jueves, 23 de julio de 2015

Incansable, callejera y desbocada.

"Ella, que había nacido en Nueva York en 1951 en plena posguerra ultraconservadora y patriarcal. Ella, que con diez años ya vivía en la calle, arropada por una manada de drags queens. De origen portorriqueño-venezolano en una sociedad supremacista blanca, fue, además, puta, yonky, sin techo, transexual y activista siempre. Luchó contra la guerra del Vietnam, a favor de los derechos de las mujeres, de la gente sin hogar, de las adolescentes que tenían que fugarse de casa para seguir viviendo, de las lesbianas, gays y transexuales, de las trabajadoras del sexo, contra el racismo junto a las Blacks Panthers y a los Young Lords, contra la estigmatización del SIDA y de los drogodependientes.

(...) Fue incansable, callejera, desbocada. Y la encrucijada de opresiones (raza, género, clase, adecuación social...) que marcó su vida condensa mejor que nada la potencia del activismo queer. Creía en las alianzas políticas porque ella misma encarnaba la intersección de todas las segregaciones (...). Solía no perderse las manifestaciones. Una vez, cuando protestaban por la muerte de un chico negro a manos de la policía, los manifestantes afrodescendientes comenzaron a llamar maricones a la policía. Ella les dijo: no, los maricones estamos aquí con vosotros. Y cambiaron sus gritos".

Itziar Ziga: Malditas. Una estirpe transfeminista.


miércoles, 22 de julio de 2015

Las máquinas o la vida.

"El ataque a Rawfolds se ha convertido en legendario. En él tomaron parte quizá ciento cincuenta luditas: se dijo que se esperaban más, pero que los contingentes de Leeds o Halifaz no consiguieron llegar a tiempo. Dirigidos por George Mellor, un joven tundidor de un pequeño taller de acabado situado en Londroyd Bridge, cerca de Huddersfield, los luditas intercambiaron un fuego vivo con los defensores atrincherados, durante veinte minutos. Bajo la cobertura de este fuego, un pequeño grupo de martilladores y hombres armados con hachas hicieron repetidos intentos de derribar las pesadas puertas de la fábrica. Este grupo sufrió bajas importantes, al menos fueron heridos cinco, de los cuales dos -heridos mortalmente- fueron abandonados cuando los luditas se replegaron repentinamente. Se dice que su jefe, Mellor, fue el último que abandonó el campo y que no pudo ayudar a los hombres heridos puesto que estaba ayudando a trasladar a otro hombre -su propio primo- a salvo. El terreno alrededor de la fábrica quedó cubierto de mosquetes, hachas, picas y herramientas de metal.

(...)

Cientos de personas se agruparon en la calle frente a la posada donde los hombres yacían moribundos. Se encontraron manchas de aqua fortis (utilizada, quizá, para cauterizar) en sus camas y se creyó que les habían torturado para que revelaran información. Se cree que Roberson se inclinó sobre el lecho de uno de ellos, John Booth, hijo de un pastor anglicano, que tenía diecinueve años, a la espera de una confesión final. En el momento de su muerte, el joven Booth le hizo señas a Roberson: '¿Puede usted guardar un secreto?'. 'Sí, sí - respondió impaciente Roberson-, puedo'. 'Yo también', le replicó Booth, y poco después murió".
E. P. Thompson: La formación de la clase obrera en Inglaterra.

martes, 21 de julio de 2015

Otras mujeres me creerán.

"Cuando un hombre dice la verdad, es la verdad. Y cuando como mujer digo la verdad, siento que tengo que negociar la manera en que me percibirán. Siento que siempre está la sospecha alrededor de la verdad de una mujer, la idea de que estás exagerando. Tengo miedo de que finalmente daré un paso al frente, contaré la verdad y alguien dirá: ah, no le creo. Si no me hubiera admitido a mí misma el abuso sexual que he vivido en mi vida, y no fue solamente algo que sucedió cuando era una niña. También cómo me trataba mi padre y más cosas. Fueron cosas diferentes. Nunca le quería contar la historia completa a nadie porque sonaba loco. Parecía un problema muy complicado. ¿Quién iba a creerme? Y luego pensé: otras mujeres me creerán".

