"Durante el siglo XX las mujeres ejercieron un rol absolutamente indispensable en el mercado de trabajo y, al mismo tiempo, se encargaron de las tareas domésticas que permitieron la reproducción y el avance de la sociedad. A lo largo de la centuria cambiaron la identidad restringida al arquetipo doméstico de madre/ama de casa (...) para incluir progresivamente un perfil laboral de trabajadoras y profesionales. Aun así, no se ha experimentado una transformación paralela en el caso de la reelaboración identitaria de los varones. A principios del siglo XX, el hombre evocado como trabajador, ganapán y sostén de la economía familiar no se dedicaba en absoluto a las tareas domésticas. Un siglo más tarde, cuando este perfil de trabajador exclusivo y la jerarquía laboral masculina se habían transformado, los hombres tampoco dedicaban mucho tiempo a los trabajos de cuidado. A modo de ejemplo, en la región metropolitana de Barcelona su dedicación al trabajo doméstico de cuidado y atención pasó de 0 horas semanales en el año 1900 a menos de una hora diaria un siglo después. A comienzos del siglo XXI, la dedicación masculina sólo se había incrementado en poco más de una hora, un 5,33%. A pesar de la reducción de la dedicación semanal femenina al trabajo doméstico -hasta 22h 35m semanales en el año 2000- las mujeres de Barcelona todavía se ocupaban del 76,73% de estas tareas".
Mary Nash: Mujeres en el mundo. Historia, retos y movimientos.
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