miércoles, 28 de octubre de 2015

Madrid, que es más temible.

"Madrid, plano, blanquecino, bañado por la humedad, brotaba de la noche con sus tejados, que cortaban en una línea recta el cielo; sus torrecillas, sus altas chimeneas de fábrica y, en el silencio del amanecer, el pueblo y el paisaje lejano tenía algo de lo irreal y lo inmóvil de una pintura".

Pío Baroja: La lucha por la vida.

"Madrid, que es más temible que cuantos individuos tiene la familia múltiple de Lucifer; Madrid, que encierra tentaciones más temibles que las que en lejanos días pusieron en aprieto la templanza de San Antonio Abad. El Madrid Mundo nos distrae de nuestras oraciones, el Madrid Demonio nos inspira malas obras y peores dichos, el Madrid Carne nos conduce al pecado".

Benito Pérez Galdós, "Semana Santa" en Diario Nación.


martes, 27 de octubre de 2015

La cultura occidental da asco (VI).

Si las mujeres están a la cabeza del gobierno, el Estado corre peligro, porque ellas no actúan según las exigencias de la universalidad, sino siguiendo opiniones e inclinaciones contingentes. No es seguro que Hegel dijera esto literalmente, puesto que la frase aparece en un añadido -y por lo tanto, procede de los apuntes tomados por sus alumnos- al § 166 de su Filosofía del Derecho. Allí, tras exponer el lugar de la familia como primera esfera de la vida ética (...), Hegel señala, ahora sí, literalmente, que el hombre tiene su vida efectiva y sustancial en el Estado, en la ciencia y cosas semejantes, mientras que la mujer tiene su determinación sustancial en la familia, y su interior disposición ética en la piedad.

Se trata de un tópico tan persistente en la Edad Antigua como en la Edad Moderna: la incapacidad de las mujeres para los asuntos de la vida pública, paralla a la que supuestamente tienen para la ciencia o para el arte. Hegel lo sitúa en un marco más amplio, añadiendo que las mujeres, si bien pueden ser cultas, no está hechas para las ciencias elevadas, la filosofía o ciertas producciones del arte que requieren un "universal". (...) Freud, por su parte, lo expresaba de otro modo: las mujeres, dice, no subliman.

Antonio Gómez Ramos y Rocío Orsi Portalo: "Ciudadana Antígona: más allá del presentimiento de lo ético y la eterna ironía de la cosa pública".


lunes, 26 de octubre de 2015

Contra la igualdad de privilegios.

"Aceptar la inclusión en un tejido social y económico que en realidad no se ha visto transformado en su totalidad (...) supone adoptar una posición ambivalente con respecto al pasado, o dejarse llevar por la amnesia. En tanto en cuando el estado de cosas presente no difiera mucho de aquel que se ha fundamentado en un contrato sexual, que justamente excluye a las mujeres de aquel tejido social y económico, inscribirse en el mismo, incluirse, aceptar y hacer uso de las estrategias del empoderamiento se tacharía fácilmente de acomodaticio o incluso de patriarcal. En definitiva delataría que las mujeres no sólo han olvidado su historia, sino los motivos mismos que las llevaron a luchar por modificarla.

(...) Si empoderarse es adquirir un estatus semejante al de otros tipos de ciudadanos que al parecer disfrutan de más derechos o de un estatus superior, entonces empoderarse es cólo cuestión de asimilación o al menos la exige. Empoderarse es en suma el resultado de un proceso, o conjunto de ellos, que tienden a conservar el status quo. (...) Si la inclusión en los espacios de poder ha de lograrse agachando la cerviz, o hincando la rodilla ante quien en definitiva sigue teniendo la potestad de permitir o prohibir esa inclusión, probablemente sería preferible permanecer en el lugar de las exluidas; al menos quien está exluida no necesariamente ha de desarrollar una falsa consciencia, ni sostener con ello el propio sistema que excluye".

Carmen González Marín: "La inclusión como impotencia".

"El feminismo es una revolución, no un reordenamiento de consignas de marketing, ni una ola de promoción de la felación o del intercambio de parejas, ni tampoco una cuestión de aumentar el segundo sueldo. El feminismo es una aventura colectiva, para las mujeres pero también para los hombres y para todos los demás. Una revolución que ya ha comenzado. Una visión del mundo, una opción. No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a los pequeños derechos adquiridos de los hombres, sino de dinamitarlo todo".

