lunes, 21 de marzo de 2016

De los límites de la sororidad (V).

"En Gran Bretaña, entre 1880 y 1920 se produjo una creciente convergencia entre feminismo e imperialismo. las hijas y madres del Imperio abanderaron un feminismo imperial que exportaron a las colonias. Desarrollaron un feminismo maternal que convertía a las anglosajonas en las portadoras de los valores del Imperio y de su expansión. Al apropiarse de la noción de "madres del Imperio" y de pureza racial, muchas feministas inglesas afirmaron el principio de la superioridad blanca y su rol decisivo en promulgar los intereses imperiales y los ideales de la misión civilizadora británica. Se identificaron con el proyecto de expansión imperial, argumentaron que sólo con el acceso a los derechos políticos y al voto, las mujeres anglosajonas podrían llevar a buen término esta alta misión civilizadora en las colonias. Apuntaban que el avance de la raza sólo podía efectuarse cuando se hubiera liberado a las madres de la raza. Muchas sufragistas sostenían que su acceso a la ciudadanía representaría un instrumento decisivo en la consolidación del Imperio. De este modo el avance imperial dependía del acceso de las mujeres británicas al sufragio".

Mary Nash: Mujeres en el mundo. Historia, retos y movimientos.

"Las mujeres de la India deberían contestar a todas las que vienen, bajo el pretexto de la amistad, para interpretar a la India al mundo y explotar su debilidad y exponer sus secretos de casa, con las palabras: si bien estamos oprimidas, tratadas como mercancías o enseres y forzadas a ponernos encima de las piras de nuestros maridos, nuestra redención está en nuestras manos. Romperemos las paredes que nos encarcelan y desgarraremos los velos que nos suprimen. (...) No pedimos a amigas o enemigas bajo el disfraz de amiga, venir meramente para explotarnos mientras pretenden interpretar, ayudar y consolar nuestra feminidad".

Sarojini Naidu, 1928.

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