"Cada
día veo la belleza de la gente en la calle, en el metro -belleza a
veces agotada, a veces inicial- y me digo: este mundo tiene que
salvarse. A pesar de los pesares, de las atrocidades y de las
indignidades, este mundo tiene que salvarse. Sería de una imperdonable
ingenuidad confiar tal salvación al poder del poema. Pero sería un
terrible error olvidar que no hay poema que deje el mundo intacto".
No hay comentarios:
Publicar un comentario