martes, 31 de marzo de 2015

De la economía fálica masculina.

"La diferencia entre sexos no reside en si se tiene o no pene, sino en si se forma parte o no de la economía fálica masculina".

Antoinette Fouque.

"Las relaciones no eran cordiales entre las mujeres y el nuevo comité de huelga elegido en la asamblea del 10 de agosto. Incluso los dirigentes combativos de los sindicatos desaprobaban las manifestaciones salvajes de las mujeres. Se ponían también a la táctica que las mujeres empleaban contra las esquirolas, a quienes cortaban el pelo para marcarlas como traidoras. (...) Sugerían que se vendiera el cabello a los fabricantes de pelucas para recaudar fondos para las cocinas de resistencia. La Constancia calificaba a las mujeres de populacho y trataban de persuadirles de que cesaran de manifestarse. (...) [Ellas] insistían en que eran ellas, y no los dirigentes de la huelga, quienes hablaban en nombre de la comunidad y que no estaban de acuerdo en concluir la huelga".

Temma Kaplan: "Conciencia femenina y acción colectiva: el caso de Barcelona, 1910-1918".


lunes, 30 de marzo de 2015

¿De qué mujeres hablamos cuando hablamos de las mujeres?

"En Estados Unidos, el feminismo nunca ha surgido de las mujeres que de forma más directa son víctimas de la opresión sexista; mujeres a las que se golpea a diario, mental, física y espiritualmente; mujeres sin la fuerza necesaria para cambiar sus condiciones de vida. Son una mayoría silenciosa. Una señal de su victimización es que aceptan su suerte en la vida sin cuestionarla de forma visible, sin protestar organizadamente, sin mostrar ira o rabia colectiva. La Mística de la feminidad, de Betty Friedan, que sigue siendo apreciado por haber abierto camino al movimiento feminista contemporáneo, fue escrito como si esas mujeres no existieran. La famosa frase de Friedan, "el problema que no tiene nombre", citada a menudo para describir la condición de las mujeres en esta sociedad, se refería de hecho a la situación de un grupo selecto de mujeres blancas, casadas, de clase media o alta y con educación universitaria: amas de casa aburridas, hartas del tiempo libre, del hogar, de los hijos, del consumismo, que quieren sacarle más a la vida. Friedan concluye su primer capítulo afirmando: "No podemos seguir ignorando esa voz que, desde el interior de las mujeres, dice: quiero algo más que un marido y una casa". A ese "más" ella lo definió como una carrera. En su libro no decía quién tendría entonces que encargarse del cuidado de los hijos y del mantenimiento del hogar si cada vez más mujeres, como ella, eran liberadas de sus trabajos domésticos y obtenían un acceso a las profesiones similar al de los varones blancos. No hablaba de las necesidades de las mujeres sin hombre, ni hijos, ni hogar. Ignoraba la existencia de mujeres que no fueran blancas, así como de las mujeres blancas pobres. No decía a sus lectoras si, para su realización, era mejor ser sirvienta, niñera, obrera, dependienta o prostituta que una ociosa ama de casa".

bell hooks: "Mujeres negras: Dar forma a la teoría feminista", en Otras inapropiables.

domingo, 29 de marzo de 2015

Pese a todo, la vida.

"He visto mujeres abandonadas en las cuevas del Gobierno Civil y hombres echados desnudos en el calabozo. He visto golfos andrajosos salir gateando de las cuevas del cerrillo de San Blas y los he contemplado cómo devoraban gatos muertos. He visto asilos que son la parodia más terrible de la caridad".

Pío Baroja: Escritos de Juventud, 1890-1904.

“Se llamaba el Barrio de las Injurias. Allí aprendí todo lo que sé, lo bueno y lo malo. A rezar a Dios y a maldecirle. A odiar y a querer. A ver la vida cruda y desnuda, tal como es. Y a sentir el ansia infinita de subir y ayudar a subir a todos el escalón de más arriba. Yo sé lo que es ser el hijo de la lavandera; sé lo que es que le recuerden a uno la caridad".

Arturo Barea: La forja de un rebelde I: La forja, 1941.

sábado, 28 de marzo de 2015

En torno a la Semana Santa.

"Cuando vino un miliciano a registrar la casa yo le enseñé todos mis santos, tranquilamente. «Pero ¿usted cree en esas paparruchas de Dios?», me dijo. «Claro que sí ¿usted no?», le contesté. «No, ni permito que lo crea nadie». «Entonces yo soy más republicana que usted, porque a mí me trae sin cuidado lo que los demás piensen, creo en la libertad de ideas». Entonces se rascó la cabeza y me dio la razón. Al otro día me trajo un rosario de regalo de los que tenían ellos requisados. Te advierto que ese mismo día a los vecinos de arriba, que sólo tenían un san Antonio sobre la cama, se lo tiraron por la ventana...".

