sábado, 7 de marzo de 2015

Ciudad frontera: la calle.

"En contraste con la vida pública de la vía pública, los burgueses se recogen sobre sus hogares para preservar su privacidad, su identidad privada (personal), identidad que se anula al exponerse al abrazo de la multitud. De nuevo, la identidad es concebida en los términos de la mercancía y el símbolo; su temporalidad es la del instante místico de la contemplación; la irrupción de la acción cancela el hechizo y el ídolo pierde su brillo. La calle, al contrario, es el espacio de la pura acción, un magma viscoso que amenaza con mil erupciones. El intérieur se concibe para resguardarse del frío austero de la nueva calle".

Walter Benjamin: Libro de los pasajes.

"La 'calle' aparece como un espacio de transgresión, caldo de cultivo de vicios, perversiones y marginalidad. Es un lugar insalubre y peligroso donde el imaginario colectivo identifica la amenaza del crimen y la perdición, en contraposición con el ideal estereotipado del hogar burgués, ordenado y decente, que brinda cobijo y protección a las familias moral y físicamente higiénicas".

Rafael Huertas: "Los niños de la "mala vida": la patología del "golfo" en la España de entresiglos".



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