martes, 23 de junio de 2015

¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho?

"¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resistiría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas fueron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero (la otra noche tenías razón en tus conjeturas) ya no hubo necesidad de bomberos para el antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores. Censores oficiales, jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso soy yo. (...)".

Ray Bradbury: Farenheit 451.

lunes, 22 de junio de 2015

La cultura occidental da asco (IV).

"Son cosas de mujeres, se dice también. El racismo y el machismo beben de las mismas fuentes y escupen palabras parecidas. Según Eugenio Raúl Zaffaroni, el texto fundador del derecho penal es El martillo de las brujas, un manual de la Inquisición escrito contra la mitad de la humanidad y publicado en 1546. Los inquisidores dedicaron todo el manual, desde la primera hasta la última página, a justificar el castigo de la mujer y a demostrar su inferioridad biológica. Ya las mujeres habían sido largamente maltratadas por la Biblia y por la mitología griega, desde los tiempos en que la tonta de Eva hizo que Dios nos echara del Paraíso y la atolondrada de Pandora destapó la caja que llenó al mundo de desgracias. "La cabeza de la mujer es el hombre", había explicado san Pablo a los corintios, y diecinueve siglos después Gustave Le Bon, uno de los fundadores de la psicología social, pudo comprobar que una mujer inteligente es tan rara como un gorila de dos cabezas. Charles Darwin reconocía algunas virtudes femeninas, como la intuición, pero eran virutdes características de las razas inferiores".

Eduardo Galeano: Mujeres.


viernes, 19 de junio de 2015

Que violaría a una mujer si estuviera seguro de que no le atraparían.

"Dado el carácter inclompleto y ambiguo de las estadísticas oficiales, algunos sociólogos y criminólogos han intentado calcular aproximadamente cuántos hombres estarían dispuestos a admitir haber desarrollado una conducta sexual coactiva. Encuestas realizadas entre estudiantes universitarios de Estados Unidos hallaron que aproximadamente el 20 por 100 de ellos admitía haber llevado a cabo uno o más intentos forzosos de relación sexual desde su ingreso en la universidad. En un estudio sobre 359 estudiantes universitarios de Rhode Island, el 12 por 100 dijo que cometería abusos sexuales si se anularan las probabilidades de que fueran denunciados y castigados. La alarmante encuesta realizada por Neil Malamuth en 1981 puso de manifiesto que uno de cada tres hombres que asistía a la universidad decía, hipotéticamente, que violaría a una mujer si estuviera seguro de que no le iban a atrapar. El 26 por 100 admitió haber llevado a cabo realmente un intento forzoso de relación sexual que provocó un malestar perceptible (llanto, gritos, lucha o súplica) en la mujer".

Joanna Bourke: Los violadores. Historia del estupro desde 1860 hasta nuestros días.


jueves, 18 de junio de 2015

La colonización de los cuerpos.

"La escritora Fátima Mernissi vio, en los museos de París, las odaliscas turcas pintadas por Henri Matisse.

Eran carne de harén: voluptuosas, indolentes, obedientes.

Fátima miró las fechas de los cuadros, comparó, comprobó: mientras Matisse las pintaba así, en los años veinte y treinta, las mujeres turcas se hacían ciudadanas, entraban en la Universidad y en el Parlamento, conquistaban el divorcio y se arrancaban el velo.

El harén, prisión de mujeres, había sido prohibido en Turquía, pero no en la imaginación europea. Los virtuosos caballeros, monógamos en la vigilia y polígamos en el suelo, tenían entrada libre a ese exótico paraíso, donde las hembras, bobas, mudas, estaban encantadas de dar placer al macho carcelero. Cualquier mediocre burócrata cerraba los ojos y en el acto se convertía en un poderoso califa, acariciado por una multitud de vírgenes desnudas que, bailando la danza del vientre, suplicaban la gracia de una noche junto a su dueño y señor.

