jueves, 18 de junio de 2015

La colonización de los cuerpos.

"La escritora Fátima Mernissi vio, en los museos de París, las odaliscas turcas pintadas por Henri Matisse.

Eran carne de harén: voluptuosas, indolentes, obedientes.

Fátima miró las fechas de los cuadros, comparó, comprobó: mientras Matisse las pintaba así, en los años veinte y treinta, las mujeres turcas se hacían ciudadanas, entraban en la Universidad y en el Parlamento, conquistaban el divorcio y se arrancaban el velo.

El harén, prisión de mujeres, había sido prohibido en Turquía, pero no en la imaginación europea. Los virtuosos caballeros, monógamos en la vigilia y polígamos en el suelo, tenían entrada libre a ese exótico paraíso, donde las hembras, bobas, mudas, estaban encantadas de dar placer al macho carcelero. Cualquier mediocre burócrata cerraba los ojos y en el acto se convertía en un poderoso califa, acariciado por una multitud de vírgenes desnudas que, bailando la danza del vientre, suplicaban la gracia de una noche junto a su dueño y señor.

Fátima había nacido y crecido en un harén".

Eduardo Galeano: Mujeres.


5 comentarios:

  1. Me sigue enamorando la simpleza con la que Galeano describe y denuncia nuestro mundo. Lo comparaba con Borges y su conferencia dedicada a Las Mil y Una Noches, y la idea de Oriente, y demás. No solo se olvida de mencionar a la mujer, de enunciarla, sino que construye su discurso con un hermetismo radical, discurso para hombres, blanco, intelectuales, de salón burgués y biblioteca de lomos de tapa dura y aristas a mano.
    Ayer hicimos un homenaje a Galeano en La Pastera, acá en San Martín de los Andes. Un grupo de gente sentados en el sitio donde durmió el Che en su primer viaje a estos confines, sentados en círculo, disfrutando unos tintos y leyendo a Galeano. Todos tomando pasajes al azar de sus libros, y dejando fluir la noche. Algunas extranjeras, de español balbuceante,y que no conocían a Eduardo, salieron fascinadas y con ganas de leer más. Esa es la belleza de la obra de Galeano, capaz de usar las palabras mínimas y desprender el mundo de un grano de azúcar, haciéndolo comprensible para todxs.
    Eso, una reflexión. Sobre el contenido de tu cita poco qué decir, salvo que preparo un coloquio sobre las Mil y Una Noches y la idea de Oriente, y que seguramente agrego esta cita. Así que gracias por recordármela. Abrazo a la distancia, un gusto leerte.

    Gustavo N.-

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  2. Galeano es un maestro, y creo que el único hombre al que le he leído semejante humildad al hablar de las mujeres. Gracias por leer y comentar, y gracias por tus reflexiones.

    Me resulta muy interesante cómo el poder occidental, siempre masculino, se empeña en negar la pérdida de poder colonial o en reproducirlo a través de una re-posesión simbólica mediante la representación del cuerpo de las mujeres. Es algo que se ve muy claro con el tratamiento que se hace de las mujeres negras (he publicado algo sobre eso por aquí), y en el caso del arte es también bestial.

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  3. Es muy fuerte lo que decís. Empecé hace unas semanas un taller de narración oral y buscando cuentos populares es patente la misoginia implícita en muchos de ellos. Las Mil y Una Noches es un ejemplo muy claro. Estos discursos circulan en muchas tradiciones. Pero el "logro" de occidente fue el de otorgarles una legitimación pretendidamente universal, asociada al poder de la iglesia y al capitalismo en todas sus expresiones. De ese dualismo ontológico del que te hablaba en otro de tus posts, la diferenciación entre hombre/mujer y la implícita (en su momento explícita) jerarquización que el hombre blanco occidental construye... Y más si se le suma la jerarquización racial. Creo que el arte incorporó estos discursos incluso en la búsqueda de escapar de ellos, y eso queda reflejado en sus representaciones de la mujer no occidental como las que estás proponiendo. No sé. Quiero creer que la contribución de Galeano en el esfuerzo consciente por desandar estas colonialidades dejó alguna huella.

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  4. “Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”

    Con dolor repartíamos esta cita antes de la marcha nacional del "Ni una menos". En lo que va del año, en nuestro pueblo de 30.000 habitantes ocurrieron tres femicidios por hombres que consideraron mujeres como su propiedad. Las mataron para suicidarse luego. Una de ellas fue compañera mía. Otra compañera fue golpeada por el ex en la vía pública y la hubiera matado, si no hubiera pasado un grupo de estudiantes de primaria y comenzara a arrojarle piedras, hasta que llegó la policía. Esos niños salían de una clase sobre violencia de género. El agresor, estuvo más de un mes después del hecho trabajando en recepción en el mismo hospital en el que nuestra compañera debía ir a hacer terapia por las secuelas que le dejó.
    Todavía nos falta mucho como sociedad. Me enteré hace unos días que allá en España acogieron la propuesta y van a tener su marcha de "Ni una menos". Espero sea un paso más en la visibilización de estas formas de violencia, aquellas que llegan a otros extremos y todas esas otras que forman parte de nuestra sociedad patriarcal (empecé a escribir "micromachismos" y me sonó tan a oxímoron, y siento que tengo que formarme más al respecto). Leí sus estadísticas y son preocupantes, como lo deben ser en todo el mundo.
    Bueno, me extiendo demasiado. Quería compartir esta otra frase de Galeano, imagino que ya la habías leído.
    Otro abrazo, compañera.

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  5. https://www.youtube.com/watch?v=0BNZKvgkSOg&noredirect=1

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