martes, 10 de marzo de 2015

Porque pensaba que la Historia podía cambiar las cosas.

"La misma manera de plantear los problemas y las perspectivas adoptadas suponen una jerarquía de intereses; toda cualidad envuelve valores; no hay descripción pretendidamente objetiva que no se levante sobre un plan ético".

Simone de Beauvoir: El segundo sexo.

"En un momento en que se nos bombardea con imágenes del pasado por todas partes, en el que las cuestiones del ser y de la subjetividad, de la nacionalidad y de la identidad, de las voces que reclamaban la inclusión en el programa académico, los historiadores no pueden instalarse en una problemática exclusivamente propia, menos que nadie, aquellos como los socialistas que se supone que creen que el saber es indivisible, y el conocimiento una criatura de su tiempo".

Raphael Samuel, 1991.

"Me convertí en historiador porque pensaba que la Historia podía cambiar las cosas. Esto nunca fue una creencia ingenua en que hacer Historia por sí misma podía convertirse en un acto de transformación. Pero la forma en que el pasado se recupera tiene consecuencias sobre cómo puede percibirse el presente. (...) En una formulación más contundente, se puede argumentar que el conocimiento de las luchas del pasado, colectivas o individuales, puede dar forma por sí mismo a la resistencia del tiempo presente. Dependiendo de cómo se cuenta la Historia, el pasado proporciona espacios potenciales de oposición. Esto nos permite decir: no tenía por qué pasar así. Y en el futuro podría ser diferente".

Geoff Eley: Una línea torcida. De la Historia cultural a la Historia de la sociedad.

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