"¡Madres
a educar a vuestros hijos!, decís vosotras en vuestras protestas, y yo
digo: ¡Compañeras, a educarnos y asociarnos nosotras, para enseñar a
nuestros hijos el camino que han de seguir!".
Teresa Claramunt.
"La
descripción simple del deber recíproco que naturalmente subsiste entre
padres e hijos puede darse en pocas palabras: el padre que presta
suficiente atención a los desasistidos infantes tiene derecho a requerir
la misma atención cuando la vulnerabilidad de la edad recae sobre él.
Pero subyugar a un ser racional a la mera voluntad de otro, una vez que
esté en edad de responder ante la sociedad por su propia conducta, es el
ejercicio de poder más cruel e indebido y es, tal vez, tan pernicioso
para la moralidad como esos sistemas religiosos que no permiten al bien y
el mal tener ninguna existencia, excepto en la voluntad Divina".Teresa Claramunt.
Mary Wollstonecraft: Vindicación de los derechos de la mujer, 1792.
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