"Las
 variadas interpretaciones de los cambios de la posguerra, consagradas a
 la santísima trinidad de la prosperidad, el consenso y el 
aburguesamiento, descansaron en un mito singular: la clase trabajadora 
estaba desapareciendo. Este postulado de «extinción de la clase» fue 
cuestionado desde finales de la década de 1950 a través de dos 
dimensiones principales.
La primera fue el redescubrimiento de la pobreza y de la permanencia de enormes desigualdades de la riqueza. (…) La pobreza
 era una característica estructural y no accidental del capitalismo, (…)
 la riqueza sólo era redistribuida nominalmente y (…) la principal 
beneficiaria del Estado benefactor era, de hecho, la clase media. (…) El
 presunto movimiento hacia la igualdad (la idea de que ciertas 
«estructuras de oportunidad» se habían impuesto y había nacido una nueva
 estructura social fluida) se mostró una promesa vacía. Incluso si las 
inequidades entre las clases habían declinado, no ocurría así con la 
distribución de las oportunidades vitales". 
Stuart Hall y Tony 
Jefferson (eds.): Rituales de resistencia. Subculturas juveniles en la 
Gran Bretaña de posguerra.
 
 
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