Carmen Laforet: Nada.

viernes, 27 de marzo de 2015

La Santa Trinidad y el mito de la desaparición de la clase.

"Las variadas interpretaciones de los cambios de la posguerra, consagradas a la santísima trinidad de la prosperidad, el consenso y el aburguesamiento, descansaron en un mito singular: la clase trabajadora estaba desapareciendo. Este postulado de «extinción de la clase» fue cuestionado desde finales de la década de 1950 a través de dos dimensiones principales.

La primera fue el redescubrimiento de la pobreza y de la permanencia de enormes desigualdades de la riqueza. (…) La pobreza era una característica estructural y no accidental del capitalismo, (…) la riqueza sólo era redistribuida nominalmente y (…) la principal beneficiaria del Estado benefactor era, de hecho, la clase media. (…) El presunto movimiento hacia la igualdad (la idea de que ciertas «estructuras de oportunidad» se habían impuesto y había nacido una nueva estructura social fluida) se mostró una promesa vacía. Incluso si las inequidades entre las clases habían declinado, no ocurría así con la distribución de las oportunidades vitales". 

Stuart Hall y Tony Jefferson (eds.): Rituales de resistencia. Subculturas juveniles en la Gran Bretaña de posguerra.


jueves, 26 de marzo de 2015

¿Acaso no soy yo una mujer?

"Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes, al cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado y plantado y cosechado, y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy yo una mujer? (...) He tenido trece hijos, y los vi vender a casi todos como esclavos, y cuando lloraba con el dolor de una madre, ¡nadie, sino Jesús me escuchaba! ¿Y acaso no soy yo una mujer?

Ustedes hablan de esa cosa en la cabeza. ¿Cómo es que le dicen? ¡Eso es, cielo! ¡Intelecto! ¿Qué tiene que ver eso con los derechos de las mujeres o de los negros? Si mi copa no tiene espacio más que para una pinta, y la tuya para un cuarto de galón, ¿no es feo por tu parte no dejarme tener mi pequeña medida llena?

Entonces ese hombre pequeño negro de allá, él dice que las mujeres no podemos tener tantos derechos como los hombres, ¡porque Cristo no era una mujer! ¿De dónde viene tu Cristo? ¡De Dios y de una mujer! El hombre no ha tenido nada que ver con Él.

Si la primera mujer que Dios hizo fue lo suficientemente fuerte para dar la vuelta al mundo sola, estas mujeres juntas deben ser capaces de darle la vuelta al mundo en sí mismo ¡y ponerlo del lado correcto para arriba de nuevo!".

Sojourner Truth: "¿Acaso no soy yo una mujer?", 1852.


miércoles, 25 de marzo de 2015

La mujer devorada por la madre.

"Y ya tenemos nuevamente enfrentados el concepto de mujer y el de madre. Porque resulta que los sabios no han descubierto ningún mediterráneo; a través de todas las edades se ha venido practicando la exaltación mística de la maternidad; antes se exaltaba a la madre prolífica, paridora de héroes, de santos, de redentores o tiranos; en adelante se exaltará a la madre eugenista, a la engendradora, a la gestadora, a la paridora perfecta; y antes y ahora todos los esfuerzos son convergentes a mantener en pie la brutal afirmación de Okén que citaba el otro día: "La mujer no es el fin, sino el medio de la naturaleza; el único fin y objetivo es el hombre".

He dicho que teníamos nuevamente enfrentados el concepto de mujer y el de madre, y he dicho mal; ya tenemos algo peor: el concepto de madre absorbiendo al de mujer, la función anulando al individuo.

Se diría que en el transcurrir de los siglos el mundo masculino ha venido oscilando frente a la mujer entre dos conceptos extremos: de la prostituta a la madre, de los abyecto a lo sublime sin detenerse en lo estrictamente humano: la mujer. La mujer como individuo, como racional, pensante y autónomo.

Si buscáis a la mujer en las sociedades primitivas, sólo hallaréis a la madre del guerrero, exaltadora del valor y de la fuerza. Si la buscáis en la sociedad romana, sólo hallaréis a la matrona prolífica que surte de ciudadanos la República. Si la buscáis en la sociedad cristiana la hallaréis ya convertida en la madre de Dios.

La madre es el producto de la reacción masculina frente a la prostituta que es para él toda mujer. Es la deificación de la matriz que lo ha albergado. (...) Por la madre queréis excluir a la mujer cuando podéis tener mujer y madre, porque la mujer no excluye nunca a la madre".

