martes, 5 de enero de 2016

De la insubordinación de las mujeres al sistema de fábrica.

"Los fenómenos endémicos de lucha de masas que las mujeres han desplegado tras la Segunda Guerra Mundial van directamente contra la organización de la fábrica y del hogar. La "poca fiabilidad" de las mujeres de la que tanto se han quejado los patronos tanto fuera como dentro del hogar ha crecido a gran velocidad a partir de la Segunda Guerra Mundial. Y va directamente contra la fábrica como unidad disciplinante en el tiempo y en el espacio y contra la fábrica social como reproducción de la fuerza de trabajo. Tal tendencia a un mayor absentismo, a un menos respeto de los horarios, a una mayor movilidad, es común a jóvenes y mujeres de clase obrera. Mientras que en los momentos cruciales de la vida de la pareja, el hombre es el único que percibe un salario, en general, las mujeres, al no estar constreñidas con la misma dureza por la relación laboral y al tener que dar prioridad al trabajo doméstico, muestran también inevitablemente una mayor insubordinación a la disciplina del trabajo, obstaculizando el flujo productivo y ocasionando por ello costes más altos. Ésta es la excusa para salarios discriminatorios que compensan con creces las pérdidas del capital. Pero justamente esta tendencia (que ha llevado a grupos de mujeres a dejar a sus hijos al cuidado de sus maridos en las fábricas y en las oficinas) es y será cada vez en mayor medida una de las fuerzas determinantes de la crisis del sistema de fábrica y de fábrica social".

Mariarosa Dalla Costa: "Mujeres y subversión social", 1972.

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