"La puesta en marcha de la Nueva Política Económica (NEP) en 1921 significó un retorno progresivo de las mujeres a la situación anterior a la Revolución. (...) Las mujeres sufrieron el aumento del desempleo que duró hasta 1927 y fueron empujadas a replegarse a los sectores "tradicionales" como los textiles y la industria ligera. Las prácticas de "libre mercado" se convirtieron en discriminación contra ellas en contrataciones y despidos, especialmente dado el costo de las licencias de maternidad y la protección en el trabajo durante el embarazo y la lactancia. Al tiempo, se instituyeron cuotas por servicios que habían sido gratuitos, como los comedores colectivos, y alrededor de la mitad de las guarderías y hogares para madres solteras se vieron obligados a cerrar.
(...) Dejando de lado el compromiso que habían hecho los bolcheviques de no interferir en la vida personal de los ciudadanos, en la década de los años treinta comenzó a difundirse que la teoría de la "extinción de la familia" llevaba al libertinaje sexual, mientras que las alabanzas a las "buenas amas de casa" empezaron a aparecer en la prensa. EN 1936, un editorial de Pravda denunciaba un plan habitacional con cocinas colectivas como una "desviación de izquierda" y un intento por "introducir artificialmente la vida comunal", fue el aldabonazo para volver a la familia tradicional y el abandono de todos los experimentos hechos hasta entonces.
La burocracia estalinista comenzó a eliminar todas las leyes que los bolcheviques habían ido introduciendo y que permitían tanto a hombres como a mujeres la plena expresión de su potencial. La homosexualidad, la prostitución, la promiscuidad sexual y el adulterio se declararon ofensas criminales en 1934, castigadas con un mínimo de ocho años en prisión, al tiempo que el divorcio devino un proceso largo. Y dos años después, el Código Familiar ilegalizó el aborto, algo que implicó un alto coste para las trabajadoras: la tasa de muertes por aborto aumentó considerablemente (...). Al mismo tiempo, el gobierno comenzó a emitir "condecoraciones a heroínas" a las mujeres que tuvieran un gran número de hijos. El Código Familiar de 1944 retiró el reconocimiento de los matrimonios de facto, restauró el concepto de "ilegitimidad", abolió la coeducación en las escuelas y prohibió las demandas de paternidad.
A partir de 1922 Aleksandra Kollontai quedó marginada y perdió su influencia política. (...) En 1930 (...) el líder Iosef Stalin anunció que la cuestión de la mujer se había resuelto".
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