Lucía Sánchez Saornil: "La cuestión femenina en nuestros días", Solidaridad Obrera, 15 de octubre de 1935.


martes, 24 de marzo de 2015

No hay masas que salvar.

"Ahora deberíamos estar pensando en formas de pagar los servicios comunes que garanticen la adecuada libertad de aquellos que en realidad ofrecen dicho servicio, que al mismo tiempo lo protejan y nos protejan de una minoría dominante, ya sea política o económica. Creo que hay maneras de hacerlo si de verdad creemos en la democracia.

Pero ésta es la pregunta final: ¿cuántos de nosotros creemos de verdad en ella? (...) La respuesta es bastante sencilla: los millones de personas que en Inglaterra todavía no la tienen allá donde trabajan y sienten. (...) Los medios técnicos son bastante difíciles, pero la mayor dificultad reside en aceptar en lo más profundo de nuestras mentes los valores en que se funda: que debería gobernar la gente corriente; que la cultura y la educación son algo ordinario; que no hay masas a las que salvar, captar o dirigir, sino más bien esta multitud en el curso de una expansión extraordinariamente rápida y confusa de sus vidas. La tarea de un escritor consiste en ocuparse de los significados individuales y hacerlos comunes. Percibo estos significados en la expansión, allá donde, a lo largo de la travesía, los cambios necesarios están escribiéndose en la tierra, donde el lenguaje cambia pero la voz sigue siendo la misma".

Raymond Williams: La cultura es algo ordinario, 1958.

lunes, 23 de marzo de 2015

Que se suiciden ellos.

"Os horrorizáis de que queramos suprimir la propiedad privada. Pero en vuestra sociedad existente la propiedad privada está suprimida para nueve décimas partes de sus miembros; existe precisamente gracias a que no existe para nueve décimas partes. Nos reprocháis, pues, que queramos suprimir una propiedad que supone, como una de sus condiciones necesarias, la carencia de propiedad de la inmensa mayoría de la sociedad".

Marx y Engels, Manifiesto Comunista, 1848.

domingo, 22 de marzo de 2015

Sobre la sororidad.

"Contra el fondo de una huelga metalúrgica y mecánica, un escándalo absorbió la atención de la comunidad de mujeres de la clase obrera de Barcelona, en octubre de 1910. Los obreros estaban luchando por la jornada de nueve horas y contra los despidos y el desempleo. (...) Los trabajadores varones se preocupaban de la situación laboral. Las mujeres se sentían ultrajadas por la vejación de una niña.

La viuda de un inspector de policía, madre de seis hijos, todos ellos más o menos enfermos, había ingresado a las dos niñas menores, de siete y cuatro años, en un convento para huérfanos. El 10 de octubre de 1910, la viuda recibió una carta de la Madre Superiora en la que le decía que la niña de siete años estaba enferma y debería volver a casa. La niña sufría un dolor agudísimo en el área genital, debido a lesiones internas y externas. Las monjas dijeron que sufría una enfermedad contagiosa. Después de cierta demora, los médicos de la clínica admitieron que tenía una enfermedad venérea, resultado de la violación por un extraño que se había ofrecido a bañarla.

La comunidad femenina de Barcelona adoptó a la víctima como propia. El 17 de octubre, fiesta local en la vigilia del día de San Lucas, un gran número de mujeres humildes, descritas como "mujeres del pueblo", y de vendedoras de los mercados del Borne y de la Barceloneta, de la parte antigua de la ciudad, se congregó frente a la casa de la niña. No pasaron por la iglesia; pocas mujeres se incorporaron a las manifestaciones anticlericales que habían organizado los hombres. Lo que parecía estar en disputa para las mujeres era la solidaridad con la madre y su hija enferma (...). Cuando la policía presionó a madre e hija, las vecinas ejercieron vigilancia y actuaron como un conjunto. La policía trató de persuadir a la madre de que su hija había participado en actos inmorales fuera de la escuela del convento, pero las mujeres se sintieron tan ultrajadas como su madre, que proclamaba la inocencia de su hija. 

(...) Cuando las mujeres pretendieron unirse como tales, alarmaron a las autoridades y el gobernador prohibió la concentración. La conciencia de que serían los funcionarios, y no ellas, quienes decidirían cómo serían tratadas la víctima y su familia ofendió gravemente a las mujeres. La respuesta de los funcionarios equivalía a una violación de los derechos de las mujeres a proteger a los niños y a las demás mujeres. Porque, al margen de la propia violencia, el hostigamiento sexual desafía realmente la autoridad de las mujeres sobre las demás mujeres y sobre su sexualidad colectiva".

sábado, 21 de marzo de 2015

Autorrecordatorio.

