domingo, 20 de diciembre de 2015

Y el combate será difícil.

"Éste es un momento particular donde todo un ciclo histórico se acaba y comienza una nueva época. Para continuar el combate político hay que hacer un balance del siglo, aquel de los avances revolucionarios, pero también de las terribles derrotas. Hay que "transmitir" a las nuevas generaciones y, para ello no repetir, no copiar, sino repensar, revisitar la historia, reactualizar el programa. (...) Pero antes, hay que retomar el hilo de la continuidad histórica del movimiento obrero, de sus referencias, de sus revoluciones, de sus grandes debates y polémicas.

No empezamos de cero. Hay una historia, de experiencias, de combates políticos que han forjado las generaciones militantes del movimiento obrero. (...) Para abordar la "nueva época" hay que saber de dónde partimos, desde dónde hablamos, con qué bagaje teórico, programático, político.

(...) Frente a la profundidad de una crisis sitémica, los revolucionarios deben no solamente organizar la resistencia social y política frente a los ataques de las clases dominantes, no solamente deben ser el ala dinámica de la unidad en la acción contra las políticas de austeridad, sino que también deben promover apuestas sobre las medidas claves de un gobierno que rechaza la austeridad y comienza un proceso de ruptura con el capitalismo. (...) Hace falta que este programa se fusione con la experiencia viva de los levantamientos revolucionarios. Y el combate será difícil.

(...) No se trata solamente de construir nuevos partidos, sino también de reorganizar los sindicatos y las asociaciones, de impulsar nuevos movimientos, expresión de las nuevas cuestiones tales como la ecología, de contribuir a la articulación entre movimiento obrero, campesino e indígena en los países de Latinoamérica, y movimiento obrero e inmigrante en los centros imperialistas. (...) La crisis mundial confirma el proyecto de construir una nueva fuerza política que responda a los desafíos de este nuevo período histórico. No se puede tratar de volver a los criterios de las organizaciones de la extrema izquierda revolucionaria de los años 60 y 70. 

(...) Hay que crear las condiciones para formaciones anticapitalistas de masas que permitan la reorganización del movimiento obrero y de los movimientos sociales sobre nuevos ejes. Poner el acento sobre las perspectivas anticapitalistas que reagrupan, continuar la discusión sobre una serie de cuestiones que no serán resueltas más que por nuevas experiencias revolucionarias, pero construir sobre una base sólida. He aquí el desafío para los años que vienen".

François Sabado: "Introducción", en Daniel Bensaïd: Trotskismos.

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