jueves, 2 de agosto de 2018

La pesada carga de ser mujer.

"Cuando mi padre se enteró de que yo tenía una hija y de que la había dejado en el extranjero, se sintió sumamente perturbado. Era un hombre inteligente y bien educado, y como es natural se dio perfectamente cuenta de que una niña que había nacido de una madre que vivía en la clandestinidad no podía ser legítima, y sufría, tanto por mí como por la niña, sufría por mi pesar y por la imposibilidad de ayudarme. No quería reprocharme...

- Oh, ¿por qué no naciste varón? -En un instante, esa expresión melancólica, que me era tan familiar, vino a mí desde los lejanos tiempos de la infancia, la expresión que solía hacerme rezar silenciosamente a Dios durante interminables horas par que Él me transformara en varón... Entonces comprendí lo que quería decir papá, comprendí que tenía que soportar una doble carga en la vida: la pesada carga del ser humano y además la carga de ser mujer".

Olga Liubatóvich sobre su visita a Moscú en 1881. Recogido en VV.AA.: Cinco mujeres contra el Zar.

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