"La herstory de las mujeres negras está entretejida con la de las mujeres blancas, pero esto no significa que sean las mismas historias. Tampoco necesitamos que las feministas blancas escriban nuestra herstory por nosotras, pues podemos hacerlo y estamos haciéndola por nosotras mismas. Sin embargo, cuando ellas escriben su herstory y la llaman historias de mujeres, e ignoran nuestras vidas y niegan su relación con nosotras, ése es el momento en que están actuando dentro de las relaciones racistas y escribiendo así his-tory".

Hazel V. Carby: "Mujeres blancas, ¡escuchad!".


viernes, 20 de marzo de 2015

Frente a Judith, Salomé.

"La nueva mujer formaba parte de lo inasumible por reivindicarse como individuo real, pues esa reivindicación implicaba el derecho a la liberación sexual y una demanda de protagonismo en la sociedad. Ambas cosas apuntaban a un preocupante proceso de feminización general. La remitificación de la mujer para subrayar su legendaria dimensión maligna (…) fue una de las reacciones previsibles. (…) El orden patriarcal había inventado al ángel doméstico como antídoto para una visión mítica de la mujer en la que ésta se confundía totalmente con su sexualidad. Y la sexualidad, sin los estrictos controles convencionales, representaba para los victorianos una energía tan invasiva como demoledora".

Luís Martínez Victorio: Decadentismo y misoginia: visiones míticas de la mujer en el Fin de Siglo.


jueves, 19 de marzo de 2015

Ese mundo está creciendo en este instante.

“Compañero, compañera son palabras hermosísimas, imprescindibles. ‘La revolución no es un placer solitario’, decía Daniel Bensaid. Necesitamos como agua de mayo estar rodeados de lealtades, de gente que sabemos que no nos fallarán; especialmente, de gentes en las que la confianza no se basa en la coincidencia en la misma organización o en las mismas ideas de la A a la Z, en compartir todo el camino, sino la búsqueda y la meta”.

Miguel Romero, ‘Moro’, compañero y revolucionario (1945-2014).

"–Aun cuando ustedes ganaran, iban a heredar montones de ruinas me aventuré a interrumpir su silencio.

Durruti pareció salir de una profunda reflexión, y me contestó suavemente, pero con firmeza:

–Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades... ¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero –le repito– a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Y luego agregó: “Ese mundo está creciendo en este instante”.

Van Passen: "Dos millones de anarquistas luchan por la revolución".

miércoles, 18 de marzo de 2015

Contra la idea de víctima.

"Hoy, como antes, las feministas luchan con el fin de diseñar una estrategia eficaz para combatir la violencia y la humillación sexual en nuestra sociedad, en la que parece tan profundamente arraigada la misoginia violenta. Del mismo modo, los medios de comunicación siguen difundiendo el terror de la violencia masculina, como hicieron durante los escándalos sxuales de la década de 1880, convenciendo a las mujeres de que son víctimas impotentes. En este entorno cultural, las feministas nos hemos enfrentado con las dolorosas contradicciones históricas de nuestras estrategias sexuales (...). Por supuesto, el actual movimiento de mujeres ha generado una variedad de respuestas que transcienden la fatalidad mítica presente en una narración como la del Destripador: técnicas de autodefensa, marchas de recuperación de la noche, teléfonos contra las violaciones, refugios para mujeres maltratadas, manifestaciones contra la pornografía, coaliciones para los derechos de las prostitutas, (...) ofrecen una serie variada y contradictoria de estrategias contra la falsa idea de pasividad femenina universal.

Pero las feministas necesitamos reconocer también en qué medida participamos y contribuimos a la difusión de narraciones culturales que representan la violencia masculina o la conversión de la mujer en víctima como el resultado de causas y efectos aislados. El hecho de basarse en una iconografía de víctimas femeninas puede disminuir el impacto político de las iniciativas públicas de las feministas. Como propagandistas y actores públicos, debemos tener cuidado de no hacerle el juego a las fuerzas de la reacción política, que están encantadas de atribuir a las mujeres el papel de víctimas necesitadas de la protección y el dominio del hombre, y que desean transformar la protesta feminista en una política de la represión".

Judith R. Walkowitz: La ciudad de las pasiones terribles: narraciones sobre el peligro sexual en el Londres victoriano.

martes, 17 de marzo de 2015

La necesidad de conservar la vida.

"El espíritu de las mujeres ha hablado con suficiente elocuencia para arrastrar a toda la población trabajadora y, como en otras campañas por la justicia social, las mujeres animan a la exaltación. Será necesario negociar con ellas, porque nunca aceptarán un recorte de sus metas".