Kathleen Hanna: The punk singer.

lunes, 20 de julio de 2015

Una revolución protagonizada por las mujeres.

"La francesa fue una revolución protagonizada por las mujeres, sobre todo en su estallido, aunque en pocos años resultaron sus grandes vencidas. La noche del 5 de octubre de 1789 una multitud de mujeres armadas que había salido desde París marchaba sobre Versalles. Las crónicas más reaccionarias de la época llamaban a la inmensa turba femenina Las Furias y fueron descritas como prostitutas borrachas y sucias. Pero no solo había mujeres, también algunos hombres travestidos, probablemente para aparentar una muchedumbre menos amenazante y así alcanzar su objetivo. Aunque también hay registros de la época que contabilizan a quienes hoy llamaríamos transexuales. Las putas parisinas participaron activamente en la Revolución, hasta que fueron expulsadas por los nuevos poderes de la vida política, incluso de las calles. Pero que Las Furias fueran identificadas como prostitutas demuestra, sobre todo, el modo en que el estigma puta se arroja siempre sobre las mujeres en rebeldía. Algo borrachas podían estar, en aquellos tiempos no era tan accesible el agua potable. Sucias, qué decir, a las pobres siempre se nos hermana con la mugre. Tampoco podían llegar a Versalles demasiado impecables tras recorrer veinte kilómetros de caminos embarrados en una madrugada de otoño y bajo la lluvia.

(...) En plena etapa del Terror, cuando todo se resolvía bajo el filo de la gillotina, a las mujeres políticamente activas no se les perdonó que discutieran. Fueron traicionadas por todos, por todas las fracciones revolucionarias. En esto sí que se pusieron de acuerdo: las mujeres, a casa.

(...) Los jacobinos identificaron la libertad sexual con los desmanes monárquicos y la Revolución se volvió puritana. Echaron a las putas de las calles a pesar de que fueron muy visibles y activas en las protestas. La historia nos demuestra que los periodos en que se persigue a las putas son siempre letales para la libertad de todas las mujeres. Prohibieron los libros e imágenes "licenciosas" contraviniendo esa libertad de expresión que ellos mismos habían prometido en su flamante declaración de derechos. Célebre es la imagen de Napoleón lanzando a las llamas Justine, del Marqués de Sade. Si al principio de la Revolución se despenalizó la homosexualidad, después sería perseguida. E ilegalizaron el carnaval. Impedir al pueblo que se disfrace no suele coincidir tampoco con buenos tiempos para las libertades".

Itziar Ziga: Malditas. Una estirpe transfeminista.

viernes, 17 de julio de 2015

Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de ellos mismos.

"Considerando

que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de ellos mismos;
que los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su emancipación no deben tender a crear nuevos privilegios, sino a instituir para todos los mismos derechos y deberes;
que la sumisión del trabajador al capital es la fuente de toda servidumbre, política, moral y material;
(...)
que todos los esfuerzos realizados hasta aquí han fracasado por falta de solidaridad entre los obreros de las distintas profesiones dentro de cada país, y de una unión fraterna entre los trabajadores de las diversas regiones;
que la emancipación de los trabajadores no es un problema simplemente local o nacional, sino que, al contrario, interesa a todas las naciones civilizadas, pues su solución está subordinada necesariamente a su cooperación teórica y práctica;
que el movimiento que se está produciendo entre los obreros de los países más industrializados de Europa por el nacimiento de nuevas esperanzas constituye un solemne aviso para no volver a caer en los viejos errores y aconseja combinar todos esos esfuerzos todavía aislados;

por tales razones;
los abajo firmantes, miembros del consejo elegido por la asamblea celebrada el 28 de septiembre de 1864 en Saint-Martin's Hall, en Londres, han tomado las medidas necesarias para fundar la Asociación Internacional de Trabajadores".

Pacto constitutivo de la Asociación Internacional de Trabajadores, 1864.

jueves, 16 de julio de 2015

De hombres feministas.

