres significa compartir la miseria".

Wang Anyi.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Elegimos leer lo legible.

"El lenguaje en el que se expresan las ideas nunca es neutro. El lenguaje que usan las personas revela importante información acerca de con quiénes se identifican, cuáles son sus intenciones, para quién están escribiendo o hablando. El envoltorio es la mercantilización del producto y cumple la función exacta para la que se ha diseñado. El lenguaje innecesariamente especializado se utiliza para humillar a quienes se supone que no deben sentirse autorizados para entenderlo. Vende la ilusión de que sólo quienes pueden manejarlo son capaces de pensar.

Una respuesta frecuente para quienes muestran resistencias a este lenguaje exclusivo es que sufren de pereza intelectual. Como cualquier otra forma de controlar las entradas, el caso es que nosotras, y no los porteros, somos las responsables de haberlas atravesado. Debemos abandonar lo que estemos haciendo, olvidar por lo que vinimos y dedicar nuestras energías a aprender las técnicas del allanamiento de morada. Se nos exige que lo hagamos tan sólo para obtener la posibilidad de unirnos a la discusión. Si no mostramos interés, se da por supuesto que somos incompetentes. Pero mi elección de leer lo legible tiene que ver con un orden de prioridades diferente. El lenguaje está ligado al contenido, y el contenido que yo busco es una teoría y una práctica intelectual que me resulte de utilidad en una investigación activista cuyas prioridades son, sobre todo, democratizadoras".

Aurora Levins Morales: "Intelectual orgánica certificada".