"Las huelgas de Barcelona", El Imparcial, 30 de julio y 1 de agosto de 1913.

"Las vidas de las mujeres de las clases bajas giran en torno a su trabajo como recolectoras y distribuidoras de los recursos sociales de la comunidad, trabajen o no como asalariadas fuera de sus casas. Las mujeres que tienen dinero simplemente contratan a otras mujeres para que les hagan el trabajo de mantener la vida que no quieren hacer por sí mismas (...) pero todas las clases de mujeres comprenden lo que la división sexual del trabajo de su sociedad requiere de ellas: el fundamento de la conciencia de las mujeres es la necesidad de conservar la vida.

(...) Al colocar la necesidad humana por encima de otras exigencias sociales y políticas, y la vida humana por encima de la propiedad, los beneficios e incluso los derechos individuales, la conciencia femenina crea la visión de una sociedad que todavía no ha hecho su aparición. La cohesión social se alza sobre los derechos individuales y la calidad de vida, por encima del acceso al poder institucional. (...) Los movimientos de mujeres siguen pautas comunes: se concentran en temas de consumo y de paz, y se oponen a los agresores exteriores. (...) Las mujeres pueden incluso atacar a los gobernantes cuando los precios de los alimentos suben demasiado por razones sospechosas, cuando el hostigamiento sexual pone en cuestión la dignidad de las mujeres o cuando la comunidad de mujeres parece atacada".

Temma Kaplan: "Conciencia femenina y acción colectiva: el caso de Barcelona, 1910-1918".


lunes, 16 de marzo de 2015

Espístolas democráticas.

"En su libro publicado en 1925, titulado Feminismo socialista, María Cambrils narró una anécdota que refleja bien la actitud de muchos liberales en el debate que tendría lugar en el parlamento español en 1931 sobre el voto de las mujeres. La líder socialista se refirió a una carta enviada por Alejandro Lerroux a una compañera de aquélla, a propósito de la promulgación del Estatuto Municipal de 1924. Desde las enormes limitaciones impuestas por el contexto político, el Estatuto de Primo de Rivera otorgaba el derecho a elegir y ser elegidas para cargos públicos municipales y provinciales, excluyendo de esta prerrogativa a las mujeres casadas sujetas a la patria potestad del marido y a las prostitutas. En la que la narradora denominaba sarcásticamente "epístola democrática" de Lerroux, éste advertía: "Sé que está usted dispuesta a votar por las ideas redentoras, pero si hay oportunidad vote, pues le advierto que si yo gobierno no tendrá ocasión de volver a votar". Al hilo de estas palabras, María Cambrils se preguntaba, con justificado escepticismo, qué podían esperar las mujeres de una democracia así entendida".

Nerea Aresti: "Los argumentos de la exclusión. Mujeres y liberalismo en la España contemporánea".


domingo, 15 de marzo de 2015

Que el trabajo es explotación y punto.

"El tiempo de la flexibilidad no es sólo un tiempo discontinuo, desarticulado, sino un tiempo que engendra desorden, que invierte las secuencias biográficas personales y familiares. (...) La provisionalidad es posible soportarla cuando hay en perspectiva un futuro estable y duradero para uno mismo o para su familia, por el que merece la pena luchar y esforzarse, pero cuando lo que se dibuja es la provisionalidad como condición de vida, pierde sentido cualquier esfuerzo y sacrificio. Valores y cualidades que han ido forjando una identidad, y han hecho posible crear narrativas de vida coherentes, se ven de repente cuestionados e invalidados para dar sentido no sólo al presente y al futuro, sino también al pasado".

Ana María Rivas: “Del trabajo como valor de inscripción social al trabajo como factor de desestructuración social: el caso de los trabajadores y trabajadoras desplazados por la deslocalización industrial dentro del Estado Español”.

"en otras palabras había hecho muchos trabajos en mi vida. De obrero de la construcción de carga y descarga de lavaplatos en un restaurante de jornalero de estudiante que tampoco deja de ser un trabajo. Había trabajado en la Alemania en la Magnetti en la Marelli en la Ideal Standard. Y ahora estaba en la Fiat esa Fiat que era todo un mito por el dinero que se decía que allí se ganaba. Realmente había entendido una cosa. Que con el trabajo sólo se puede vivir. Pero vivir mal como obrero como explotado. El tiempo libre del día todas las energías se te van de las manos. Comes mal. Estás obligado a levantarte a horas imposibles según el sector y el trabajo que hagas. Había entendido que el trabajo es explotación y punto".