"El derecho no tiene sexo, la verdad no tiene color, proclamaba en su encabezamiento en 1847 North Star, el periódico de Frederick Douglass, esclavo liberto, escritor, activista y amigo de Sojourner Truth. La implicación de este hombre negro que detonó la lucha contra la esclavitud y el racismo con la causa de las mujeres fue sin reservas y de por vida. Participó en aquella Convención de Seneca Falls en 1848 que originaría el feminismo organizado en Estados Unidos, exigió siempre que hubiera mujeres delegadas en los encuentros abolicionistas, se unió en segundas nupcias a la aguerrida sufragista blanca Helen Pitts y murió a los 77 años, poco después de regresar a su casa de un encuentro de mujeres en 1895. También fue un firme aliado de la independencia de Irlanda. Sin duda, Frederick Douglass es uno de los primeros hombres feministas de los que tenemos rastro en la historia".

Itziar Ziga: Malditas. Una estirpe transfeminista.

jueves, 9 de julio de 2015

La cultura occidental da asco (V).

"A lo largo de la historia, varios pensadores, humanos y divinos, todos machos, se han ocupado de la mujer, por diversas razones:
  • Por su anatomía
            Aristóteles: La mujer es un hombre incompleto.
            Santo Tomás de Aquino: La mujer es un error de la naturaleza, nace de un esperma en mal estado.
           Martín Lutero: Los hombres tienen hombros anchos y caderas estrechas. Están dotados de inteligencia. Las mujeres tienen hombros estrechos y caderas anchas, para tener hijos y quedarse en casa.
  • Por su naturaleza
            Francisco de Quevedo: Las gallinas ponen huevos y las mujeres, cuernos.
            San Juan Damasceno: La mujer es una burra tozuda.
            Arthur Schopenhauer: La mujer es un animal de pelo largo y pensamiento corto.
  • Por su destino
            Dijo Yahvé a la mujer, según la Biblia: Tu marido te dominará.
            Dijo Alá a Mahoma, según el Corán: Las buenas mujeres son obedientes".

miércoles, 8 de julio de 2015

Más peligrosa que el más peligroso de los hombres.

"Criaturas sin mérito que parecen haberse empeñado en convertirse en el oprobio de su sexo y repudiar el grandioso y magnífico papel de la mujer en la sociedad: una esposa legítima, merecedora de nuestro afecto y respeto, totalmente devota de su familia. Pero, si al desertar a esta sagrada misión, la naturaleza de su influencia cambia, y solo sirve al espíritu del mal, se convierte en una monstruosidad moral. Entonces la mujer es más peligrosa que el más peligroso de los hombres".

Consejo de Guerra del gobierno francés, diciembre de 1871.

"Nuestros amigos hombres son mucho más propensos a la pusilanimidad que las mujeres. Una supuestamente débil mujer sabe decir mucho mejor que cualquier hombre: esto hay que hacerlo. Puede sentirse desgarrada hasta el mismísimo útero, pero quedará inconmovible. Sin odio, sin ira, sin piedad por sí misma o por otros, independientemente de si su corazón sangra o no, es capaz de decir: esto hay que hacerlo. Así eran las mujeres de la Comuna".

Louise Michel.

martes, 7 de julio de 2015

El feminismo no empezó con Betty Friedan.

"Demasiadas veces en mi vida he escuchado que la publicación de La mística de la feminidad de Betty Friedan en 1963 provocó tal impacto en las conciencias de las alienadas amas de casa estadounidenses que prendería la mecha del feminismo contemporáneo. Como escritora, no deja de maravillarme que se atribuya a un libro el poder de detonar una revolución. Y de mosquearme. Pero ¿qué potente revulsivo contienen esas páginas capaz de despertar a toda una generación de bellas durmientes?, ¿de verdad el inmenso movimiento feminista occidental posterior a la Segunda Guerra Mundial lo emprendieron las mujeres más privilegiadas?, ¿qué hacían mientras tanto las obreras, las lesbianas, las negras, las chicanas, las putas, las transexuales, las madres solteras, las monjas, las desempleadas?, ¿no luchaban contra su propia y específica opresión?, ¿no aportaron nada al feminismo?