Fátima había nacido y crecido en un harén".

Eduardo Galeano: Mujeres.


miércoles, 17 de junio de 2015

Entendemos por pueblo (...) la gran masa irredenta.

"Cuando hablamos de pueblo no entendemos por tal a los sectores acomodados y conservadores de la nación, a los que viene bien cualquier régimen de opresión, cualquier dictadura, cualquier despotismo, postrándose ante el amo de turno hasta romperse la frente contra el suelo.

Entendemos por pueblo, cuando hablamos de lucha, la gran masa irredenta, a la que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una patria mejor y más digna y justa; la que está movida por ansias ancestrales de justicia por haber padecido la injusticia y la burla generación tras generación, la que ansía grandes y sabias transformaciones en todos los órdenes y está dispuesta a dar para lograrlo, cuando crea en algo o en alguien, sobre todo cuando crea suficientemente en sí misma, hasta la última gota de sangre".

Fidel Castro: "Discurso ante sus jueces en Santiago de Cuba", 16 de octubre de 1953.

martes, 16 de junio de 2015

Sobre nuevas masculinidades.

"Una política de la masculinidad que se centre en el cuerpo del hombre como lugar de placer (para él y para otros), en lugar de como instrumento de opresión y dolor, exige un enfoque renovado de la conducta, el imaginario y la capacidad de acción masculina. (...) Es tan fundamental no ensalzar la sensualidad difusa, romántica y no orientada genitalmente como único criterio de que el sexio es "erótico", femenino y bueno, como lo es no estigmatizar los deseos poderosos, firmes y enérgicos como "pornográficos", masculinos y malos. A diferencia de la masculinidad fálica, que representa un alejamiento respecto a un modelo complejo de placer, el "buen sexo" adopta muchas formas".

Joanna Bourke: Los violadores. Historia del estupro desde 1860 hasta nuestros días.

lunes, 15 de junio de 2015

Unas instituciones que desafían a cualquier intentona.

"Ciudadanos:

Acabáis de otorgaros unas instituciones que desafían a cualquier intentona.

Sois dueños de vuestros destinos. Amparada en vuestro apoyo, la representación que acabáis de constituir va a reparar los desastres causados por el poder derrocado: la industria en peligro y las transacciones comerciales paralizadas van a recibir un vigoroso impulso.

Hoy mismo se tomará la esperada decisión sobre los alquileres;
mañana, la de los vencimientos de deudas;
todos los servicios públicos serán restablecidos y simplificados;
la guardia nacional, la única fuerza armada de la ciudad a partir de ahora, será reorganizada sin demora.

Ésos serán nuestros primeros actos.

Los elegidos por el Pueblo sólo le piden, para asegurar el triunfo de la república, que los sostenga con su confianza.

Ellos, por su parte, cumplirán con su deber".

Ayuntamiento de París, 29 de marzo de 1871.


viernes, 12 de junio de 2015

No hay mujer que no resulte sospechosa de mala conducta.

"Como también ocurre con los indios y los negros, la mujer es inferior, pero amenaza. "Vale más maldad de hombre que bondad de mujer", advertía el Eclesiástico (42, 14). Y bien sabía Ulises que debía cuidarse de los cantos de sirenas, que cautivan y pierden a los hombres. No hay tradición cultural que no justifique el monopolio masculino de las armas y de la palabra, ni hay tradición popular que no perpetúe el desprestigio de la mujer o que no la denuncie como peligro. Enseñan los proverbios, transmitidos por herencia, que la mujer y la mentira nacieron el mismo día y que palabra de mujer no vale un alfiler, y en la mitología campesina latinoamericana son casi siempre fantasmas de mujeres, en busca de venganza, las temibles ánimas, las luces malas, que por las noches acechan a los caminantes. En la vigilia y en el sueño, se delata el pánico masculino ante la posible invasión femenina de los vedados territorios del placer y del poder; y así ha sido desde los siglos de los siglos.