Nanni Balestrini: Lo queremos todo.

viernes, 13 de marzo de 2015

De la miseria en el medio estudiantil.

"Por mi parte, creo que nuestro sistema educativo, con sus élites áureas, se parece demasiado a nuestro sistema social (una capa superior de dirigentes, una capa intermedia de supervisores y una gran base de obreros) como para que sea una coincidencia. No puedo aceptar que la educación sea un periodo de formación para el puesto de trabajo, ni para hacer ciudadanos útiles (esto es, que se amolden a este sistema). La educación es un mecanismo de confirmación de los significados comunes de la sociedad y de las destrezas humanas para mejorarlos. Los puestos de trabajo se desprenden de este proceso de confirmación: primero la finalidad, y luego la destreza laboral".

Raymond Williams: La cultura es algo ordinario, 1958.

"La expropiación del tiempo de vida del estudiante constituye el elemento central, forma y contenido de la nueva condición estudiantil. El dominio sobre el tiempo de vida tiene dos significados: en primer lugar, la orientación de los estudios según las exigencias de las empresas, es decir, de las competencias específicas que debe tener la fuerza de trabajo para ser rápidamente vendible. Pero, en segundo lugar, el elemento central en la práctica es el disciplinamiento de la futura mano de obra y la eliminación del derecho sobre la organización de la propia vida. Se estudia para aprender a ser precario, disponible para cualquier trabajo".

Carlos Sevilla y Miguel Urbán: Prólogo de De la miseria en el medio estudiantil.

jueves, 12 de marzo de 2015

Ellas.

"Están allí pintadas las paredes, los techos de las cavernas; alces, bisontes, figuras que vienen de eso que llaman Prehistoria; caballos, fieras, hombres, mujeres que no tienen edad. Fueron pintadas, pintados, hace miles y miles de años, pero nacen de nuevo cada vez que alguien las mira.

Y uno se pregunta: ¿Cómo pudieron ellos, nuestros remotos abuelos, pintar de tan delicada manera?, ¿cómo pudieron aquellos brutos que peleaban mano a mano con las fieras más feroces, crear esas figuras tan, tan plenas de gracia, esas mágicas obras volanderas que se escapan de la roca y por los aires vuelan?, ¿Cómo, cómo pudieron ellos?... ¿O eran Ellas?".

Eduardo Galeano: Mujeres.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Una sufragista es una persona que tiene la casa siempre sucia.

"No puedo sufrir con paciencia el ridículo papel que generalmente hacemos las mujeres en el mundo, unas veces idolatradas como deidades y otras despreciadas aun de hombres que tienen fama de sabios".

Inés Joyes y Blake: Apología de las mujeres, 1798.

"Si una joven demuestra tener inclinaciones políticas, o ideas propias, la mayoría de mujeres la mira con desprecio como a alguien que no se ocupa de limpiar la entrada ni de los asuntos domésticos, y que, por lo tanto, no es apto para juntarse con sus respetables hijas y hermanas. Si las muchachas llegan a desear una vida diferente o ideas más amplias, las madres temen que se vuelvan socialistas o sufragistas; y un socialista es una persona con opiniones laxas sobre los relojes y los monederos de los demás, y sobre los maridos y esposas de los demás. Una sufragista es una persona que tiene la casa siempre sucia".

Lavena Saltonstall, antes de 1908.


martes, 10 de marzo de 2015

Porque pensaba que la Historia podía cambiar las cosas.

"La misma manera de plantear los problemas y las perspectivas adoptadas suponen una jerarquía de intereses; toda cualidad envuelve valores; no hay descripción pretendidamente objetiva que no se levante sobre un plan ético".

Simone de Beauvoir: El segundo sexo.

"En un momento en que se nos bombardea con imágenes del pasado por todas partes, en el que las cuestiones del ser y de la subjetividad, de la nacionalidad y de la identidad, de las voces que reclamaban la inclusión en el programa académico, los historiadores no pueden instalarse en una problemática exclusivamente propia, menos que nadie, aquellos como los socialistas que se supone que creen que el saber es indivisible, y el conocimiento una criatura de su tiempo".

Raphael Samuel, 1991.

"Me convertí en historiador porque pensaba que la Historia podía cambiar las cosas. Esto nunca fue una creencia ingenua en que hacer Historia por sí misma podía convertirse en un acto de transformación. Pero la forma en que el pasado se recupera tiene consecuencias sobre cómo puede percibirse el presente. (...) En una formulación más contundente, se puede argumentar que el conocimiento de las luchas del pasado, colectivas o individuales, puede dar forma por sí mismo a la resistencia del tiempo presente. Dependiendo de cómo se cuenta la Historia, el pasado proporciona espacios potenciales de oposición. Esto nos permite decir: no tenía por qué pasar así. Y en el futuro podría ser diferente".

