jueves, 4 de febrero de 2016

Del desempleo y la lucha de masas.

"Es la primera vez en mi vida que he pedido ayuda y asistencia, pero, dadas las circunstancias actuales, debo hacerlo. Estoy desempleado desde hace mucho tiempo, mi mujer yace enferma en cama y necesita medicamentos, no tenemos ni una moneda para comprar algo de comer y nadie está dispuesto a hacer algo. No quiero ponerme a robar, pero no dejaré que mi mujer y mi hijo lloren de hambre (...). Siento mucho tener que pedir, pero el hambre me empuja a hacerlo. Antes de ponerme a robar, le pediré, como gobernador de nuestro Estado, que me ayuden: suplico que se me ayude. Me veo obligado a comportarme así porque estoy desempleado y sin dinero. De cualquier modo, ¿qué es lo que falla en este país?":

Carta al gobernador de Pensilvania. Recogida en Mariarosa Dalla Costa: "Familia, políticas de bienestar y Estado entre Progresismo y New Deal".

"Pero, enseguida, la evidencia de la dimensión de masas del desempleo dará a los desempleados un nuevo poder. Ya en 1930, las marchas y las manifestaciones son algo habitual en las grandes ciudades y en las sedes del gobierno. Es el comienzo de la primera lucha de masas de los desempleados en Estados Unidos. Lo que la caracteriza es que en su seno se desarrolla rápidamente una cooperación entre distintos estratos sociales que implica a todo el barrio, por lo menos allí donde la gente logra no dejarse desarraigar. Y pronto los lazos organizativos traspasarán los confines del barrio, de la ciudad, del Estado. Tres son fundamentalmente los tipos de lucha que los desempleados, y las mujeres de la familia, expresan con ellos: marchas, manifestaciones, asaltos a los comercios o, más adelante, a las oficinas de asistencia; luchas de resistencia a los desahucios; luchas contra los cortes de agua, gas y energía eléctrica".

Mariarosa Dalla Costa: "Familia, políticas de bienestar y Estado entre Progresismo y New Deal".

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