martes, 6 de junio de 2017

El matrimonio es el único infierno que reconozco.

"Son numerosos los indicadores psicológicos y todos señalan en la misma dirección. Las mujeres casadas de esos estudios informan acerca de una depresión un 20% mayor que las solteras y tres veces la tasa de neurosis grave. Las mujeres casadas tienen más colapsos nerviosos, nerviosidad, palpitaciones e inercia. Aun otros males afectan desproporcionadamente a las mujeres casadas: insomnio, temblor de manos, mareos, pesadillas, hipocondría, pasividad, agorafobia y otras fobias, infelicidad con su aspecto físico y abrumadores sentimientos de culpa y vergüenza. Un estudio longitudinal de veinticinco años de mujeres con educación terciaria descubrió que las esposas tenían la menor autoestima, se sentían menos atractivas, declaraban la mayor soledad y se consideraban a sí mismas las menos competentes en casi todas las tareas, incluso el cuidado e sus hijos".

Susan Faludi: Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna, 1991.

"- Prima, hay sufrimientos en donde hay opresión y opresión en donde el poder de ejercitarla existe. En Europa, como aquí, las mujeres están sometidas a los hombres y tienen que sufrir aún más su tiranía.

- (...) Es usted muy buena en irritarse así por la suerte de las mujeres. Son, en efecto, muy desgraciadas y, sin embargo, querida amiga, no puede usted juzgar de ello sino imperfectamente. Para tener una idea justa del abismo del dolor en que está condenada a vivir, hay que estar o haber estado casada. ¡Oh, Florita! El matrimonio es el único infierno que reconozco".

Flora Tristán: Peregrinaciones de una paria, 1838.

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