"Las mujeres que participan en las primeras jornadas catalanas de la mujer tanto las que militan en partidos políticos y organismos unitarios como las que no, denunciamos la carencia de interés, por parte de estas organizaciones, hacia los problemas específicos de la mujer (...).
Pensamos que, siendo indispensable la autonomía del feminismo como organización reivindicativa, es sólo mediante la presencia activa y teórica de la mujer en las estructuras y programas encargados de encauzar las reivindicaciones sociales, como podrían lograrse sus objetivos. Nuestra lucha como mujeres no debe ser una lucha contra el sexo masculino, sino contra la situación que hace posible que el hombre nos oprima, contra las estructuras que mantienen el poder de decisión, configuración y actuación en manos exclusivamente masculinas".
Jornadas Catalanas de la Mujer, mayo de 1976.