"Cuando
vino un miliciano a registrar la casa yo le enseñé todos mis santos,
tranquilamente. «Pero ¿usted cree en esas paparruchas de Dios?», me
dijo. «Claro que sí ¿usted no?», le contesté. «No, ni permito que lo
crea nadie». «Entonces yo soy más republicana que usted, porque a mí me
trae sin cuidado lo que los demás piensen, creo en la libertad de
ideas». Entonces se rascó la cabeza y me dio la razón. Al otro día me
trajo un rosario de regalo de los que tenían ellos requisados. Te
advierto que ese mismo día a los vecinos de arriba, que sólo tenían un
san Antonio sobre la cama, se lo tiraron por la ventana...".
Carmen Laforet: Nada.
Carmen Laforet: Nada.
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