jueves, 30 de junio de 2016

La lógica del mercado frente a la lógica de los cuidados.

"Constantemente se nos habla de conciliación de la vida familiar y laboral, pero lo cierto es que la entera organización social parece obstinada en dar la espalda a esta realidad. Las tareas de cuidados que se desempeñan en el hogar y que siguen asumiendo predominantemente las mujeres son uno de los pilares de la economía. El modelo de trabajador en torno al cual orbita todo nuestro sistema laboral es, básicamente, un varón adulto, bien alimentado, limpio y con un mínimo de equilibro psíquico que le permita asumir su tarea. El trabajo y las habilidades que entrañó su crianza, los cuidados que recibe cuando tiene gripe, el apoyo emocional que le reconforta cuando está triste o preocupado y quién le hace la comida o le plancha la camisa son puntos ciegos, zonas de invisibilidad que nuestro sistema económico soslaya. Sin estos apoyos no sólo el trabajador no podría llegar a su empleo cada mañana en las condiciones apropiadas, sino que no habría trabajador ni sistema económico".

Carolina del Olmo: ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista.

"El modelo mediante el cual se resolvían las necesidades de cuidados se tambalea. Las mujeres, que habían dedicado todo su tiempo y energías a este trabajo no remunerado, se empiezan a incorporar masivamente a un mercado laboral masculino, cuya estructura está diseñada para personas que no tienen que cuidad a nadie. De este modo, la tensión entre la lógica del mercado y la lógica del cuidad emerge con gran intensidad y las mujeres empiezan a experimentar esta tensión en su propio cuerpo, que se convierte en lugar de batalla entre las exigencias de uno y otro escenario. Este hecho, que no pasa desapercibido para casi nadie, pretende solventarse con políticas y leyes denominadas de conciliación. Pero difícilmente puede conciliarse lo irreconciliable. En este caso, la centralidad de los mercados en la organización social se traduce en la priorización absoluta de los imperativos del mercado laboral frente a cualquier otro argumento. Sus necesidades prohibitivas organizan el tiempo social y son inapelables frente a las necesidades de cuidados".

Sira del Río: "La crisis de los cuidados. Precariedad a flor de piel".

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