"Yo admito que el hombre también sufre en esta sociedad maldita, pero ninguna tristeza puede compararse con la de la mujer. En la calle ella es la mercancía. En los conventos, en donde se oculta como en una tumba, la ignorancia la ata, y las reglas ascienden en su máquina como engranajes y pulverizan su corazón y su cerebro. En el mundo se dobla bajo la mortificación. En su casa, sus cargas la aplastan. Y los hombres quieren mantenerla así. Ellos no quieren que ella usurpe su función o sus títulos. Nosotras las mujeres simplemente debemos tomar nuestro lugar sin pedir permiso por ello... Tened cuidado del día en que las mujeres se cansen de todo lo que les rodea y se levanten contra el viejo mundo. Ese día un nuevo mundo comenzará".
Louise Michel.
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