“Judaísmo,
homosexualidad y feminidad son las figuras negativas por excelencia que
permiten a la estética fascista elaborar sus mitos positivos de virilidad,
salud e higiene física y moral. Pero la estigmatización burguesa de la
homosexualidad coexiste en el fascismo con un imaginario erótico heredado del Männerbund
(la comunidad masculina de los movimientos de juventud alemanes anteriores a
1914) e inspira unos modelos estéticos de origen griego codificados por
Wincklemann en el neoclasismo desde finales de XVIII. Varios escritores (…) será
fuertemente atraídos por esta mezcla singular de moral conservadora, ideología
represiva e imaginario transgresivo”.
Enzo Traverso: "Interpretar el fascismo. Notas sobre George L. Mosse, Zeev Sternhell y Emilio Gentile".
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