lunes, 8 de febrero de 2016

La batalla por la vida.

"Raíces, raíces profundas para desterrar las historias negras y los sueños macabros. Del cielo de Kandahar llueven bombas y patas de palo. Humanidad mutilada y hambrienta. Ovejas, cabras, vasos de terracota, la verdadera riqueza perdida. Prados, arrozales, campos, bosques y selvas, arroyos de agua, ríos de vida. Animales de África, sabanas, junglas y desiertos, llanuras de hierba resplandeciente, altiplanos fecundos y deltas ricos en peces. En las guerras que se van sucediendo yo no veo más que esto. La destrucción sistemática de toda economía de subsistencia, la destrucción sistemática de todo recurso comunitario de vida, ante todo la propia tierra, para que la humanidad entera se vea obligada a depender para la supervivencia única y exclusivamente del dinero y se halle, por lo tanto, en la dependencia y en el chantaje más absolutos. Humanidad por ello mismo cada vez más sobrante y cada vez más abocada a perder el espíritu y la vida.

Pero, en las calles, en las escuelas, en los hogares, en las fábricas, en los campos, en el mar, estudiantes, mujeres, obreros, agricultores, pescadores, pueblos indígenas, esto dije en el encuentro: esta vez es la Diosa Madre la que llama. La Madre Tierra está recomponiendo en el más poderoso frente de lucha los múltiples sujetos y las más diversas etnias de sus hijos. Para la verdadera madre de todas las batallas, la batalla por la vida".

Mariarosa Dalla Costa: "El ataque a la tierra".

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