Geoff Eley: Una línea torcida. De la Historia cultural a la Historia de la sociedad.

lunes, 9 de marzo de 2015

El tiempo de la fábrica o el tiempo del burdel.

"El burdel reglamentado funciona como la imagen invertida de los espacios sociales ideales de la conciencia burguesa. Frente al hogar, dominado por la figura del varón proveedor y atravesado por una ética del trabajo, del ahorro y de la morigeración de las pasiones, el burdel es el mundo de la carne, del lujo y la ostentación, donde la mujer regula los tiempos y las acciones. Frente a la fábrica, donde el tiempo es minuciosamente medido en función de su convertibilidad en capital y donde la distracción está duramente punida, el burdel opera como un paréntesis en el que el tiempo se ralentiza, pierde su cronología laboral y se canjea por placer". 

Francisco Vázquez y Andrés Moreno: Sexo y razón: una genealogía de la moral sexual en España (siglos XVI-XX).


domingo, 8 de marzo de 2015

Todas las mujeres, todos los días.

"Las madres, hijas, hermanas, representantes de la nación, piden que se las constituya en asamblea nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes, a fin de que los actos del poder de las mujeres y los del poder de los hombres puedan ser, en todo instante, comparados con el objetivo de toda institución política y sean más respetados por ella (...).

En consecuencia, el sexo superior tanto en belleza como en coraje, en los sufrimientos maternos, reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser supremo, los Derechos siguientes de la Mujer y de la Ciudadana".

Olympe de Gouges: Declaración de los derechos de la mujer y de la Ciudadana, 1791.



sábado, 7 de marzo de 2015

Ciudad frontera: la calle.

"En contraste con la vida pública de la vía pública, los burgueses se recogen sobre sus hogares para preservar su privacidad, su identidad privada (personal), identidad que se anula al exponerse al abrazo de la multitud. De nuevo, la identidad es concebida en los términos de la mercancía y el símbolo; su temporalidad es la del instante místico de la contemplación; la irrupción de la acción cancela el hechizo y el ídolo pierde su brillo. La calle, al contrario, es el espacio de la pura acción, un magma viscoso que amenaza con mil erupciones. El intérieur se concibe para resguardarse del frío austero de la nueva calle".

Walter Benjamin: Libro de los pasajes.

"La 'calle' aparece como un espacio de transgresión, caldo de cultivo de vicios, perversiones y marginalidad. Es un lugar insalubre y peligroso donde el imaginario colectivo identifica la amenaza del crimen y la perdición, en contraposición con el ideal estereotipado del hogar burgués, ordenado y decente, que brinda cobijo y protección a las familias moral y físicamente higiénicas".

Rafael Huertas: "Los niños de la "mala vida": la patología del "golfo" en la España de entresiglos".



viernes, 6 de marzo de 2015

El género: una categoría útil para el análisis histórico.

"No ha sido suficiente que los historiadores y las historiadoras de las mujeres probaran que éstas tenían una historia o que participaron en las conmociones políticas más importantes de la civilización occidental. En el caso de la historia de las mujeres, la respuesta de la mayor parte de los historiadores no feministas ha sido el reconocimiento y luego la marginación o el rechazo ("las mujeres han tenido una historia aparte de la de los hombres; en consecuencia, dejemos que las feministas hagan la historia de las mujeres que no tiene por qué interesarnos"; o "la historia de las mujeres tiene que ver con el sexo y con la familia y debería hacerse al margen de la historia política y económica"). En cuanto a la participación de las mujeres, en el mejor de los casos la respuesta ha sido un interés mínimo ("mi comprensión de la Revolución Francesa no cambia porque sepa que las mujeres participaron en ella"). 

El desafío que plantean esas respuestas es, en definitiva, de carácter teórico. Requiere el análisis no sólo de la relación entre experiencia masculina y femenina en el pasado, sino también de la conexión entre la Historia pasada y la práctica histórica actual. ¿Cómo actúa el género en las relaciones sociales humanas? ¿Cómo da significado el género a la organización y percepción del conocimiento histórico? Las respuestas dependen del género en tanto que categoría analítica".

Joan W. Scott: "El género: una categoría útil para el análisis histórico".

La cultura occidental da asco.

"En la unión de los sexos, cada uno concurre de igual forma al objetivo común, pero no de igual manera. De esa diversidad nace la primera diferencia asignable entre las relaciones morales de uno y otro. Uno debe ser activo y fuerte, el otro pasivo y débil: es totalmente necesario que uno quiera y pueda, basta que el otro resista poco. 