Por algo fueron mujeres las víctimas de las cacerías de brujas, y no sólo en los tiempos de la Inquisición. (...) No hay mujer que no resulte sospechosa de mala conducta. Según los boleros, son todas ingratas; según los tangos, son todas putas (menos mamá). En los países del sur del mundo, una de cada tres mujeres casadas recibe palizas, como parte de la rutina conyugal, en castigo por lo que ha hecho o por lo que podría hacer:

- Estamos dormidas -dice una obrera del barrio Casavalle, de Montevideo-. Algún príncipe te besa y te duerme. Cuando te despertás, el príncipe te aporrea".

Eduardo Galeano: Mujeres.

jueves, 11 de junio de 2015

El imperio ha confiscado el relato.

“La potencia a menudo incomprendida del neocapitalismo (y su violencia simbólica) ya no reside, como era el caso desde la revolución industrial, sólo en la sincronización del capital y del trabajo: consiste en crear ficciones movilizadores, en comprometer a todos los “socios” (o “partes implicadas”) (...). En lugar de las cadenas de montaje, engranajes narrativos. Mejor que el control y la disciplina, compartir supuestamente una historia colectiva".

"Así pues, el arte del relato que, desde los orígenes, cuenta, esclareciéndola, la experiencia de la humanidad, se ha convertido bajo la insignia del storytelling en el instrumento de la mentira del Estado y del control de las opiniones. Tras las marcas y las series de televisión, pero también en la sombra de las campañas electorales victoriosas, de Bush a Sarkozy, y de las operaciones militares en Irak o en otra parte, se esconden las aplicaciones técnicas del storytelling. El imperio ha confiscado el relato".

Chistian Salmon: Storytelling. La máquina de fabricar historias y formatear las mentes.


miércoles, 10 de junio de 2015

Agentes involuntarias de su propia historia.

"En contra de los prejuicios difundidos por los observadores y comentaristas de clase media que mantenían la predisposición de las mujeres seducidas, violadas, de las hijas naturales o de las huérfanas a "caer" en el "vicio", y que sólo podían concebirlas como víctimas inocentes falsamente atrapadas en una vida dominada por el libertinaje (como agente involuntarios de su propia historia), la mayoría de las prostitutas habían nacido de legítimo matrimonio, contaban como mínimo con uno de los progenitores y no habían sido desfloradas o engañadas ni por rufianes ni por mujeres malas.

(...) Al margen de que estuvieran fijas en un espacio (prostíbulo) o deambularan, ya formaran parte de una organización o ejercieran meramente de manera ocasional o improvisada, en cualquier caso las prostitutas eran las hijas no cualificadas de las clases no cualificadas. Las condiciones de vida de estas mujeres fueron muy duras pero también lo fueron las de un número importante de trabajadoras que residían lejos de sus familias y que tenían que ganarse la vida, no sin dificultad, en el mercado de trabajo madrileño. (...) El carácter escurridizo y no institucionalizado de la prostitución callejera permitió que un considerable número de trabajadoras complementaran su salario con el comercio sexual en la calle. Podemos pensar que para muchas de ellas la prostitución pudo representar, en momentos duros y difíciles, un "refugio" temporal".

Matilde Cuevas: Las mujeres prostitutas en el Madrid del siglo XIX: control, espacios y formas de vida.

martes, 9 de junio de 2015

La cultura occidental da asco (III).

