sábado, 4 de marzo de 2017

Cuantos más hilos haya de alma en alma.

"Bajo el dominio de la ideología burguesa y del estilo de vida capitalista-burgués, el carácter multiforme del amor engendra una serie de dramas psicológicos dolorosos e insolubles. (...) Una cultura fundada sobre el instinto de propiedad ha inculcado a los hombres la convicción de que el sentimiento amoroso tenía también como base el principio de propiedad. La ideología burguesa ha metido en la cabeza de las personas la idea de que el amor, incluso el amor mutuo, otorgaba derecho a poseer por entero y sin compartirlo el corazón del ser amado. (...) Pero ¿acaso tal idea puede estar de acuerdo con los intereses de la clase obrera? ¿No resulta, en cambio, (...) importante y deseable que las personas se hagan más ricas, más diversificadas? Cuantos más hilos haya tendidos de alma a alma, de corazón a corazón, de espíritu a espíritu, más se enraizará el espíritu de solidaridad y más fácil vendrá a ser la realización del ideal de la clase obrera: la camaradería y la unidad.

(...) La ideología de la clase obrera subordina el amor que los miembros de la colectividad sienten los unos por los otros a un sentimiento más imperioso: el amor-deber para con la colectividad. Por grande que sea el amor que una a los dos sexos, por numerosos que sean los lazos sentimentales y espirituales que teja entre ellos, lazos de igual orden deben mantenerse para con la colectividad en general, lazos aún más fuertes y abundantes, más orgánicos. La moral burguesa exigía: todo para el ser amado. La moral proletaria proscribe: todo para la colectividad.

(...) Si desaparecen en las relaciones sexuales la pasión ciega, absorbente, exigente, el sentimiento de propiedad, el deseo egoísta de "apropiarse" para siempre al ser amado; si pierden su fuerza la fatuidad masculina y la monstruosa renuncia a sí misma que hace la mujer, veremos en cambio desarrollarse en el amor otros rasgos preciosos. Veremos cómo se refuerzan el respeto a la otra persona, la aptitud para tomar en consideración sus derechos, (...) crecer en la aspiración, expresar el amor no sólo mediante besos y caricias, sino también por la acción común, por la voluntad unida, por la obra conjunta".

Alejandra Kolontai: "Ideología proletaria del amor", 1923.

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