"No hay duda de que la prolongación en el tiempo de aquellas huelgas y de aquellas ocupaciones no se habrían dado si no hubiera existido una organización femenina en la retaguardia. Una organización que obligó a cambiar radicalmente las modalidades de gestión del trabajo doméstico y a poner a punto una serie de acciones estratégicas en función de la propia ocupación y de la prosecución de la huelga. Las mujeres de los obreros simularon una manifestación para el día de la mujer con objeto de desviar la atención de la policía de la ocupación de la fábrica, afrontaron los enfrentamientos duramente, resultando 14 mujeres heridas, y, a continuación, se las arreglaron para llevar comida dentro de la planta y romper las ventanas desde fuera a fin de impedir que las bombas lacrimógenas asfixiaran a los que estaban dentro. Se organizaron también para ofrecer un servicio de atención médica. Como es lógico, ellas mismas se sentían transformadas por tal experiencia. Dice la mujer de un huelguista: Por primera vez vivo con un objetivo definido (...). Ya no me basta con ser una mujer, quiero vivir como un ser humano, con derecho a tener mis opiniones. Otra, algunas semanas después del final de la huelga: Mujeres que apenas ayer se horrorizaban con el sindicalismo, que se sentían inferiores ante la tarea de organizar, hablar o emprender iniciativas, casi de la noche a la mañana, se han convertido en la punta de diamante de la batalla sindical".
Mariarosa Dalla Costa: "Familia, políticas de bienestar y Estado entre Progresismo y New Deal".
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