domingo, 7 de enero de 2018

Mujeres musulmanas de todas las Rusias.

"La reunión panrusa de musulmanes, convocada por diputados musulmanes de la Duma inmediatamente después de la revolución de febrero, se acercaba rápidamente; pero antes, el 23 de abril, las delegadas se congregaban en Kazán, en Tartaristán, para el Congreso Panruso de Mujeres Musulmanas. Cincuenta y nueve delegadas se reunían ante una audiencia de 300 invitados, abrumadoramente femenina, para debatir cuestiones que incluían la situación de la Sharia, la poligamia, los derechos de las mujeres y el hiyab. Hubo contribuciones desde un amplio espectro de posiciones políticas y religiosas, desde socialistas como Zuleija Rahmanqulova y la poeta de veintidós años Zahida Burnasheva, hasta eruditas en cuestiones religiosas, como Fatima Latifiya y Labiba Huseynova, una experta en ley islámica.

Las delegadas debatieron si los mandamientos coránicos eran históricamente específicos, e incluso muchas defensoras de la ortodoxia transhistórica interpretaban los textos con la intención de insistir, contra las opiniones conservadoras, en que las mujeres tenían el derecho de asistir a la mezquita, o que la poliginia sólo estaba permitida -un caveat crucial- si era "justa"; esto es, si contaba con el permiso de la primera esposa. Insatisfechas al comprobar que la reunión aprobaba esa postura progresista-tradicionalista sobre la poligamia, las feministas y socialistas eligieron a tres representantes, incluyendo a Burnasheva, para asistir a la Conferencia Musulmana Panrusa en Moscú, el mes siguiente, donde defendieron su posición alternativa contra la poliginia.

La conferencia aprobó entonces diez principios, incluyendo el derecho de las mujeres a votar, la igualdad de los sexos y la naturaleza no obligatoria del hiyab. El centro de gravedad de las discusiones era claramente jadidista, o más a la izquierda. Un síntoma de tiempos de cambio.

(...) Entre el 1 y el 11 de mayo, Moscú albergó la convención exigida en febrero por los diputados musulmanes de la Duma. Novecientos delegados de las poblaciones y naciones musulmanas llegaron a la ciudad: baskires, osetios, turcos, tártaros, kirguizes, entre otros.

Casi un cuarto de los presentes eran mujeres, muchas recién llegadas del congreso de mujeres musulmanas celebrado en Kazán; en la presidencia del comité de doce personas había una mujer tártara, Selima Jakubova. Cuando alguno preguntó por qué los hombres debían garantizar a las mujeres derechos políticos, una mujer saltó y respondió. Escucháis a los religiosos y no planteáis objeciones, pero después actuáis como si pudierais garantizarnos derechos, y continuó, ¡en vez de eso, los conquistaremos nosotras!".

China Miéville: Octubre. La Historia de la Revolución Rusa.

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