"En Psicopatología de la vida cotidiana (1914), Freud iba aún más lejos, afirmando que a una mujer le resultaría difícul "usar toda su fuerza muscular" para rechazar un ataque sexual porque "una parte de los sentimientos inconscientes de la atacada lo acoge en buen grado". Después relataba una historia de Don Quijote, en la que una mujer había interpuesto una acción judicial contra un hombre "que supuestamente le había robado su honor por la fuerza de la violencia". Sancho Panza, el juez, la indemnizó con un monedero lleno que le quitó al acusado, pero después de que la mujer se marchara, le dio al acusado permiso para seguirla y arrebatarle el monedero. Ambos regresaron luchando, enorgulleciéndose la mujer de que el villano fuera incapaz de hacerse con el monedero. Acto seguido, Sancho dijo: Si el mismo aliento y valor que habéis mostrado para defender esta bolsa lo mostrárais, y aún la mitad menos, para defender vuestro cuerpo, las fuerzas de Hércules no os hicieran falta".

Joanna Bourke: Los violadores. Historia del estupro desde 1860 hasta nuestros días.

lunes, 8 de junio de 2015

Resurrección de María.

"María renació en Chiapas.

Fue anunciada por un indio del pueblo de Simojovel, que era primo suyo, y por un ermitaño que no era pariente y vivía dentro de un árbol de Chamula.

Y en el pueblo de Santa Marta Xolotepec, Dominica López estaba cosechando maíz cuando la vio. La mamá de Jesús le pidió que le alzara una ermita, porque estaba cansada de dormir en el monte. Dominica le hizo caso; pero a los pocos días vino el obispo y se llevó presos a Dominica, a María y a todos sus peregrinos.

Entonces María se escapó de la cárcel y se vino al pueblo de Cancuc y habló por la boca de una niña que también se llamaba María.

Los mayas tzeltales nunca olvidaron lo que dijo. Habló en lengua de ellos, y con voz ronquita mandó

que no se negasen las mujeres al deseo de sus cuerpos, porque ella se alegraba de esto; que las mujeres que quisieran se volvieran a casar con otros maridos, porque no eran buenos los casamientos que habían hecho los curas españoles; y que era cumplida la profecía de sacudir el yugo y restaurar las tierras y la libertad, y que ya no había tributo, ni rey, ni obispo, ni alcalde mayor.

Y el Consejo de Ancianos la escuchó y la obedeció. Y en el año de 1712, treinta y dos pueblos indios se alzaron en armas".

Eduardo Galeano: Mujeres.

sábado, 6 de junio de 2015

El mito de las denuncias falsas.

"En 1900, Bernard Sachs (el "decano de la neurología estadounidense") ofreció un análisis detallado del vínculo entre la histeria y las falsas acusaciones de violación. Según él, las mujeres histéricas tenían propensión a hacer estas acusaciones cuando se hallaban en un estado de gran agitación, como durante la menstruación, por ejemplo. (...) De hecho, para los médicos de comienzo del siglo XX, una de las principales demostraciones de que una mujer sufría histeria era su propensión a lanzar indiscriminadamente acusaciones de impudicia sexual.

(...) William Robinson, presidente del Consejo Médico y Jefe del Departamento de Enfermedades Genito-Urinarias y Dermatología del Hospital del Bronx, (...) afirmaba que las mujeres que formulaban acusaciones de violación eran "degeneradas". Eran "histéricas, psicópatas, buscaban notoriedad o eran simplemente viciosas". Las mentiras que tramaban las mujeres eran "de un ingenio realmente extraordinario", especialmente porque en muchas ocasiones terminaban creyéndose sus propias historias fantasiosas.

Joanna Bourke: Los violadores. Historia del estupro desde 1860 hasta nuestros días.

jueves, 4 de junio de 2015

Prostitución, sororidad y acción colectiva (II).

"Un grupo de cien prostitutas, que ayer ocupó la iglesia de Saint Nizier, en el centro de esta ciudad, continúan hoy encerradas en el templo, mientras los vecinos y comerciantes de los alrededores les llevan café caliente, comida y ánimos.

Las prostitutas, que suponen casi un tercio de las que hay en Lyon, tercera ciudad de Francia, protestan contra lo que consideran una represión improcedente de la Policía, y han apelado al Presidente de la República, Valéry Giscard d'Estaing, "presidente de todo Francia y por  tanto presidente de las prostitutas", así como a François Giroud, Secretaria de Estado para Asuntos de la Mujer, pidiendo que intercedan en su nombre cerca de la Policía.

