domingo, 18 de octubre de 2015

Que la única forma de someter a los ricos era retorcerles el brazo.

"¿Pero eran realmente tan ignorantes los pobres? Uno sospecha que los molineros y comerciantes, que estaban ojo avizor con respecto a la gente y al tiempo procuraban elevar al máximo sus beneficios, conocían mejor las circunstancias que los poetastros sentados en sus escritorios. Pues los pobres tenían sus propias fuentes de información. Trabajaban en los puertos. Transportaban las barcazas a lo largo de los canales. Conducían los carros y manejaban las barreras de peaje. Trabajaban en los graneros y molinos... Con frecuencia conocían los hechos locales mucho mejor que la gentry; en muchas acciones fueron derechos a las provisiones de grano escondidas cuya existencia habían negado, de buena fe, los jueces de paz. Si es cierto que los rumores iban muchas veces más allá de todo límite, tenían siempre al menos su raíz en una ligera base de realidad. Los pobres sabían que la única forma de someter a los ricos era retorcerles el brazo".

E. P. Thompson: "La economía moral de la multitud".

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