Virginie Despentes: Teoría King Kong.


viernes, 23 de octubre de 2015

La ley de la supervivencia.

"Pues yo me tuve que dedicar al estraperlo, a salir a los pueblos... ¡Andando con la carga a cuestas! Pues lo primero que empezamos a llevar era aceite... comprábamos una arroba de aceite, lo llevábamos y cambiábamos por comida, por rancho, ¿sabes? Pero es que, en este pueblo, como te digo, dinero no había nunca. Aquí todo se vendía a cambio, todo... lo que entraba a la casa (...). Porque había mucha gente, unas que estaban viudas, otras que no habían venido de la cárcel, otras que tenían sus maridos y no tenían bastante... iban las mujeres, muchas mujeres. Cuando yo, iba conmigo una que era viuda, y otra que tenía a su marido también en la cárcel. Nos juntábamos las tres para ir, ¿sabes?, a los pueblos estos, hemos andado mucho. (...) A las seis de la mañana en tiempo de invierno, porque en Bayárcal, en el pueblo, el patrón es San Francisco [Javier], que es el 3 de diciembre, y es cuando más se vendía, ¿sabes? Empezábamos a ahorrar, ya te conocían... comprábamos géneros en las tiendas e íbamos y lo vendíamos, como no había tiendas allí... la ilusión de poder ganar una peseta (...) y nos metíamos en el río en pleno invierno, que venía crecido, que no podías brincarlo ni había puente, tenías que descalzarte y meterte en el río, ¿sabes? Tres horas para arriba andando, tres horas de camino, nosotras salíamos a las 6 y llegábamos a las 9 a Bayárcal, andando (...). Pues nosotras por la carretera no pasábamos nunca porque estaba siempre la Guardia Civil por allí, nosotras temíamos, temíamos que si nos quitaban la mijilla que llevábamos...".

Testimonio de Clotilde Aranzana Rueda (Alcolea, 2006). 91 años en la fecha de la entrevista. Recogido en Sofía Rodríguez López: "Activismo sin militancia. Las "madres coraje" de la posguerra española".

"Me fui a la plaza y me enteré que en casa del auditor de guerra hacía falta una cocinera (...). Me puse a trabajar interna casi tres meses pero un día me dijo: "Josefa se tendría que ir usted porque a mí me han dicho que puede ser una espía" (...). Me puse a vender estraperlo en la Rambla Alfareros y Magistral Domínguez. Al principio me daba mucha vergüenza y no me salía la voz para decir se compra o se vende pero poco a poco me fui acostumbrando. No me iba mal, al menos en mi casa podíamos comer caliente (...). Por la noche, mi madre y yo nos íbamos al muelle y hacíamos el camio (...). Otro día vino un hombre de pueblo, me dio un saco para que le comprara pan y casi al mismo tiempo vino una señora mayor, si quería 50 panes me los traía de diez en diez (...). Cuando estaba a la mitad vino la sobrina de otra vendedora y le ofreció una peseta más por pan. Veía que me quitaba la venta, no, eso sí que no. Nos liamos a palos. Yo no quería que me quitaran el pan de mi hijo. (...) Era la ley de la supervivencia".

Memorias inéditas de Josefa Collado Gómiz. Recogido en Sofía Rodríguez López: "Activismo sin militancia. Las "madres coraje" de la posguerra española".


jueves, 22 de octubre de 2015

De la unidad de la causa como excusa.

"Pero si el feminismo chicano mantuvo una fuerte controversia con el feminismo hegemónico blanco, no fue menos intensa la batalla librada en el seno de la propia comunidad, dominada ideológicamente por una visión claramente patriarcal. Se trataba de defender los derechos de las mujeres chicanas con la misma contundencia con que se defendían los derechos de la comunidad frente a la discriminación de la sociedad "anglo". (...) Los planteamientos feministas dentro del movimiento chicano se sirvieron con gran hostilidad por parte de un sector muy importante de sus dirigentes, que veían en la defensa de una reconsideración de los roles de género una amenaza para la integridad del plan nacionalista. (...) Por una parte, las feministas cuestionaban el enfoque dominante que servía para justificar la supervivencia cultural, algo que no hacía sino reforzar estereotipos tradicionales. Así, por ejemplo, la visión de la "chicana ideal" como una resistente que había conseguido preservar con su esfuerzo y sufrimiento la cultura chicana en su esencia suponía un obstáculo para redefinir la posición de la mujer. De igual modo, discrepaban de la interpretación que se hacía del machismo como narración inventada por la sociedad "anglo" con el objetivo de desprestigiar al hombre mexicano-americano. En este sentido, muchas se enfrentaron a lo que podía entenderse como una justificación del machismo (...). En gran medida, el espacio más afectado por el debate en torno al papel de la mujer chicana y las propuestas de revisión de su estatus o de los estereotipos que la marcaban socialmente era el de la familia. La familia se convirtió (...) en el gran paradigma de la resistencia política y cultural frente a los procesos de asimilación de la sociedad anglosajona; sin embargo sus estructuras tradicionales fueron denunciadas por el feminismo.

