martes, 17 de marzo de 2015

La necesidad de conservar la vida.

"El espíritu de las mujeres ha hablado con suficiente elocuencia para arrastrar a toda la población trabajadora y, como en otras campañas por la justicia social, las mujeres animan a la exaltación. Será necesario negociar con ellas, porque nunca aceptarán un recorte de sus metas".

"Las huelgas de Barcelona", El Imparcial, 30 de julio y 1 de agosto de 1913.

"Las vidas de las mujeres de las clases bajas giran en torno a su trabajo como recolectoras y distribuidoras de los recursos sociales de la comunidad, trabajen o no como asalariadas fuera de sus casas. Las mujeres que tienen dinero simplemente contratan a otras mujeres para que les hagan el trabajo de mantener la vida que no quieren hacer por sí mismas (...) pero todas las clases de mujeres comprenden lo que la división sexual del trabajo de su sociedad requiere de ellas: el fundamento de la conciencia de las mujeres es la necesidad de conservar la vida.

(...) Al colocar la necesidad humana por encima de otras exigencias sociales y políticas, y la vida humana por encima de la propiedad, los beneficios e incluso los derechos individuales, la conciencia femenina crea la visión de una sociedad que todavía no ha hecho su aparición. La cohesión social se alza sobre los derechos individuales y la calidad de vida, por encima del acceso al poder institucional. (...) Los movimientos de mujeres siguen pautas comunes: se concentran en temas de consumo y de paz, y se oponen a los agresores exteriores. (...) Las mujeres pueden incluso atacar a los gobernantes cuando los precios de los alimentos suben demasiado por razones sospechosas, cuando el hostigamiento sexual pone en cuestión la dignidad de las mujeres o cuando la comunidad de mujeres parece atacada".

Temma Kaplan: "Conciencia femenina y acción colectiva: el caso de Barcelona, 1910-1918".


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