domingo, 15 de marzo de 2015

Que el trabajo es explotación y punto.

"El tiempo de la flexibilidad no es sólo un tiempo discontinuo, desarticulado, sino un tiempo que engendra desorden, que invierte las secuencias biográficas personales y familiares. (...) La provisionalidad es posible soportarla cuando hay en perspectiva un futuro estable y duradero para uno mismo o para su familia, por el que merece la pena luchar y esforzarse, pero cuando lo que se dibuja es la provisionalidad como condición de vida, pierde sentido cualquier esfuerzo y sacrificio. Valores y cualidades que han ido forjando una identidad, y han hecho posible crear narrativas de vida coherentes, se ven de repente cuestionados e invalidados para dar sentido no sólo al presente y al futuro, sino también al pasado".

Ana María Rivas: “Del trabajo como valor de inscripción social al trabajo como factor de desestructuración social: el caso de los trabajadores y trabajadoras desplazados por la deslocalización industrial dentro del Estado Español”.

"en otras palabras había hecho muchos trabajos en mi vida. De obrero de la construcción de carga y descarga de lavaplatos en un restaurante de jornalero de estudiante que tampoco deja de ser un trabajo. Había trabajado en la Alemania en la Magnetti en la Marelli en la Ideal Standard. Y ahora estaba en la Fiat esa Fiat que era todo un mito por el dinero que se decía que allí se ganaba. Realmente había entendido una cosa. Que con el trabajo sólo se puede vivir. Pero vivir mal como obrero como explotado. El tiempo libre del día todas las energías se te van de las manos. Comes mal. Estás obligado a levantarte a horas imposibles según el sector y el trabajo que hagas. Había entendido que el trabajo es explotación y punto".

Nanni Balestrini: Lo queremos todo.

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