(...) El resultado de esta controversia (...) fue (...) el de la incomprensión por una parte importante de la comunidad chicana, que acusaba a las feministas de fomentar una división contraproducente para los intereses de aquella. (...) La postura de confrontación de las feministas las alejaba de la imagen mítica de la "Adelita", la mujer soldado que acompañaba a los revolucionarios mexicanos en el combate".

José Luis de la Nuez Santana: "Arte, sociedad multicultural y posicionamiento feminista. El debate feminista en el arte chicano".


miércoles, 21 de octubre de 2015

La mujer como menor de edad o Votar para salvar el Partido

"La gran mayoría votará a los candidatos más reaccionarios; otra porción no despreciable, a que más pague, y la otra, al candidato mejor mozo y más guapo (...). Y es que hemos descuidado todos la educación moderna de la mujer. La hemos dejado en manos del cura, zafio y grotesco, y de la madrota, mercantilista y unitaria. (...) Rudo golpe experimentará la democracia con la innovación; más no por eso hemos de ser enemigos de ella. Impónese una labor de propaganda y proselitismo en los medios femeninos (...). Con tales condiciones, del millón largo de mujeres que en España tendrán voto, al correr el tiempo, y después de una campaña eficaz, buen número de ellas vendrán a nuestro campo o simpatizarán con él, ya que sólo en él hallarán remedio a sus legítimas ansias de redención integral".

El Socialista, 30 de agosto de 1924.

"Sin ser feministas, nos basta con ser socialistas. (...) Las que en la casa, en el taller, en la fábrica, en la oficina, en la universidad, en el laboratorio, o e la escuela o en la mina se enorgullecen de ser trabajadoras, no precisarán que las hablemos de feminismo, ni de los problemas artificiosos de la superioridad entre los dos sexos para que nos escuchen, para que nos sigan, para que vengan con nosotros a las filas del Socialismo, cuando las invitemos a que nos ayuden en la tarea de dar realidad a las reivindicaciones que constituyen la esencia humana y liberadora del Socialismo mundial. Por eso, porque conocemos el buen sentir de la mujer, su fina perspicacia, su amor a los hijos, que son los hombres del porvenir, estamos convencidos de que la mujer española será dentro de muy poco tiempo socialista cristalizando en este ideal su amor a la paz, a la cultura y al bienestar de la Humanidad".

"Editorial: Feminismo no, Socialismo", El Socialista, 1 de septiembre de 1924.

martes, 20 de octubre de 2015

Votar para salvar la Patria.

"Ir a votar no significa abandono de la casa, a no ser que se pretenda que la mujer guarde la casa como el carcelero la cárcel. (...) ¿Que no debe bajar al campo revuelto de la política? Pero, ¿no hemos quedado en que es el ángel de paz? Dejad, pues, que baje a ese campo revuelto y deje sentir su pacificadora influencia. Para ir a depositar su voto en la urna una vez cada dos años, ni necesita la mujer abandonar la casa, ni bajar a ningún campo, ni correr el peligro de ser arrebatada por ningún torbellino; todo eso son fantasmas, espantajos pueriles para cohonestar de alguna manera lo que no se puede defender en serio".

