domingo, 8 de marzo de 2015

Todas las mujeres, todos los días.

"Las madres, hijas, hermanas, representantes de la nación, piden que se las constituya en asamblea nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes, a fin de que los actos del poder de las mujeres y los del poder de los hombres puedan ser, en todo instante, comparados con el objetivo de toda institución política y sean más respetados por ella (...).

En consecuencia, el sexo superior tanto en belleza como en coraje, en los sufrimientos maternos, reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser supremo, los Derechos siguientes de la Mujer y de la Ciudadana".

Olympe de Gouges: Declaración de los derechos de la mujer y de la Ciudadana, 1791.



3 comentarios:

  1. Bello sitio, necesario también. Los mejores deseos para este tu nuevo proyecto.
    El fragmento me sugiere el libro de Francesca Gargallo, "Tan derechas y tan humanas". Te lo recomiendo.

    Puedes encontrarlo en la biblioteca de este sitio: http://www.ceapedi.com.ar/ (del Centro de Estudios y Actualización en Pensamiento Político, Decolonialidad e Interculturalidad). En su sección de biblioteca tienes unos 300 libros y artículos socializados que pueden ayudarte mucho en este recorrido que llevas, como historiadora (¿historiadora es una etiqueta que te gusta?). Espero puedas disfrutarlo.
    Un gusto leerte, abrazo desde el sur andino.

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  2. Te comparto también unos poemas, en esta dinámica de compartir texto para que no se pierda.

    Óvulos (Heddy Navarro Harris)

    Yo
    la dictadora la esclava
    la demócrata
    la monarca la socialista la exótica
    de Salgari la mapuche heroica
    La janequeo
    la Inés de Suárez la Tania de Bolivia
    La missmundo del año entrante
    La secretaria
    la maniquí de la Botique la Jenny de
    Carlos Marx
    La Evita de Buenos Aires
    La Matahari
    la Krupskaia
    de Lenin
    la Amanda de la fábrica
    la Rosa de la cocina
    la Juana lavandera
    la Isidora de Duncan la ñusta tirana
    la señora de los milagros
    la difunta Correa
    que dio de mamar a su hijo
    después de muerta
    la Quintrala de los ríos
    la fiura de Chiloé
    la Juana la Alfonsina la Gabriela
    la progenitora de los Incas
    la machi del Nguillatún
    la Meica
    Yo la parturienta
    seguiré pariendo hombres
    a pesar de la bomba de neutrones
    y las verdades absolutas





    El poema de la Puente (Kate Rushin)

    Estoy harta
    enferma de ver y tocar
    ambos lados de las cosas
    enferma de ser la condenada puente de todos.


    Nadie
    se puede hablar
    sin mi
    ¿No es cierto?


    Explico mi madre a mi padre
    mi padre a mi hermanita
    mi hermanita a mi hermano
    mi hermano a las feministas blancas
    las feministas blancas a la gente de la iglesia Negra
    la gente de la iglesia Negra a los ex – jipis
    los ex – jipis a los separatistas Negros
    los separatistas Negros a los padres de mis amigos.


    Después
    tengo que explicarme a mí misma
    a todos.


    Hago más traducciones
    que las malditas Naciones Unidas.


    Olvídense
    me enferman.


    Estoy enferma de llenar sus huecos.


    Enferma de ser su seguro contra
    el aislamiento de sus autoimpuestas limitaciones
    Enferma de ser la loca de sus cenas festivas
    Enferma de ser la rara de sus meriendas de domingo
    Enferma de ser la única amiga Negra de 34 individuos blancos.


    Encuéntrense otra conexión con el resto del mundo
    Encuéntrense otra cosa que los legitime
    Encuéntrense otra manera de ser políticas y estar a la moda.


    No seré su puente a su femineidad
    su masculinidad
    su humani- dad.


    Estoy enferma de recordarles que no
    se ensimismen tanto por mucho tiempo.


    Estoy enferma de mediar sus peores cualidades
    de parte de sus mejores.


    Estoy enferma
    de recordarles
    que respiren
    antes de que se asfixien
    con sus propias tarugadas.


    Olvídense
    crezcan o ahóguense
    evolucionen o muéranse.


    La puente que tengo que ser
    es la puente a mi propio poder
    Tengo que traducir
    mis propios temores
    Mediar
    mis propias debilidades.


    Tengo que ser la puente a ningún lado
    más que a mi verdadero ser.


    Y después
    seré útil.

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  3. No conocía los poemas, gracias por el regalo, son bellos. El libro lo buscaré con calma. Y sí, historiadora es una etiqueta que me gusta. Los conceptos siempre están en disputa, pero éste más que otros ;)

    Un abrazo desde el otro lado del océano y gracias por tu tiempo.

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