Dicen las prostitutas que si Giscard d'Estaing no les presta ayuda "entonces la Policía tendrá que matarnos en la iglesia. Ninguna de nosotras iremos a la cárcel". (...) Las meretrices han organizado dentro de la iglesia brigadas de limpiadoras y han convertido la sacristía en cantina. (...) Las autoridades eclesiásticas no han hecho esfuerzo alguno para expulsar a las prostitutas".

ABC, 4 de junio de 1975.


miércoles, 3 de junio de 2015

Comuneras.

"Todo el poder a los barrios. Cada barrio era una asamblea.

Y en todas partes, ellas: obreras, costureras, panaderas, cocineras, floristas, niñeras, limpiadoras, planchadoras, cantineras. El enemigo llamaba pétroleuses, incendiarias, a estas fogosas que exigían los derechos negados por la sociedad que tanto deberes les exigía.

El sufragio femenino era uno de esos derechos. En la revolución anterior, la de 1848, el gobierno de la Comuna lo había rechazado por ochocientos noventa y nueve votos en contra y uno a favor. (Unanimidad menos uno).

Esta segunda Comuna seguía sorda a las demandas de las mujeres, pero mientras duró, lo poco que duró, ellas opinaron en todos los debates y alzaron barricadas y curaron heridos y dieron de comer a los soldados y empuñaron las armas de los caídos y peleando cayeron, con el pañuelo rojo al cuello, que era el uniforme de sus batallones.

Después, en la derrota, cuando llegó la hora de la venganza del poder ofendido, más de mil mujeres fueron procesadas por los tribunales militares".

Eduardo Galeano: Mujeres.


martes, 2 de junio de 2015

Lugares donde nadie trabaje para que le concedan títulos o cátedras.

“Lo que los socialistas no deben nunca hacer es permitirse depender enteramente de instituciones establecidas: casas editoras, medios de comunicación comerciales, universidades, fundaciones. No quiero decir que todas estas instituciones sean represivas: desde luego pueden hacerse en ellas muchas cosas positivas. Pero los intelectuales socialistas deben ocupar un territorio que sea, sin condiciones, suyo: sus propias revistas, sus propios centros teóricos y prácticos; lugares donde nadie trabaje para que le concedan títulos o cátedras, sino para la transformación de la sociedad; lugares donde sea dura la crítica y la autocrítica, pero también de ayuda mutua e intercambio de conocimientos teóricos y prácticos, lugares que prefiguren en cierto modo la sociedad del futuro”.

Edward P. Thompson: Tradición, revuelta y consciencia de clase. Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial.

lunes, 1 de junio de 2015

Del miedo a perder los privilegios.

"Las feministas como ella, creía él, padecían identificaciones proyectivas narcisistas típicas de mujeres con múltiples fijaciones pregenitales, especialmente de aquellas que no han resuelto el golpe narcisista que supone carecer de un órgano especialmente visible. Esta rebelión contra el padre primordial en realidad tenía que ver con un deseo de castrar a todos los hombres. Su narcisismo y su envidia de pene las mantenía atrapadas en la etapa edípica del desarrollo, defendiendo siempre a la madre como víctima frente al padre como opresor. (...) Detrás de la ideología feminista acechaba una orientación homosexual latente o real. Intentaban "atraer" a otras mujeres a una forma real o simbólica de lesbianismo.

Las mujeres feministas eran el objeto de los mayores ataques, pero Schoenewolf también criticaba severamente a los compañeros de viaje masculinos de éstas. Estos hombres habían sido evidentemente incapaces de conservar sus "facultades críticas" y padecían un grave caso de narcisismo masculino y de angustia de castración".

Joanna Bourke: Los violadores. Historia del estupro desde 1860 hasta nuestros días.