"No hay nada inevitable en la historia... todo depende de la lucha y la voluntad de sus actores. Pero, sin adentrarnos a fondo en la historia de los oprimidos, las gentes que queremos un mundo mejor difícilmente podremos entender el lugar que ocupamos en la historia de la lucha de clases, nuestras tareas o las características de nuestra época. Es más, no tomaremos consciencia de nuestra responsabilidad, no podremos combatir los límites de nuestro tiempo ni los obstáculos que impone la vida cotidiana para intervenir conscientemente en él y, más importante todavía, no llegaremos a perfilar un proyecto alternativo de sociedad. La lucha por otro mundo y la defensa de un proyecto social emancipador no sólo hunde sus raíces en la lucha real de los oprimidos que impugna en la práctica el desorden establecido, sino que supone una reflexión sobre la historia, sobre la cultura, sobre la dignidad humana, sobre las relaciones entre individuo y sociedad, entre las clases y entre los géneros y entre la especie humana y el medio ambiente. En definitiva, no se puede luchar por el socialismo y soportar duraderamente la tensión militante entre la realidad y el deseo sin astibar qué humanidad queremos ser y en qué mundo queremos vivir".
Andreu Coll: "Introducción", Las razones de octubre. la revolución soviética y el siglo XX.
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