lunes, 10 de octubre de 2016

El feminismo como puerta para la radicalización política.

"Cuando los derechos básicos y las oportunidades para las mujeres se vieron cada vez más amenazados, en especial para las mujeres que eran jefas de familia, crecieron las filas de las mujeres que favorecían una agenda no sólo feminista sino también de justicia social. Se tratara la cuestión de la acción afirmativa, el desarrollo militar o la ayuda federal para la atención médica, las mujeres se estaban volviendo más radicales, los hombres más conservadores. Esto se hizo especialmente evidente entre las mujeres y los hombres más jóvenes; fueron los hombres más jóvenes quienes dieron más apoyo a Reagan. (Contrariamente a la sabiduría convencional, el surgimiento de "la juventud conservadora" a comienzos de la década del '80 fue en gran medida un fenómeno de un sólo género). Incluso en las poblaciones más liberales del auge del bebé, las actitudes de hombres y mujeres se polarizaban espectacularmente. Un estudio nacional de los "progresistas" del auge del bebé (definidos como los 12 millones que apoyan grupos de cambio social) descubrió que el 60% de las mujeres se consideraban de "radicales" a "muy liberales", mientras el 60% de los hombres se consideraban de "moderados" a "conservadores". Los encuestadores identificaron una causa principal para esa división: la mayoría de las mujeres encuestadas dijeron que pensaban que la del '80 había sido una "mala década" para ellas (mientras que la mayoría de los hombres no estuvieron de acuerdo) y temían que la década siguiente fuera aun peor".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna.

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