viernes, 10 de junio de 2016

La manada.

"De las periferias vienen las manadas. Cuando la feminidad se construye en manada, se convierte en una feminidad subversiva. Una perra sola es una perra muerta, una manada es un comando político. Las perras no se ocupan de la cocina ni de vigilar a los niños de la patria. En manada, cada perra es capaz de morder, de organizarse para vivir fuera del hogar. Las perras (...) son animales fronterizos, zorras transnacionales o bollos sin papeles para los que el glamour de basurero es una forma de resistir frene a las construcciones normativas de género, clase, sexualidad o pertenencia nacional. La manada no es ni la comunidad, ni el gueto, ni el partido político. En la manada de perras no hay ley de género ni de identidad sexual, no valen más los tacones que los bigotes (ni bio ni pegados con cola). Y como la manada es una máquina colectiva de follar que sirve para resistir y para inventar otras formas de placer también entran en ella los chicos trans y las camioneras más austeras.

Escritura-perra. Pero también escritura-manada".

Itziar Ziga: Devenir perra.

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