(...) Ahí está la trampa, cuando el feminismo con la excusa de no perderse ni dispersarse por el camino, solo atiende a la opresión de género. Porque, ¿quiénes son las mujeres a las que solo afecta la opresión de género? Las blancas, heterosexuales, burguesas, pertenecientes a un pueblo no colonizado, diagnosticadas como mujeres al nacer y cuyas capacidades funcionales cumplen con la norma. (...) El argumento más utilizado para que las prioridades feministas sean aquellas que combaten solo la opresión de género es que el sexismo afecta a todas las mujeres y no así el racismo, el clasismo, la lesbofobia, la transfobia, el capacitismo, el colonialismo... Pero a estas alturas de la jugada, ya deberíamos haber aprendido que un feminismo que solo haga frente al sexismo será siempre privilegiado y reforzará todas las demás opresiones. Luchar solo contra el sexismo no nos une, sino que nos aleja, nos centrifuga, nos jerarquiza (...).

Lo que no debe volver a ser nunca el feminismo es la excusa para que unas mujeres manden callar a las otras. Las blancas que no querían dejar hablar en 1851 a Sojourner Truth, las líderes de NOW que no quisieron escuchar a las lesbianas, las lesbianas normalizadas que pretendieron arrancarle el micrófono a Sylvia Rivera el 28 de junio de 1973, las antipornografía que trataron de boicotear el encuentro que fundaría el feminismo prosexo, las abolicionistas que mandan callar a las putas... ¿Por qué será que las feministas que pretenden erigirse como auténticas y poseedoras de la verdad siempre se encuentran en una posición social superior a las feministas que tachan de equivocadas, incluso de no feministas?".

Itziar Ziga: Malditas. Una estirpe transfeminista.

lunes, 6 de julio de 2015

El Stonewall volvió a abrir la noche del sábado.

"A la 1:20 de la madrugada del sábado, dos agentes uniformados irrumpieron en el bar. Dentro aguardaban cuatro secretas que llevaban un rato fijándose en clientes a los que detener. Como las redadas eran habituales, todo el mundo sabía lo que iba a suceder. En cuando se encendían las luces y se apagaba la música debían formar files y tener su documento de identidad a mano. Pero aquella noche la clientela de Stonewall no quiso colaborar con su propio arresto. Había unas doscientas clientas divirtiéndose, Sylvia Rivera entre ellas, y la policía decidió darles una lección por su desacato y detenerlas a todas. Fuera del bar rápidamente empezó a congregarse gente que protestó cuando los primeros detenidos de la noche eran transportados a los coches de policía. Una drag queen pegó un bolsazo a un policía en la cara. La multitud insultaba a los agentes y se reía de ellos. Primero llovieron monedas hacia los coches de patrulla, después botellas. Los refuerzos policiales no llegaban. Alguien gritó "Gay Power". Los maderos se pusieron nerviosos y trataron de derribar a las agitadoras. La multitud fue envalentonándose cada vez más. Con el caos, varios de los detenidos escaparon. Se trató de volcar el furgón, pero los tres vehículos policiales huyeron en busca de refuerzos. Comenzaron a volar ladrillos de una obra cercana contra los agentes. Diez policías se atrincheraron dentro del bar con la clientela que aún quedaba retenida, dos periodistas y varios agitadores del exterior que fueron apresados como rehenes. Cortaron los cables del teléfono del bar para incomunicar a la policía. Miss Nueva Orleans, ayudada por otras drags, Sylvia Rivera entre ellas, arrancó un parquímetro y lo usaron como ariete para abrir la puerta de Stonewall. Alguien fue a por queroseno. Los contenedores de basura ardían. Se rompieron las ventanas y la turba entró en el bar saltándolas. Las puertas se abrieron. La policía apuntaba a la multitud encolerizada. La policía tenía miedo. La batalla inicial había durado 45 minutos y en la calle seguían cientos de manifestantes enaltecidos por aquella primera victoria. Llegaron los antidisturbios que marchaban en falange. Un coro de travestis y maricas se colocó enfrente para bailar un cancán. Más detenciones, más resistencias. La multitud rodeaba la manzana y aparecía por todos los flancos cercando a la policía. Llovieron los porrazos. En algunos momentos gloriosos, la policía huía despavorida. Una panda de mariconas estaba contraatacando con inesperada fuerza. A pesar de que los agentes destrozaron después el interior del bar como venganza, el Stonewall volvió a abrir la noche del sábado".

Itziar Ziga: Malditas. Una estirpe transfeminista.