Establecido este principio, de él se sigue que la mujer está hecha especialmente para agradar al hombre; si el hombre debe agradarle a su vez, es una necesidad menos directa. (...) Si la mujer está hecha para agradar y para ser sometida, debe hacerse agradable para el hombre en lugar de provocarle: la violencia de ella reside en sus encantos; con ellos debe forzarle a él de encontrar su fuerza y a utilizarla. El arte más seguro de animar esa fuerza es hacerla necesaria por la resistencia. Entonces el amor se une al deseo, y uno triunfa con la victoria que el otro le hace conseguir. (...)

Sea pues que la hembra del hombre comparta o no sus deseos y quiera o no satisfacerlos, le rechaza y se defiende siempre, pero no siempre con la misma fuerza ni por consiguiente con el mismo éxito; para que el atacante salga victorioso es preciso que el atacado lo disponga o permita; porque ¿cuántos medios sagaces no hay para forzar al agresor a usar la fuerza? El más libre y más dulce de todos los actos no admite violencia real, la naturaleza y la razón se oponen a ello (...).

Si en nuestros días se registran menos actos de violencia, no es seguramente porque los hombres sean más temperantes, sino porque es menos su credulidad, y porque semejante queja, que antaño hubiera convencido a pueblos simples, en nuestros días no haría sino atraer las risas de los burlones; se gana más callando. Hay en el Deuteronomio una ley por la que una muchacha seducida era castigada junto con su seductor, si el delito se había cometido en la ciudad; pero si se había cometido en el campo o en lugares apartados, sólo se castigaba al hombre; porque, dice la ley, la muchacha gritó y no fue oída".

Jean-Jacques Rousseau: Emilio o De la educación.


jueves, 5 de marzo de 2015

Con las bombas que tiran los fanfarrones / se hacen las gaditanas tirabuzones.

"Bajo el título significativo de Patriotismo y heroicidad de una española, el periódico liberal El Conciso, daba cuenta el 16 de marzo de 1811 del gesto generoso y arriesgado de Doña María Ángela de Tellería, de 26 años, natural de Elgueta (Guipúzcoa), que había conseguido liberar a soldados hechos prisioneros y conducidos a Durango, en julio de 1809, cuando iban a ser conducidos a Francia. El relato habla de que les llevó ropa de mujer con las que consiguieron despistar a los centinelas y, más tarde, tras recabar prendas y dinero del vecindario, y "vestida de hombre", se arriesgó a volver, llegando hasta los prisioneros que se fueron descolgando por una ventana. Uno de ellos, un capitán de carabineros reales, tuvo el infortunio de lastimarse una pierna y ella le dio cobijo y lo mantuvo oculto. Esta "mujer fuerte", como se la califica en el texto, fue finalmente descubierta, perseguida por "400" hombres y hecha prisionera. Todas las presiones para que hicera acto de delegación fueron inútiles y un grupo de patriotas finalmente consigue liberarla. El rotativo gaditano se congratula de que, después de un sin fin de peripecias, doña María Ángela haya llegado, por fin, a Cádiz, ciudad que sabe reconocer su patriotismo y pasar por alto, de camino, la continuada transgresión de su comportamiento que, en cualquier otra circunstancia, habría sido censurado".

Gloria Espigado Tocino: "Mujeres y ciudadanía. Del Antiguo Régimen a la revolución liberal".


miércoles, 4 de marzo de 2015

Al principio era el caos.

"Yo fui un pésimo estudiante de Historia. Las clases de Historia eran como visitas al Museo de Cera o a la Región de los Muertos. El pasado estaba quieto, hueco, mudo. Nos enseñaban el tiempo pasado para que nos resignáramos, conciencias vaciadas, al tiempo presente: no para hacer la historia que ya estaba hecha, sino para aceptarla. La pobre Historia había dejado de respirar: traicionada en los textos académicos, mentida en las aulas, dormida en los discursos de efemérides, la habían encarcelado en los museos y la habían sepultado, con ofrendas florales, bajo el bronce de las estatuas y el mármol de los monumentos". 
Eduardo Galeano.

Inicio con ganas la vida de este proyecto que llevaba tiempo gestando y que por fin doy a luz: un almacén de ideas, de retazos y de propuestas que no contribuyan sin embargo a fraccionar sino a dar coherencia y solidez a mi apuesta por la historia, la política y el feminismo. Un muestrario de cuanto me enriquece y me hace seguir. Una colección de esa Historia que nace de la necesidad, el compromiso y la pasión: Historia desde la rabia.

Comenzamos.