C. Lario: "El voto de la mujer", La Mujer y el Trabajo, 1923.

"No todas miramos a las urnas con los mismos ojos; (...) todas miramos en ellas la defensa de nuestros derechos de mujeres y de obreras, injustamente vejados y pisoteados; pero, creedlo, unas miran con la mirada roja del odio y de la venganza, creyendo es llegada la hora de echar por tierra, valiéndose de la urna, la Religión, la propiedad, la autoridad, la Patria; y lo digo con orgullo: la mayoría, las católicas, las obreras del orden, vemos, sí, el medio que nos depara la Providencia para barrer mucha inmundicia y acabar con muchas injusticias; pero siempre dejando a salvo principios tan sólidos como la Religión, la propiedad y la Patria, base firme de nuestra grandeza de ayer, fundamento de nuestro esplendor de mañana, explicación de nuestro bienestar de siempre".

Mercedes Quintanilla: Mítin de Acción Católica de Mujeres organizado en Madrid, 28 de junio de 1924.


lunes, 19 de octubre de 2015

Ciudad frontera (II).

"Madrid está rodeado de suburbios en donde viven peor que en el fondo de África un mundo de mendigos, de miserables, de gente abandonada (...). ¿Quién se ocupa de ellos? Nadie, absolutamente nadie. Yo he pasado noches por las Injurias y las Cambroneras, he alternado con la golfería de las tabernas de las Peñuelas y de los merenderos de los Cuatro Caminos y de la carretera de Andalucía. He visto mujeres abandonadas en las cuevas del Gobierno Civil y hombres echados desnudos al calabozo. He visto golfos andrajosos salir gateando de las cuevas del cerrillo de San Blas y les he contemplado cómo devoraban gatos muertos (...). He visto asilos que son la parodia más terrible de la caridad; hospitales en donde los enfermos mueren abandonados (...). Y no he visto a nadie que se ocupara en serio de tanta tristeza, de tanta laceria. ¿Es egoísmo monstruoso o es olvido? No sé. Sólo sé que entre los miserables y los poderosos hay una muralla tan alta que los unos no se enteran de lo que hacen los otros".

Pío Baroja: "Crónica. Hampa", en Diario El Pueblo Vasco, 1903.

domingo, 18 de octubre de 2015

Que la única forma de someter a los ricos era retorcerles el brazo.

"¿Pero eran realmente tan ignorantes los pobres? Uno sospecha que los molineros y comerciantes, que estaban ojo avizor con respecto a la gente y al tiempo procuraban elevar al máximo sus beneficios, conocían mejor las circunstancias que los poetastros sentados en sus escritorios. Pues los pobres tenían sus propias fuentes de información. Trabajaban en los puertos. Transportaban las barcazas a lo largo de los canales. Conducían los carros y manejaban las barreras de peaje. Trabajaban en los graneros y molinos... Con frecuencia conocían los hechos locales mucho mejor que la gentry; en muchas acciones fueron derechos a las provisiones de grano escondidas cuya existencia habían negado, de buena fe, los jueces de paz. Si es cierto que los rumores iban muchas veces más allá de todo límite, tenían siempre al menos su raíz en una ligera base de realidad. Los pobres sabían que la única forma de someter a los ricos era retorcerles el brazo".

E. P. Thompson: "La economía moral de la multitud".

martes, 13 de octubre de 2015

Ojo, pues, con las hembras del siglo XX.

“De los relatos de la Prensa se desprende que ‘nuestra Tosca’ de rompe y rasga se veía asediada por un ‘Scarpia’, que no le dejaba á sol ni á sombra. El hombre pertenecía al grupo repugnante de buenos mozos que tanto contingente han dado á los procesos pasionales. «Soy hombre, soy el más fuerte, y la mujer á quien yo deseo tiene que ceder por grado o por fuerza á mi capricho». Pero esta vez al injusto forzador le ha salido el tiro por la culata. La hembra brava á quien Alfonso Fernández perseguía con continuas amenazas, ha sabido deshacerse de su enemigo. No está de más que estos salteadores de corazones, que piden favores amorosos como el mendigo del Gil Blas limosna, se encuentren alguna vez con la horma de su zapato.

Este sangriento suceso ‘fin de siglo’ tiene, además, una gran significación: es una manifestación del feminismo, una prueba de que la mujer no se resigna á ser la esclava del varón, y de que si en las esferas de la inteligencia puede luchar con los hombres, en el terreno de la fuerza puede también vencerlos ‘de navaja á navaja y de puño á puño’.

Ojo, pues, con las hembras del siglo XX, que, como se ve por la muestra, vienen pegando”.

Diario La Época, 3 de enero de 1901.