martes, 27 de octubre de 2015

La cultura occidental da asco (VI).

Si las mujeres están a la cabeza del gobierno, el Estado corre peligro, porque ellas no actúan según las exigencias de la universalidad, sino siguiendo opiniones e inclinaciones contingentes. No es seguro que Hegel dijera esto literalmente, puesto que la frase aparece en un añadido -y por lo tanto, procede de los apuntes tomados por sus alumnos- al § 166 de su Filosofía del Derecho. Allí, tras exponer el lugar de la familia como primera esfera de la vida ética (...), Hegel señala, ahora sí, literalmente, que el hombre tiene su vida efectiva y sustancial en el Estado, en la ciencia y cosas semejantes, mientras que la mujer tiene su determinación sustancial en la familia, y su interior disposición ética en la piedad.

Se trata de un tópico tan persistente en la Edad Antigua como en la Edad Moderna: la incapacidad de las mujeres para los asuntos de la vida pública, paralla a la que supuestamente tienen para la ciencia o para el arte. Hegel lo sitúa en un marco más amplio, añadiendo que las mujeres, si bien pueden ser cultas, no está hechas para las ciencias elevadas, la filosofía o ciertas producciones del arte que requieren un "universal". (...) Freud, por su parte, lo expresaba de otro modo: las mujeres, dice, no subliman.

Antonio Gómez Ramos y Rocío Orsi Portalo: "Ciudadana Antígona: más allá del presentimiento de lo ético y la eterna ironía de la cosa pública".


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