"Saber confeccionar su propia ropa; lavar y planchar lino fino o muselinas, incluyendo camisas y collares; saber hacer jabón y el tiempo requerido para lavar y alisar (...) todo lo que necesita lavarse en la familia; saber (...) hacer tartas sencillas y púdines; cocinar verdura y carne; hacer pan (...); saber (...) los remedios más sencillos para accidentes o enfermedades comunes; (...) a estas esenciales se debe añadir música y cantar, (...) un buen conocimiento de historia moderna europea y americana, y de geografía, no meramente un conocimiento de datos sino de las diferentes situaciones, climas, producciones naturales y religiones (...). La aritmética debe entenderse bien, y [debe tener] el hábito de rápidos cálculos mentales, (...) para los gastos diarios y semanales y necesidades de una familia o individuo. Una atención muy cuidadosa del habla y escritura del inglés, es también esencial".
The English Women's Journal, 1 de marzo de 1861.
"Una madre de familia, por mucho que le haya favorecido la fortuna con sus dones, debe saber coser, zurcir, lavar, planchar, entender todos los pormenores que exige el aseo de la casa y de los muebles, entrar en las menudencias de los más groseros y triviales servicios que corresponden a cada una de las personas sometidas a su vigilancia. La que no toma a su cargo estos deberes y que carece de los conocimientos necesarios para evitar el desperdicio, el fraude y el desorden es una carga pesada para su marido y un objeto de ludibrio para los inferiores".
Carmen Ramos Escadón: "Señoritas Porfirianas: Mujer e ideología en el México progresista, 1880-1910".
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